Pedro Halffter Caro y la importancia de Sevilla en la ¨®pera
El director y compositor responsable del Teatro Maestranza dirige a Joaqu¨ªn Ach¨²carro y la ONE con Ravel y Richard Strauss
La utop¨ªa pudo ser una realidad del pasado. Lo sabe Pedro Halffter Caro, que trata de remontar los m¨¢s de tres millones de euros que ha perdido en el camino para su proyecto en la ?pera de la Maestranza (Sevilla) por los recortes de la crisis. De 5,4 en 2008 pasaron a 2,1. Y de 13 t¨ªtulos al a?o a programar media decena, como mucho. ¡°La esperanza es volver a ese punto si renunciar a nuestro proyecto¡±, comenta el m¨²sico. Este fin de semana act¨²a en Madrid junto a la Orquesta Nacional y el pianista Joaqu¨ªn Ach¨²carro. Ravel y Richard Strauss, dos de sus especialidades, en el programa.
Pero pronto regresar¨¢ a Sevilla, donde procura acercarse cada semana, para seguir con su proyecto l¨ªrico. ¡°Nos hemos volcado en dos ejes. Los compositores tan diversos que cohabitaron respet¨¢ndose en medio de l¨ªneas a menudo opuestas a principios del siglo XX y levantar cada a?o una ¨®pera cuyo argumento se desarrolla en Sevilla¡±.
La ciudad andaluza ha sido mito e icono para Mozart, Rossini o Bizet en t¨ªtulos como Don Giovanni, en El Barbero de Sevilla, en Carmen. ¡°Programarlas nos sirve para acercar a la gente joven a la ¨®pera con entradas muy asequibles¡±, asegura. El otro eje, esa mezcolanza que relaciona a Puccini o Alfano con los representantes de la Segunda Escuela de Viena o Richard Strauss, tambi¨¦n enriquecen la programaci¨®n. ¡°Fue una ¨¦poca fascinante que han reflejado como pocos autores de la talla de Stefan Zweig o Arthur Schnitzler en ese espectro centroeuropeo. Es necesario tenerlos presente porque si aprendemos tanto de su esplendor como de su tragedia estoy seguro de que la cat¨¢strofe totalitaria en Europa no se podr¨ªa repetir¡±.
Pero tampoco uno, tal y c¨®mo est¨¢n las cosas, se arriesgar¨ªa a asegurarlo. Nos quedamos con que eran tiempos de ebullici¨®n creativa: ¡°Cuando el estreno de una sinfon¨ªa de Mahler se confund¨ªa con representaciones de Woyzzeck (Alban Berg) o la Salom¨¦ de Strauss. Fue en una ¨¦poca en que el elemento jud¨ªo representaba ese pegamento que cohesionaba lo mejor de la cultura europea antes de ser exterminada¡¡±, afirma Halffter.
Publica sus partituras en la casa Schott, donde editaron sus obras en sus tiempos Mozart, Beethoven o Wagner. "No tengo que contar lo que supone. Te tiemblan las piernas cuando entras a formar parte de esa lista"
Entre todo ello, destacan tambi¨¦n las piezas que dirige este fin de semana en el Auditorio Nacional de Madrid. El Concierto para la mano izquierda de Ravel, es la primera. ¡°Fue un encargo de Paul Wittgestein, hermano del fil¨®sofo, a Ravel. Este, que era pianista, hab¨ªa perdido un brazo en la Primera Guerra Mundial y quiso que un m¨²sico del bando enemigo en su caso le compusiera una pieza para poder seguir tocando una vez amputado¡±, comenta el director. ¡°Me parece todo un ejemplo de reconciliaci¨®n¡±. Esta vez lo acompa?a el maestro Joaqu¨ªn Ach¨²carro, que a sus 85 a?os sigue demostrando un pulso envidiable con esa mano izquierda.
Luego viene la Sinfon¨ªa dom¨¦stica de Strauss. ¡°Muy conmovedora porque la intimidad ha sido siempre muy celebrada y aplaudida en el mundo de las artes, salvo en este caso que lo atacaron y lo criticaron crudamente. Sin embargo, la pieza cuenta con momentos emocionantes y complejos, con los que uno puede adivinar qui¨¦n era el compositor¡±.
Y hablando de creadores. Pedro Halffter compagina su labor como director y gestor cultural con la de compositor. Acaba de finalizar una obra de homenaje a James Joyce ¨CThank you, Mr Joyce, se titula- que le ha hecho entrar en un club singular: ¡°Hasta ahora, soy el ¨²nico compositor espa?ol que publica sus partituras en la casa Schott, donde editaron sus obras en sus tiempos Mozart, Beethoven o Wagner. No tengo que contar lo que supone. Te tiemblan las piernas cuando entras a formar parte de esa lista. Para m¨ª, imponente¡±.
Babelia
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