La muestra sobre Auschwitz reivindica el deber de recordar
La mayor exposici¨®n sobre el campo nazi se inaugura en Madrid
Elie Wiesel, superviviente de Auschwitz y premio Nobel de La Paz, manten¨ªa que el Holocausto no se pod¨ªa describir a trav¨¦s de la ficci¨®n, que solo era posible transmitir lo que ocurri¨® a trav¨¦s de los testimonios de los que estuvieron all¨ª. La exposici¨®n sobre Auschwitz, que se abre hoy al p¨²blico en Madrid, parte de ese principio para tratar de recrear toda la dimensi¨®n del horror del exterminio de los jud¨ªos de Europa.
Bajo el t¨ªtulo Auschwitz. No hace mucho. No muy lejos, la muestra ofrece 2.500 metros cuadrados de muestra que se recorren en una hora media (como m¨ªnimo). Se trata de la mayor exposici¨®n que se ha organizado nunca en el extranjero sobre el campo de concentraci¨®n y exterminio que los nazis construyeron en la Polonia ocupada entre 1940 y 1945 y en el que murieron 1,1 millones de personas, lo que le convierte en el mayor centro de asesinato de la historia.
Organizada por Musealia, una peque?a empresa con sede en San Sebasti¨¢n, la muestra se puede ver hasta junio en la sala Arte Canal antes de recorrer diferentes ciudades del mundo en siete a?os. Ofrece unas mil piezas procedentes, en su mayor¨ªa, del Museo Estatal Auschwitz Birkenau, que gestiona el antiguo campo de exterminio alem¨¢n situado hoy en la ciudad polaca de Oswiecim. Tambi¨¦n han participado los museos del Holocausto de Jerusal¨¦n ¡ªel Yad Vashem¡ª y de Washington, entre otras instituciones.
Incluso para los que conocen Auschwitz-Birkenau, la exposici¨®n es una experiencia sobrecogedora y dif¨ªcilmente olvidable. Adem¨¢s de objetos originales que reflejan el horror de lo que ocurri¨® all¨ª ¡ªel zapato rojo de una v¨ªctima, una alambrada, un l¨¢tigo, un traje a rayas de los presos, maletas de los deportados que desconoc¨ªan su suerte inminente, las botas de un oficial nazi¡ª ofrece un discurso narrativo que nos demuestra c¨®mo fue posible construir la espiral del odio que desemboc¨® en la barbarie nazi.
La mesa de Mengele
Luego describe el funcionamiento de la m¨¢quina de asesinato masivo de Auschwitz, basada en la crueldad y la anulaci¨®n de la humanidad, pero tambi¨¦n en la mentira para enga?ar a aquellos que eran conducidos a las c¨¢maras de gas. Entre las piezas m¨¢s impresionantes est¨¢n un vag¨®n y un segmento de un barrac¨®n de madera. La pieza m¨¢s atroz es la mesa de operaciones que probablemente us¨® el doctor Josef Mengele, el s¨¢dico m¨¦dico nazi que realiz¨® experimentos con seres humanos.
La exposici¨®n no habla solo del pasado, sino del presente, no solo de lo que ocurri¨®, sino de lo que puede ocurrir. De hecho, cuando se anunci¨® su apertura, los organizadores se enfrentaron a decenas de mensajes de odio y antisemitas en las redes sociales.
En la presentaci¨®n, el director del Museo Auschwitz Birkenau, Piotr M. A. Cywinski, se?al¨®: ¡°Ahora estamos viviendo con una presencia creciente del racismo, de la xenofobia, del antisemitismo en nuestra vida cotidiana, con grupos de neonazis multiplic¨¢ndose. El recuerdo no es solo una manera de ver el pasado. Es una forma de ver el presente e imaginar el futuro. Eso nos obliga a recordar y tener responsabilidad¡±.
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