Seth Meyers, el presentador cuyas bromas llevaron a Trump a la presidencia
El responsable de los Globos de Oro fue el maestro de ceremonias de la cena de corresponsales de 2011
La noche del 30 de abril de 2011 cambi¨® la vida de Seth Meyers y el destino de todo EE UU. El c¨®mico, que pas¨® 13 a?os como miembro del reparto y jefe de guion de Saturday Night Live (SNL), comenzaba a prever su salida del veterano programa de sketches y en aquella velada ten¨ªa que sacar todas las armas para demostrar que se merec¨ªa continuar en la televisi¨®n. Le hab¨ªa tocado la ardua tarea de ser anfitri¨®n en la ic¨®nica cena de corresponsales en Washington y Donald Trump estaba en la sala. Ese iba a ser su (f¨¢cil) objetivo.
La campa?a para demostrar que el presidente Barack Obama hab¨ªa nacido en Kenia del magnate estaba en pleno apogeo. D¨ªa tras d¨ªa, Trump amenazaba con volver a presentarse a la presidencia, aunque todo parec¨ªa otro acto publicitario sin fundamento: "Trump dice que se presentar¨¢ a la presidencia como republicano, lo que es sorprendente porque asum¨ªa que se presenta como una broma", espetaba Meyers desde el estrado. La c¨¢mara enfocaba a Trump, impasible en su asiento y con cara de perro. Hab¨ªa encajado la burla constante que hab¨ªa hecho Obama (m¨¢s divertido incluso que Meyers) a su costa. Ahora le tocaba aguantar al c¨®mico en jefe. No hab¨ªa ni una sonrisa y parec¨ªa estar lleno de resquemor. Semanas despu¨¦s anunci¨® que finalmente no se presentaba, pero para muchos analistas fue esa noche cuando decidi¨® que volver¨ªa a ser candidato. Esta vez, contra todo pron¨®stico, ganar¨ªa. Ya no era ninguna broma.
"Ni siquiera pensaba c¨®mo le sentar¨ªa a Trump, ni siquiera sab¨ªa que estaba all¨ª plantado, solo me centr¨¦ en hacer re¨ªr a la sala", recordaba Meyers?(Evanston, Ilinois, 1973) meses despu¨¦s: "Me acerqu¨¦ a ¨¦l en una fiesta en Nueva York para agradecerle que se lo tomara tan bien y me sorprendi¨® diciendo que hab¨ªa ido demasiado lejos. No acept¨® mi agradecimiento". Una vez que lleg¨® a la presidencia, el presentador no tuvo otro remedio que tom¨¢rselo a broma: "Me re¨ª de ¨¦l en 2011. Esa fue la noche que decidi¨® presentarse. No es el objetivo que buscaba, pero es historia. Llev¨¦ a un hombre a la presidencia. Quiero mis puntos", bromeaba tras las elecciones de 2016 en el programa de Jimmy Fallon, presentador tambi¨¦n nacido en SNL del que toma el relevo nocturno cada noche en NBC y al que sustituye adem¨¢s este domingo como conductor de la ceremonia de los Globos de Oro.
Fallon y Meyers son polos opuestos. Si el primero se especializ¨® en los juegos gamberros, la m¨²sica y las entrevistas amables, Meyers aprovecha las debilidades de su compa?ero y dedica su hora a los discursos pol¨ªticos. Quiz¨¢s le costara hallar su personalidad, pero la ¨¦poca que ha elegido para hacerse un hueco no pod¨ªa ser mejor. Cuando en 2014 le entregaron el puesto, todo parec¨ªa indicar que le quedaba grande, que el late night no era lo suyo. El humorista llevaba a?os como presentador del segmento de noticias de Saturday Night Live, pero nunca hab¨ªa destacado tanto como Tina Fey o su compa?era Amy Poehler. Era el hombre impasible y afable dedicado ¨²nicamente a lanzar un chiste detr¨¢s de otro y a ser el rostro serio frente a personajes extravagantes como Stefon.
El creador de Saturday Night Live, Lorne Michael, confiaba, sin embargo, plenamente en ¨¦l, si bien no parec¨ªa funcionar con el formato tradicional de late show. El mon¨®logo de pie era nervioso y demasiado r¨¢pido y Meyers no parec¨ªa interesado en entrevistas aburridas. Late night (que hered¨® de los m¨¢s rompedores David Letterman, Conan O'Brian y Fallon) solo triunfar¨ªa cuando le imprimiera su personalidad. La pista se la dio John Oliver en HBO: su programa triunfaba en Internet gracias a discursos largos y llenos de cr¨ªtica. Pronto, Meyers decidi¨® quedarse sentado en su silla sin nada de juegos y m¨²sica. Solo un hombre mirando a pantalla y lanzando un alegato sobre las noticias de cada d¨ªa. Esa era su voz. Hacer lo mismo que funcion¨® en SNL.
La carrera de Meyers se basaba, al fin y al cabo en darse cuenta de sus debilidades y descartarlas. Cuando fue consciente de que las imitaciones (fue John Kerry en campa?a o el presentador Anderson Cooper) y los personajes no eran lo suyo, decidi¨® dar un paso atr¨¢s y relegar su protagonismo en SNL para centrarse en escribir y presentar las noticias. Algo que muchos otros egos se hubieran negado a hacer. Con la interpretaci¨®n, quiz¨¢s por lo divertido de la experiencia, le cost¨® m¨¢s. En cine se dej¨® ver en peque?os papeles en Viaje al centro de la tierra, No te la pierdas, Noche de fin de a?o, American Dreamz y Tentaci¨®n en Manhattan, pero pronto descubri¨® que lo suyo, pese a su falta de bagaje como comunicador, era presentar.
Este improvisador nato llega as¨ª hasta su gran reto del domingo: presentar los Globos de Oro, un espect¨¢culo informal y desenfadado donde lo m¨¢s importante es saber desaparecer y hacer suyo el mon¨®logo inicial. Ricky Gervais lo hizo con insultos; Fey y Poehler con sus chistes y feminismo y Jimmy Fallon con su m¨²sica. El discurso de Meyers ser¨¢ pol¨ªtico, pero tambi¨¦n ha prometido que su foco de atenci¨®n estar¨¢ en la pol¨ªtica de Hollywood y no tanto en la Casa Blanca: "Mirando a las noticias, parece claro que este a?o m¨¢s que nunca, Hollywood ha tenido sus propias pol¨ªticas internas que debemos trata", subrayaba Meyers esta semana en Entertainment Weekly refiri¨¦ndose a las acusaciones de abuso sexual vertidas sobre el productor Harvey Weinstein y otros de los nombres relevantes de la industria a los que ya menciona en la publicidad. Pero no se olvidar¨¢ de Trump, quien tras su ataque en la cena de corresponsales, jam¨¢s regres¨® a la fiesta anual, ni como candidato ni como presidente: "A veces me gustar¨ªa no hablar tanto de ¨¦l, pero Trump tiene las llaves para hacer que dejemos de hacer bromas a su costa. Simplemente tendr¨ªa que comportarse de manera distinta. Si sigue por ese camino, nosotros seguiremos el nuestro".
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