Mar Abad: ¡°Las palabrotas han perdido poder¡±
La periodista almeriense acaba de publicar "De estraperlo a #postureo", donde rastrea las modas ling¨¹¨ªsticas de cinco generaciones
Dice la periodista Mar Abad que las palabras propias de una ¨¦poca son el selfi del momento. En su libro, De estraperlo a #postureo (Vox), rastrea las modas ling¨¹¨ªsticas de todo un siglo, desde el paral¨ªs de la generaci¨®n silenciosa al sexting de los millennials, pasando por los bugas y el ¡°nasti de plasti¡±. Ella naci¨® en Almer¨ªa en 1972¡
As¨ª que pertenece a la generaci¨®n¡ X, la que ha pasado a la historia por el ¡°chachi piruli¡±, La bola de cristal y la ruta del bakalao.
?Qu¨¦ palabras rescatar¨ªa de las generaciones anteriores a la suya? Aviador, lechuguino, guateque, paral¨ªs y fornifollar.
?Qu¨¦ hace que algunas sobrevivan y otras no? No hay ley matem¨¢tica. Depende de la voluntad de los hablantes. Lo que s¨ª es f¨¢cil ver es c¨®mo muere una palabra: cuando desaparece el objeto al que designa. Por eso nos hemos quedado sin comediscos y sin casetes.
?Cu¨¢l es la generaci¨®n m¨¢s mal hablada? ?Mal hablar es decir palabrotas? En ese caso, la generaci¨®n Z. Desde la dictadura hasta hoy, la l¨ªnea de las palabras soeces ha ido en ascenso. Pero hay que tener en cuenta que las palabrotas han perdido poder. Antes d¨¢bamos un respingo al escucharlas; ahora rondan por los patios del colegio como si fueran un bal¨®n m¨¢s.
?Se entretiene leyendo gram¨¢ticas y diccionarios? M¨¢s diccionarios que gram¨¢ticas. Pero lo que m¨¢s me gusta es escuchar a la gente en la barra del bar.
Sus abuelos com¨ªan ensaladilla nacional en lugar de ensaladilla rusa. ?Descubri¨® m¨¢s censuras gastron¨®micas? Descubr¨ª m¨¢s censuras femeninas. No deber¨ªamos olvidar el aplastamiento que sufrieron las mujeres en la dictadura. Da terror.
?A qui¨¦n propondr¨ªa para entrar en la RAE? A un humorista o guionista: un Joaqu¨ªn Reyes, un Jos¨¦ A. P¨¦rez Ledo. A una grammar punki como Elena ?lvarez Mellado. Y tambi¨¦n a Jos¨¦ Luis Cuerda, por mil cosas, pero sobre todo por haber inventado mi palabra preferida: pingopango.
?Qu¨¦ libro est¨¢ leyendo? Varios a la vez. Uno de ellos, El hambre, de Mart¨ªn Caparr¨®s. A este hombre deber¨ªan darle, al menos, un par de Nobel.
Si no fuera lo que es, ?qu¨¦ le gustar¨ªa ser? Yogui, y estar todo el d¨ªa en ch¨¢ndal y hablando de flores.
?Qu¨¦ est¨¢ socialmente sobrevalorado? Lo pol¨ªticamente correcto.
??Qu¨¦ encargo no aceptar¨ªa jam¨¢s? La direcci¨®n de censura del Ministerio de Informaci¨®n.
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