¡®La peste¡¯, el olor a podredumbre que nace desde el guion

La peste huele. A excrementos, a muerte, a sudor y sangre. A la ciudad que pudo ser la nueva capital del imperio espa?ol y devino en una nueva Babilonia, Sodoma y Gomorra. Suele ocurrir con el poder y la podredumbre que emana y se expande por los c¨ªrculos que le rodean. La pestilencia triunfa. Es d¨ªficil que una serie de televisi¨®n logre esas sensaciones inmersivas, pero el equipo que encabeza Alberto Rodr¨ªguez lo ha logrado. Tanto, que antes de que estrene en Movistar + en enero, ya ha empezado la escritura de la segunda temporada. Su paso por la secci¨®n Oficial, aunque fuera de concurso, de San Sebasti¨¢n, reafirman las grandes expectativas.

Detr¨¢s de los guiones de La peste est¨¢n Rafael Cobos y Fran Ara¨²jo. Cobos forma parte del grupo de Rodr¨ªguez, esos cineastas sevillanos de igual talento y humildad. Juntos, Cobos y Rodr¨ªguez, han ganado dos goyas y han sido candidatos a otros tres. As¨ª que Rodr¨ªguez no trabaja sin Cobos, aunque el escritor s¨ª ha colaborado con otros directores. Y ahora le toca afrontar un reto may¨²sculo: la segunda temporada de La peste la redactar¨¢ Cobos sin Rodr¨ªguez al lado. De repente, ha nacido un showrunner, t¨¦rmino que le provoca risa. "Qu¨¦ responsabilidad, qu¨¦ miedo".

Una serie no se escribe como una pel¨ªcula. O al menos no habitualmente. "Primero empezamos a definir de qu¨¦ quer¨ªamos hablar. En el desarrollo del argumento, Alberto no pudo estar porque finalizaba El hombre de las mil caras. Yo escrib¨ª el argumento, y ah¨ª entr¨® Fran, que estuvo conmigo en ese arranque. Cuando Alberto lleg¨®, hizo los ajustes necesarios para que sintiera suya la serie, y despu¨¦s Fran le sustituy¨® como compa?ero de viaje", explica Cobos. La serie juega varias cartas. Una acci¨®n principal -cr¨ªmenes por resolver, el gancho para el espectador- protagonizada por un proscrito ("Intuimos que tiene un problema personal, porque algo le atormenta", apunta Cobos sin querer desvelar m¨¢s), otra trama m¨¢s centrada en el poder (la que lidera el personaje de Paco Le¨®n ("Habla de la corrupci¨®n y la pol¨ªtica") y una tercera que repasa el papel de la mujer en aquella ¨¦poca. "Y adem¨¢s est¨¢ la ciudad", remata su escritor. "Por eso en el primer episodio hemos mostrado toda la ¨¦poca, antes de que entraran los cr¨ªmenes en el segundo cap¨ªtulo. No voy a desvelar m¨¢s, pero el final de la serie cierra el c¨ªrculo y tiene mucho que ver con el arranque".

La Sevilla de finales del siglo XVI es el puerto de entrada de las riquezas del Nuevo Mundo. Est¨¢ cerca de convertirse en la capital del imperio, aunque tanto dinero atrae su correspondiente corrupci¨®n. Y de la mano, la enfermedad. F¨ªsica y ps¨ªquica. En la segunda, las intrigas y las dobles caras de algunos protagonistas. En la primera, la peste que bautiza la serie. La segunda temporada se centrar¨¢ en uno de esos epicentros infecciosos: el barrio de la Manceb¨ªa. "Es un barrio portuario cerrado, gestionado por el Cabildo y la Iglesia, en la que todo el mundo saca tajada de la prostituci¨®n".

Cobos habla de libertad creadora. "Cuando nos plante¨¢bamos ser menos condescendientes con los hechos, nuestros productores nos expoleaban. En realidad, Alberto y yo nunca hemos sido censurados en nuestra carrera, hemos podido hablar de lo que quer¨ªamos. No niego que tuvimos algunas crisis. En un momento, pensamos si nos hab¨ªamos pasado, si habr¨ªa dinero para hacerlo bien. Otra crisis lleg¨® con el desembarco de Alberto, porque como es l¨®gico, amoldamos el proyecto ya arrancado a su planteamiento y visi¨®n del asunto. Como el proyecto era de tama?o importante [10 millones de euros de presupuesto], el agobio a veces tambi¨¦n fue de tama?o importante". La oferta inicial vino de Movistar Televisi¨®n y Cobos y Rodr¨ªguez se plantearon dos historias: "Una era La peste, y otra transcurr¨ªa en los barrios, en los extrarradios de Sevilla, en la actualidad. De com¨²n acuerdo, elegimos hablar de la Sevilla del siglo XVI y despu¨¦s entr¨® en la trama la plaga como met¨¢fora de la corrupci¨®n. En realidad desde 1550 hasta 1649 la ciudad ha estado marcada por enfermedades cada lustro. Nos interesa ese finales del XVI porque el Imperio a¨²n vive cierta opulencia, y falseamos un poco las fechas para que encajara en la trama".

M¨¢s all¨¢ del disfrute al telespectador, Cobos confiesa: "Hicimos que un thriller en esa ¨¦poca conviviera con una idea metaf¨®rica de la enfermedad, y este es discurso de la serie, como condici¨®n humana. Siempre volver¨¢ la peste mientras el hombre sea hombre y pese al hombre". Y por eso hay segunda temporada.