Inagotable Kurt¨¢g
Las miniaturas del compositor h¨²ngaro concentran siglos de sabidur¨ªa musical. ECM hace justicia a una m¨²sica esquiva, valiente y diferente a todas
Poder degustar, sorbo a sorbo, m¨²sica compuesta despaciosamente a lo largo de m¨¢s de cuatro d¨¦cadas por el decano de los compositores actuales, el h¨²ngaro Gy?rgy Kurt¨¢g (1926), se percibe como un raro privilegio. Al margen de escuelas, vanguardias, pol¨¦micas, recluido en la ense?anza y en la felicidad de un matrimonio largo y fecundo, Kurt¨¢g ha construido una obra llamada a engrandecerse con el paso del tiempo, a pesar de que ¨¦l ha cultivado como pocos lo peque?o, lo breve, lo enga?osamente fugaz y fragmentario.
En la m¨²sica de Kurt¨¢g abundan los homenajes expl¨ªcitos a sus amigos y se suceden las muestras de veneraci¨®n hacia sus escritores predilectos. En esta completa colecci¨®n de su producci¨®n vocal e instrumental de peque?o formato, un rosario de asombrosas e intimistas miniaturas compuestas entre 1970 y 2011, asoman aqu¨ª y all¨¢ los nombres de Anna Ajm¨¢tova, de Marina Tsviet¨¢ieva, de ?sip Mandelstam, de Aleksandr Blok, de Samuel Be?ckett (cuya Fin de partida presta sustento literario a una ¨®pera de Kurt¨¢g cuyo estreno se ha visto reiteradamente diferido). Los versos de todos ellos se envuelven en las notas justas, ni una m¨¢s, en l¨ªnea con la que es quiz¨¢ la se?a de identidad m¨¢s caracter¨ªstica del compositor: una sobria po¨¦tica de la exactitud y la precisi¨®n, dos sustantivos que reclama asimismo para la interpretaci¨®n de su m¨²sica.
Aqu¨ª cuenta como concertador general con un ferviente ap¨®stol de su causa, Reinbert de Leeuw, que consigue que todos sus int¨¦rpretes -voces e instrumentos- se instalen en esos angostos territorios dibujados por Kurt¨¢g en los que cada mil¨ªmetro es importante, trascendental, para que la m¨²sica suene con la din¨¢mica justa, con la duraci¨®n cabal, con silencios tan elocuentes como los sonidos. Aun cuando las obras se dilatan m¨¢s de lo habitual, como la fabulosa Grabstein f¨¹r Stephan (pieza predilecta de Claudio Abbado que nace y muere en las cuerdas tocadas al aire de una guitarra) u Op. 27 No. 2, un doble concierto para violonchelo, piano y dos ¡°conjuntos de c¨¢mara dispersos en el espacio¡±, la m¨²sica no acaba de perder su aire intimista, su constante querencia al despojamiento y un deslumbrante equilibrio formal que se dir¨ªa deudor de toda la m¨²sica que la ha precedido, desde la medieval hasta esas vanguardias con las que Kurt¨¢g quiso vivir siempre en la distancia.
Esta grabaci¨®n, que se prolong¨® durante un periodo de tres a?os, es a su vez el fruto de un contacto largo y continuado de los int¨¦rpretes con todas las obras, en muchos casos bajo la mirada atenta y con los consejos certeros del propio Kurt¨¢g. Es un trabajo en equipo que se percibe a cada momento como tal, pero cuesta no destacar al violonchelista Jean-Guihen Queyras, a la pianista Tamara Stefanovich (disc¨ªpula y musa de Pierre-Laurent Aimard) o a la cantante Natalia Zagorinskaya, que convierte los Mensajes de la difunta Srta. R. Troussova en un completo y azaroso tratado de psicolog¨ªa y emociones humanas. Son quiz¨¢ las tres puntas de lanza de una labor colectiva comandada con devoci¨®n por Reinbert de Leeuw en estos tres discos llamados a degustarse y admirarse lentamente, brizna a brizna, durante toda una vida.
Gy?rgy Kurt¨¢g. Obras completas para conjunto instrumental y para coro. Asko|Sch?nberg Ensemble y Coro de la Radio de Holanda. Director: Reinbert de Leeuw. ECM
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