?Qui¨¦n pretende reformar (y por qu¨¦) el Reglamento Taurino de Andaluc¨ªa?
En el aire queda qu¨¦ podr¨ªa acordar el Gobierno si no salen adelante los cambios previstos
El Gobierno andaluz apoya sin aparentes fisuras la existencia y promoci¨®n de la fiesta de los toros, pero parece preocupado por adaptarla al siglo XXI desde el convencimiento de que la sociedad ha modificado sus h¨¢bitos socioculturales.
Este es el planteamiento de partida que hace ahora un a?o llev¨® a Demetrio P¨¦rez, responsable de asuntos taurinos en la Comunidad Aut¨®noma, a proponer al sector una reforma del Reglamento, vigente desde 2006.
El director general de Pol¨ªtica Interior, Protecci¨®n Civil y Emergencias (este es su cargo en el organigrama oficial) ha asegurado en distintas ocasiones que se encontr¨® con ¡®un sentimiento de cambio en el sector¡¯; de ah¨ª, que la secci¨®n ejecutiva del Consejo de Asuntos Taurinos de Andaluc¨ªa (CATA), -organismo que re¨²ne a representantes del taurinismo, (toreros, ganaderos, empresarios, presidentes, aficionados)- se encuentre desde entonces en pleno proceso de di¨¢logo y negociaci¨®n sobre las posibles reformas de la normativa taurina.
Este martes, d¨ªa 3 de octubre, vuelven a reunirse en Sevilla todas las partes implicadas para continuar el an¨¢lisis de todas las propuestas y con el objetivo prioritario de acercar posturas. De entrada, 49 de los 76 art¨ªculos del Reglamento actual son objeto de estudio y modificaci¨®n; y algunos pueden cambiar sustancialmente.
Los toreros pretenden restringir las funciones del presidente y que la concesi¨®n de trofeos solo dependa del p¨²blico
Este peri¨®dico ha tenido acceso al documento de trabajo en el que se detallan las pretensiones de la Junta de Andaluc¨ªa y de cada uno de los colectivos; de su contenido se deriva que los planteamientos de unos y otros est¨¢n muy alejados y parece improbable un acuerdo entre las partes. Pero hace tiempo que Demetrio P¨¦rez lo dej¨® claro: ¡°Si no hay consenso, todo se quedar¨¢ como est¨¢¡±.
?Qu¨¦ pretende la Junta de Andaluc¨ªa?
¡°Rebajar la dureza de las corridas¡±, ha reiterado el director general. (No parece, en principio, que sus propuestas puedan alcanzar ese objetivo, pero ah¨ª queda el deseo).
?Y los dem¨¢s? Procurar, por encima de todo, que la pretendida actualizaci¨®n no perjudique sus intereses, y mejorar su situaci¨®n, si ello es posible.
La Junta propone, por ejemplo, que en todas las corridas que se celebren en plazas de primera y segunda sea obligatorio realizar an¨¢lisis de astas y de muestras biol¨®gicas de dos reses que, de forma aleatoria y mediante sorteo, se elijan entre las reses a lidiar, lo que parece contar con el benepl¨¢cito de los dem¨¢s.
Pretende, adem¨¢s, que desaparezcan las banderillas negras -que se utilizan en casos muy excepcionales- y sean sustituidas por un cuarto par en el caso de manifiesta mansedumbre del animal, lo que no cuenta con el visto bueno de ganaderos y profesionales.
Los ganaderos solicitan compartir con empresarios y matadores la responsabilidad sobre la integridad del toro
Un asunto controvertido es la intenci¨®n de la Junta de que en las plazas de tercera, no permanentes y port¨¢tiles, las cuadrillas podr¨ªan estar compuestas por un picador en lugar de dos, dos banderilleros y no tres, y un mozo de espada, a lo que se opone radicalmente la Uni¨®n Nacional de Banderilleros y Picadores de Espa?a (UNPBE). La misma respuesta tanto de este colectivo como de los ganaderos encuentra la propuesta de que, en plazas de primera y segunda categor¨ªa, cada res deber¨¢ entrar dos veces al caballo de picar.
