Noruega expone sus verg¨¹enzas en la Bienal Screen City
Hasta el 31 de octubre la ciudad portuaria de Stavanger acoge un evento art¨ªstico dedicado a los movimientos migratorios
El visitante de Stavanger es iluminado por una proyecci¨®n sobre el muro externo de la vanguardista sala de conciertos. La luz proviene de un video a c¨¢mara lenta en el que una persona con un chaleco salvavidas cae l¨¢nguidamente sobre el mar. Algunos mirar¨¢n con asombro, otros con indiferencia, y habr¨¢ quien agache la cabeza. Es una parodia de la controvertida iniciativa de la ministra de inmigraci¨®n, Sylvi Listhaug, quien se lanz¨® al mar Egeo para ponerse, seg¨²n sus palabras, en la piel del refugiado, s¨®lo que encima de la piel se coloc¨® un chaleco salvavidas de cuerpo entero. El audiovisual es obra del artista Enrique Ram¨ªrez, quien consigui¨® que cuatro inmigrantes de Stavanger imitaran con sorna esa acci¨®n de la pol¨ªtica, quiz¨¢s espoleados por los recientes resultados en las elecciones nacionales, que refrendaron al gobierno de los conservadores de centroderecha.
La Bienal Screen City, titulada Migrating stories, volcada en las nuevas tecnolog¨ªas ¡ªen un pa¨ªs adicto a ellas¡ª y en el uso de plataformas digitales, presenta obras en distintos formatos repartidas en varios puntos de la ciudad, casi todas ellas en exteriores. Treinta y cinco artistas diseminan sus trabajos con proyecciones, performance, instalaciones y films. Stavanger se convierte en una pantalla que reproduce piezas art¨ªsticas cr¨ªticas, comprometidas y po¨¦ticas, como los v¨ªdeos Traversings, de Margarida Paiva, en el que varias personas reman sobre unos botes encallados en la playa, This was home, de la israel¨ª Dana Levy, en el que se enlazan an¨¦cdotas de tres generaciones de la familia de la artista revisitando sus pa¨ªses de exilio, o la aplicaci¨®n de realidad de aumentada de John Craig Freeman, que permite al espectador, a trav¨¦s de sus smartphones o iPads, recrear virtualmente la frontera de Estados Unidos con M¨¦xico en el puerto de Stavanger.
La migraci¨®n tambi¨¦n afecta a los formatos, que abandonan las maneras tradicionales de exhibici¨®n expandiendo las posibilidades de la imagen, el sonido y la interactuaci¨®n en el entorno. El artista Duncan Speakman propone un paseo equipado con una audiogu¨ªa, un libro de instrucciones y un geolocalizador para trasladar al espectador de las calles de Stavanger a las de Letonia, Luisiana o el Sahara. Olivia McGilchrist, por su parte, ha adaptado su trabajo para que sea experimentado con unas gafas de realidad virtual, de tal manera que el usuario sentir¨¢ estar en las calles de Jamaica, rodeado de performers, durante el Carnaval de Junkanno. Para los m¨¢s c¨®modos, varias obras de arte de la bienal pueden ser visitadas virtualmente a trav¨¦s de la exhibici¨®n online que se aloja en el sitio web del evento.
Daniela Arriado, fundadora, directora y comisaria (junto con Tanya Toft Ag) de la bienal, puede hablar en primera persona del concepto curatorial: ella proviene de una familia chilena que abandon¨® un pa¨ªs en dictadura para instalarse en los ochenta en la pr¨®spera Noruega, entonces volcada en la industria del petr¨®leo y favorable a la llegada de inmigrantes. Su frustraci¨®n es patente ante las pol¨ªticas recientes noruegas con respecto a los inmigrantes y los refugiados: ¡°Aqu¨ª cerraron las puertas a los refugiados, a m¨ª me dio verg¨¹enza. Desde entonces mostrar mi pasaporte noruego no era un orgullo en los ¨²ltimos a?os, este ego¨ªsmo no era algo que esperara de Noruega, que siempre fue un pa¨ªs tan abierto¡±. Ahora comanda esta bienal que pretende convertir Stavanger en una pantalla abierta que muestre a un p¨²blico realidades inc¨®modas, aunque sea en formato virtual.
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