Dos madres
El director argentino Diego Lerman ha conseguido armonizar sus gestos estil¨ªsticos ¨Cconstantes, pero nunca gratuitos- con el poder comunicativo de unas actrices
UNA ESPECIE DE FAMILIA
Direcci¨®n: Diego Lerman.
Int¨¦rpretes: B¨¢rbara Lennie, Yanina ?vila, Daniel Ar¨¢oz, Claudio Tolcachir.
G¨¦nero: drama. Argentina, 2017
Duraci¨®n: 95 minutos.
El limpiaparabrisas corta con seca regularidad un plano dominado por los rostros de dos mujeres. Una de ellas, Marcela, ocupa el asiento del copiloto e inclina su mirada, en la que parece condensarse una oce¨¢nica tristeza. En el asiento de atr¨¢s, Malena lleva a un beb¨¦ entre sus brazos y su ojo izquierdo se enciende, de repente, como una brasa avivada por una inquietud interior. O por el miedo. O su anticipaci¨®n. Marcela es Yanina ?vila, una actriz no profesional que interpreta a la madre biol¨®gica del beb¨¦ que la otra mujer lleva en su regazo. Malena es B¨¢rbara Lennie, en la piel de una doctora, con una considerable carga de dolor en su pasado, que adoptar¨¢ ilegalmente al hijo de Marcela. La secuencia, silenciosa pero ensordecedora por las turbulencias an¨ªmicas que transmite ese juego de miradas, transcurre antes de la separaci¨®n de las dos mujeres y convierte la consustancial fragilidad de ese mudo equilibrio entre dos actrices en un arma expresiva de efectos devastadores. En su quinto largometraje, el argentino Diego Lerman ha conseguido armonizar sus gestos estil¨ªsticos de director ¨Cconstantes, pero nunca gratuitos- con el poder comunicativo de unas actrices conscientes de que no van a ser las l¨ªneas de di¨¢logo, sino todos los m¨²sculos de su cuerpo los que transmitan su verdad ante el conflicto, esencialmente irresoluble, que las enfrenta.
En Una especie de familia, una mujer sola viaja a la provincia de Misiones para asistir al parto de su hijo adoptivo. Las razones de la monta?a rusa emocional que, en el curso de relato, la har¨¢n transitar de la explosi¨®n violenta a la s¨²plica se ir¨¢n desvelando poco a poco pero, cuando lo hagan, ser¨¢ con parquedad, porque a Lerman y a su coguionista Mar¨ªa Meira no les interesa ni caer en la trampa del psicologismo, ni proponer una denuncia sobre la explotaci¨®n de fragilidades ¨Cvitales y econ¨®micas- que hay a uno y otro lado de la delicada transacci¨®n que centra el relato. Lo fundamental es iluminar el retorcido camino que recorrer¨¢n las miradas de Malena y Marcela para encontrarse en un improbable punto de fuga.
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