Rehaciendo las Am¨¦ricas sonoras

Contin¨²a en muchos aspectos Latinoam¨¦rica siendo una indocumentada en Espa?a. Y eso a pesar de expresarse ambas en una lengua com¨²n, anudadas por ra¨ªces hist¨®ricas que para bien y para mal arraigan en lo m¨¢s profundo. Verbigracia, ?qu¨¦ sabemos ac¨¢ de las vanguardias de all¨¢? Probablemente, con excepci¨®n de las producidas en el ¨¢mbito literario y acaso el pict¨®rico, tanto como de las nuestras propias: muy poco. Ya, las vanguardias lo son precisamente por conducirse antit¨¦ticas con lo popular. Polarizadas del vulgo, ni divierten ni entretienen; al contrario, trazan una linea divisoria, excluyente. Son materia reservada a las ¨¦lites, culturales y por lo tanto econ¨®micas, principalmente debido a su esoterismo intelectual y a que, mecenazgos aparte, no dan para vivir, ni aparentemente sirven para nada. En su af¨¢n por superar disciplinas, devienen ininteligibles a todo aquel que no se especialice en ellas.

Acuden estas reflexiones al hilo de la publicaci¨®n en nuestro pa¨ªs de Invenciones. La otra vanguardia musical en Latinoam¨¦rica. 1976-1988 (Munster). A qui¨¦n podr¨¢ interesarle, debemos preguntarnos si la premisa pensante es la de la l¨®gica comercial. Por experimental y por latinoamericano ¡ªno hay que enga?arse, el papanatismo con lo anglosaj¨®n todav¨ªa arrasa¡ª, a un irrisorio segmento del p¨²blico consumidor, y eso mostr¨¢ndonos generosos. Las rarezas para los raros, que son los menos. Producto no tanto de minor¨ªas, pues es un sector abundante en practicantes, sean o no impostados, como para minor¨ªas, ni antes ni ahora el experimentalismo ha seducido al gran p¨²blico.

Presupongamos entonces que Invenciones podr¨¢ atraer a aquellos que ya se hicieron eco de Tensi¨®n y La ciudad secreta, otras dos antolog¨ªas que editadas por el mismo sello indagaban respectivamente en los subterr¨¢neos del experimentalismo espa?ol y barcelon¨¦s de los a?os 70 y 80 del pasado siglo. Recorre Invenciones la misma franja temporal que aquellos, y su casu¨ªstica es pr¨¢cticamente la misma: el abaratamiento de la tecnolog¨ªa musical electr¨®nica y la imposici¨®n de las t¨¢cticas DIY traidas por punk e industrialismo, entre ellas el International Cassette Network, la Red antes de la Red.

Sorprende comprobar la agitaci¨®n en ese sentido registrada en la Pen¨ªnsula, y que paulatinamente se vaya recuperando su oscuro legado, incluido el m¨¢s perif¨¦rico, como sucede con el sello Los 80 Pasan Factura y el experimentalismo canario. No resulta inaudito tropezar con presencias latinoamericanas en dicho negociado. It/Viaje, 1976 , el primer ¨¢lbum electr¨®nico espa?ol, lo protagonizaba una versi¨®n reducida de M¨²sica Electr¨®nica Libre, grupo surgido del Laboratorio Alea creado por Luis de Pablo, y en ¨¦l, junto a Eduardo Polonio, se encontraba el argentino Horacio Vaggione. Uno de los docentes m¨¢s valorados de la Fundaci¨®n Phonos, equivalente barcelon¨¦s del taller electroac¨²stico Alea, ser¨ªa el chileno Gabriel Brncic. Tanto ¨¦ste como Vaggione hab¨ªan pasado a finales de los 60 por el bonaerense CLAEM, Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales, que empezaba a dirigir Alberto Ginastera y donde impart¨ªan seminarios Xenakis y Nono, uno de los muchos puntos neur¨¢lgicos de las vanguardias hispanoamericanas.

Desbordante, el volumen de esa tradici¨®n avant-garde: los CLAMC o Cursos Latinoamericanos de M¨²sica Contempor¨¢nea celebrados en Uruguay; los Foros de M¨²sica Contempor¨¢nea acaecidos en M¨¦jico; el Grupo de Renovaci¨®n Musical de Cuba; el Taller Experimental de Sonidos de Chile; el minimalismo ind¨ªgena de Oscar Baz¨¢n; el microtonalismo de Juli¨¢n Carrillo; el sistema de notaci¨®n musical propio de Jos¨¦ Casta?eda. Miremos donde miremos en ese mapa, tan inc¨®modo para las dictaduras militares, brotan los ejemplos y el sustrato que, sumado a la influencia de psicodelia y rock progresivo, sirvi¨® de antesala a lo recogido en Invenciones. Es ¨¦ste un doble volumen con representantes peruanos (Miguel Flores, Manongo Mujica), mejicanos (Decibel, Via L¨¢ctea), venezolanos (Musikautomatika, Miguel Noya), colombianos (Banda Dispersa de la Madre Selva), brasile?os (Grupo Um), chilenos (Malalche), argentinos (Quum), uruguayos (Carlos da Silveira), ecuatorianos (Amauta) y costarricenses (Autoperro). Una rara oportunidad de panoramizar esa terra inc¨®gnita en la que proliferan estimulantes incursiones en electr¨®nica y electroac¨²stica, progresivo y concreta, free form y fusi¨®n folcl¨®rica, ruidismo e industrial, kosmische y contempor¨¢nea. El perfecto lenitivo para la plaga reguet¨®n.