Madrid acoge la exposici¨®n definitiva sobre Auschwitz
La muestra ha recibido amenazas antisemitas antes de su inauguraci¨®n
La mayor exposici¨®n itinerante sobre Auschwitz, que recorrer¨¢ ciudades de todo el mundo durante los pr¨®ximos siete a?os, est¨¢ organizada por una empresa espa?ola y se inaugura en el madrile?o Centro de Exposiciones Arte Canal el 1 de diciembre. Desde que comenzaron a promocionarla a trav¨¦s de redes sociales, sus organizadores han recibido una preocupante cantidad de mensajes antisemitas y negacionistas. La exposici¨®n, que podr¨¢ verse hasta junio, re¨²ne 1.000 objetos del campo de concentraci¨®n y exterminio nazi y pretende ser, ante todo, una advertencia de que no est¨¢ escrito que el odio no vuelva a repetirse. De hecho, el lema de la muestra es "No hace mucho. No muy lejos". Los mensajes recibidos en los ¨²ltimos 15 d¨ªas demuestran hasta qu¨¦ punto tienen raz¨®n.
"Est¨¢bamos preparados para todo tipo de mensajes, pero no me imaginaba que iban a ser tantos", explica Ic¨ªar Palacios, la responsable de prensa de la empresa que organiza la muestra, Musealia, una peque?a compa?¨ªa con sede en San Sebasti¨¢n. Ha puesto los hechos en conocimiento del Centro de Coordinaci¨®n de Informaci¨®n sobre Radicalizaci¨®n (CCIR), dependiente de la Secretar¨ªa de Estado de Interior, y los ha denunciado tambi¨¦n a Twitter y Facebook.
Desde que comenzaron a trabajar en coordinaci¨®n con el Museo Estatal de Auschwitz-Birkenau, que gestiona el antiguo campo de exterminio construido por la Alemania nazi en la Polonia ocupada entre 1940 y 1945, les advirtieron de que algo as¨ª pod¨ªa ocurrir y les aconsejaron que nunca respondiesen a los negacionistas, que denunciasen los hechos y bloqueasen. Los mensajes van desde el negacionismo puro ¡ªlas c¨¢maras de gas son un invento, el diario de Ana Frank es una falsificaci¨®n¡ª hasta el odio antisemita, la invocaci¨®n de un presunto complot para dominar el mundo o su control sobre los medios.
El escritorio de Hoess
El director de Musealia, Luis Ferreiro, quiso organizar la exposici¨®n porque, despu¨¦s de una tragedia familiar, ley¨® uno de los libros fundamentales sobre el Holocausto, El hombre en busca de sentido, del superviviente Viktor Frankl. "Pens¨¦ entonces que me gustar¨ªa ver una exposici¨®n sobre el campo y sus repercusiones hist¨®ricas", explica. Comenz¨® a trabajar en la muestra en 2009 y ha colaborado con 20 instituciones, especialmente con el Museo Auschwitz-Birkenau. La exposici¨®n incluye un vag¨®n de tren, una secci¨®n de un barrac¨®n de Auschwitz III-Monowitz (un campo sat¨¦lite donde estuvo Primo Levi), adem¨¢s de numerosos objetos, "que narran la historia del campo, de las v¨ªctimas pero tambi¨¦n de los perpetradores". Entre ellos est¨¢ el escritorio del comandante del campo, Rudolf Hoess, ejecutado en 1947. Tras Madrid, la muestra viajar¨¢ a Malm? (Suecia), ?msterdam y a varias ciudades estadounidenses.
"Ahora el antisemitismo est¨¢ en Internet, pero los mensajes son muy parecidos a los que circulaban en los a?os treinta", explica Palacios. "Hay mucha propaganda de supremacistas blancos, mucha teor¨ªa de la conspiraci¨®n, muchos mensajes con estereotipos racistas contra los jud¨ªos". Estos hechos no tienen lugar en el vac¨ªo sino que se producen en un momento especialmente delicado en Europa. El s¨¢bado se convoc¨® en Polonia una manifestaci¨®n que reuni¨® a 60.000 ultras de todo el continente que ped¨ªan "pureza racial", mientras que las denuncias de antisemitismo se multiplican en pa¨ªses como Hungr¨ªa. Aunque el objetivo principal del odio en la marcha de Varsovia fueron los musulmanes, tambi¨¦n se reprodujeron numerosas consignas antisemitas.
Este ambiente en el que lo intolerable se pasea a gritos por las calles de una capital europea es lo que ha llevado a los responsables de la exposici¨®n a difundir los hechos. Los expertos en estas manifestaciones de odio siempre se debaten entre la necesidad de denunciarlas y el peligro de proporcionar un altavoz a una minor¨ªa, fanatizada y enferma de racismo, pero muy peque?a dentro del conjunto de la sociedad. Isaac Querub, presidente de la Federaci¨®n de Comunidades Jud¨ªas de Espa?a, quiso dejar claro que Espa?a no es un pa¨ªs antisemita, aunque se?al¨® que esos mensajes son muy preocupantes: "Se empieza con tuits y se acaba atacando una sinagoga o un colegio".
Un experto en delitos de odio de la Guardia Civil explic¨® que "cuando se produce un evento que se sale de lo normal, como esta exposici¨®n, pueden aflorar mensajes que permanec¨ªan ocultos". "La gente se cree que las redes sociales les dan un cierto anonimato, pero el negacionismo puede ser un delito", agrega. Las estad¨ªsticas sobre delitos de odio del Ministerio del Interior muestran que el antisemitismo en Espa?a representa un porcentaje peque?o en el conjunto de esta clase de ofensas ¡ªun 0,6% en 2016¡ª. Sin embargo, en Europa la situaci¨®n es muy diferente. La Agencia Europea para los Derechos Fundamentales (FRA) acaba de publicar un informe sobre el antisemitismo que mantiene que este odio en concreto "representa un problema serio". Un estudio anterior de este organismo se?alaba que un 26% de los jud¨ªos europeos dec¨ªa en 2014 haber sufrido acoso verbal o f¨ªsico.
Narrativas diferentes
El comisario jefe de la muestra es el historiador holand¨¦s afincado en Canad¨¢ Robert Jan Van Pelt, autor de la monograf¨ªa The Case for Auschwitz y que particip¨® como experto en el caso contra el historiador brit¨¢nico David Irving, en un juicio en el que se enfrent¨® a la historiadora estadounidense Deborah E. Lipstadt, que se vali¨® de estudios acad¨¦micos, como se narra en la pel¨ªcula Negaci¨®n (2015). El informe The Van Pelt Report para aquel caso se considera uno de los documentos imprescindibles en la lucha contra el negacionismo. "Llevo 30 a?os trabajando sobre esos temas y Auschwitz es una atracci¨®n para los negacionistas. Si googleas Auschwitz, antes de darte cuenta llegas a p¨¢ginas que difunden esa basura", explica en conversaci¨®n por Internet desde Toronto. "Lo importante es no establecer una comparativa de narrativas, no se puede debatir con ellos porque no son argumentos racionales. Lo que nosotros hacemos con esa exposici¨®n es establecer los hechos, mostrar objetos originales. Nuestro objetivo es atraer a los j¨®venes, que la gente visite la exposici¨®n y que, durante dos horas, salga del pantano de informaci¨®n en el que nos movemos para concentrarse en aquellos hechos".
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