Manuel Blanco: ¡°Me dar¨ªa pena dejar la Orquesta Nacional pero es una opci¨®n¡±

Manuel Blanco (Daimiel, 1985) se enter¨® hace poco. El padre de su profesor de trompeta del conservatorio le revel¨® que su hijo, al poco de empezar a darle clase, le dijo: ¡°Pap¨¢, estoy muy contento de dar clases en Ciudad Real porque tengo de alumno al nuevo Maurice Andr¨¦¡±. El docente quiz¨¢s fue el primero que asoci¨® el nombre de Blanco con el del m¨ªtico trompetista franc¨¦s. No ha sido el ¨²nico. Blanco cuenta ahora con una carrera m¨¢s que consolidada, lleva 11 a?os en la Orquesta Nacional de Espa?a (ONE), en 2011 gan¨® el prestigioso premio internacional de la ARD de M¨²nich (que hasta entonces solo hab¨ªan alcanzado dos trompetistas, entre ellos Andr¨¦) y acaba de publicar su primer disco como solista: Fearless.

Con este primer ¨¢lbum, el m¨²sico asumi¨® un riesgo importante. Tanto ¨¦l como Josep Pons, director del CD, quer¨ªan arrancar con el Concierto para trompeta de Zimmermann, menos comercial que otros compositores. ¡°Estamos en 2017, a estas alturas hay muchos ya que empiezan por Mozart y Hayden. Y con esta elecci¨®n quisimos romper un poco¡±, cuenta Blanco. No se equivocaron. ¡°Me han llegado buenas reacciones de gente no cercana a la m¨²sica cl¨¢sica que est¨¢n maravillados con la primera pista¡±. Adem¨¢s, en un mes el primer trabajo del trompetista ha tenido m¨¢s de 27.000 oyentes en Spotify y el tr¨¢iler en Youtube ha conseguido m¨¢s de 150.000 visualizaciones.

El disco es la carta de presentaci¨®n de Blanco como solista y la idea de grabarlo fue cogiendo fuerza despu¨¦s de que el int¨¦rprete ganara el concurso de M¨²nich. Por aquella ¨¦poca, y tambi¨¦n a ra¨ªz de alcanzar ese galard¨®n, recibi¨® ofertas de orquestas europeas. Entre ellas, la Gewandhaus de Leipzig. ¡°All¨ª me quer¨ªan de primer trompeta. Me invitaron a ir a hacerles una visita. Fui en diciembre de 2011. Estaban como locos e incluso se plantearon hacerme un contrato especial. Disfrut¨¦ mucho musicalmente pero diciembre en Leipzig¡­ Soy una persona que necesita la alegr¨ªa del sol y all¨ª no se ve casi ning¨²n d¨ªa, eso fue lo que me motiv¨® a rechazar la oferta¡±. No se arrepiente de haber tomado la decisi¨®n. Ten¨ªa clar¨ªsimo que su lugar estaba en la ONE. Pero ahora, algunos d¨ªas, juega a imaginarse c¨®mo habr¨ªa sido su vida de haberla aceptado. ¡°Mi carrera como concertista habr¨ªa sido bastante m¨¢s r¨¢pida por lo menos. ?Si me lo ofrecieran ahora? S¨ª¡­ Me lo plantear¨ªa¡±.

¡°Hay muchos discos que empiezan por Mozart y Hayden. Con?Zimmermann quisimos romper un poco¡±

Se hab¨ªa resistido a ello, pero ahora Blanco siente que quiz¨¢s haya llegado el momento de salir de Espa?a. Cuenta que grandes figuras como Alfonso Aij¨®n, promotor del ciclo Iberm¨²sica, le han aconsejado irse para impulsar su carrera como solista. ¡°Muchas veces s¨ª me lo planteo. Me encanta Espa?a pero es cierto que parece que te toman como un poco menos en serio. Yo la ONE la llevo s¨²per dentro de m¨ª, me dar¨ªa mucha pena dejarla pero puede ser una opci¨®n. Hay orquestas top que quieren un primer trompeta y me contactan. Tengo que darle muchas vueltas todav¨ªa porque a m¨ª lo que me hace feliz es hacer una carrera de concertista y aqu¨ª en Espa?a tengo proyectos muy buenos y no s¨¦ c¨®mo podr¨ªa compaginarlos¡±.

Blanco insiste en la necesidad de modernizar la programaci¨®n, dar a conocer el repertorio para trompeta, cambiar la din¨¢mica con ideas m¨¢s abiertas para atraer p¨²blico nuevo. Porque la m¨²sica cl¨¢sica gusta, dice, solo hay que darla a conocer. Como an¨¦cdota cuenta su experiencia en el Mad Women Fest, un festival que pone en valor a la mujer en el mundo del arte: ¡°Acudi¨® p¨²blico que no tiene nada que ver con la orquesta y sin embargo la reacci¨®n fue espectacular. Al d¨ªa siguiente el frutero de mi barrio, que no sab¨ªa que yo tocaba en ese evento, me dijo: oye mis hijas estuvieron en un concierto y les encant¨® la orquesta y el trompetista. Te das cuenta de que en un festival con artistas como David de Mar¨ªa o Soraya, la gente se queda con lo cl¨¢sico. Si no nos modernizamos las salas se vac¨ªan¡±.