La Junta de Andaluc¨ªa aspira a que se acelere la muerte del animal, y para ello propone que el torero solo podr¨¢ entrar cinco veces con el estoque en corridas y siete en los dem¨¢s espect¨¢culos. Tras esos intentos infructuosos deber¨¢ utilizar el descabello, cuyo n¨²mero de tentativas tambi¨¦n se plantea reducir. No est¨¢n de acuerdo con esta medida ni los toreros ni los subalternos, y son los ganaderos los que ponen abren el debate sobre el conflicto que se plantea con un toro moribundo en el ruedo si se supera el n¨²mero de descabellos. De todos modos, este apartado, como tantos otros, est¨¢ abierto al debate y a la espera de otras iniciativas.
Parece haber conformidad, sin embargo, en que el corte f¨ªsico de las orejas sea practicado de forma superficial o testimonial -y no el trozo de carne que, a veces, reciben actualmente los toreros triunfadores-, y que en los contratos con los profesionales figuren los honorarios convenidos.
Hasta aqu¨ª, las propuestas fundamentales de la Junta de Andaluc¨ªa, pero la negociaci¨®n permite a los dem¨¢s interlocutores fortalecer -o intentarlo, al menos- su posici¨®n en la normativa taurina. Estos son los cambios fundamentales que han presentado hasta ahora:
Los toreros proponen, por ejemplo, que en aquellas plazas en las que no exista enfermer¨ªa fija debidamente equipada deber¨¢ estar presente un quir¨®fano m¨®vil (tipo tr¨¢iler), adem¨¢s de las ambulancias de soporte vital avanzado.
Consideran necesario restringir las funciones del presidente del espect¨¢culo taurino a la ordenaci¨®n de la secuencia del mismo y a la concesi¨®n de trofeos (tanto la primera como la segunda oreja) seg¨²n la petici¨®n mayoritaria del p¨²blico, como sucede en Francia. Proponen, asimismo, un plan de formaci¨®n para los presidentes y un r¨¦gimen de responsabilidades por las consecuencias lesivas de sus actos.
Los presidentes, por su parte, proponen que, en las plazas de primera y segunda, el Gobierno suscriba un seguro de responsabilidad, de accidente y de vida a favor de quien dirija el espect¨¢culo, con motivo de su intervenci¨®n antes, durante y despu¨¦s de cada festejo.
Los ganaderos aspiran, en primer lugar, a que en aquellas plazas que tengan callej¨®n haya un burladero ¡®amplio, de varias localidades¡¯ con la denominaci¨®n ¡®Ganaderos¡¯.
M¨¢s adelante, solicitan que la responsabilidad sobre la integridad de las reses frente a la manipulaci¨®n de las astas y la alteraci¨®n del comportamiento de las reses mediante la administraci¨®n de sustancias sea compartida con el empresario y los matadores. Insisten, por otra parte, que en los reconocimientos se respete el tipo zoot¨¦cnico de cada encaste, y que los espectadores puedan pedir los trofeos con ¡°la exhibici¨®n de pa?uelos blancos (las modas han impuesto los de papel), elementos similares o mediante la solicitud vocal del p¨²blico¡±.
Sorprenden, finalmente, las escasas aportaciones de los representantes de los aficionados. Seg¨²n figura en el documento de trabajo, opinaron sobre la formaci¨®n de los presidentes (¡°debe comenzar en plazas de pueblos, y ser evaluada por los aficionados y nunca por la autoridad administrativa¡±; el toro ¡°debe ser adecuado a la categor¨ªa de la plaza, arm¨®nico y rematado, acorde con su encaste¡±; el indulto (¡°el toro indultado debe ofrecer pelea y casta en la suerte de varas¡±, y la reventa (¡°no se debe castigar al aficionado que intente vender su entrada a su precio¡±).
El martes, 3 de octubre, nueva reuni¨®n de la secci¨®n ejecutiva del CATA. Las posiciones contin¨²an muy alejadas. Y parece que Demetrio P¨¦rez lo tiene claro: ¡°Si no hay consenso, todo se quedar¨¢ como est¨¢¡±.
Lo que queda en el aire es qu¨¦ podr¨ªa hacer el Gobierno andaluz si la pretendida reforma no sale adelante.
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