El peor agente alem¨¢n de la Primera Guerra Mundial
Aparece un libro documentad¨ªsimo sobre la fracasada misi¨®n secreta de Frobenius en Arabia y Etiop¨ªa
Entre los grandes personajes de la Primera Guerra Mundial no podemos contar a Leo Frobenius. Al menos atendiendo a sus logros. Otra cosa es si lo juzgamos por la aventura que vivi¨®, lo ambicioso de sus intenciones y el gran concepto que ten¨ªa de s¨ª mismo, el t¨ªo. Frobenius (1873-1938) fue un tan popular como controvertido etn¨®logo, arque¨®logo y explorador alem¨¢n que al tiempo que estudiaba las culturas africanas ¨Csu especialidad- no dudaba en expoliarlas y en pregonar excentricidades como que hab¨ªa descubierto la Atl¨¢ntida. Se le afe¨® elocuentemente en su tiempo ¡°su predilecci¨®n por la absenta y las negras¡± y ser ¡°un canalla ladr¨®n¡±. Se sinti¨® muy a gusto con los nazis. Durante la Gran Guerra, en 1915, encabez¨® una misi¨®n secreta alemana (aunque se enter¨® todo el mundo) que deb¨ªa restablecer la comunicaci¨®n con la aislada delegaci¨®n germana en Addis Abeba y conseguir que los et¨ªopes apoyaran a las potencias centrales y Turqu¨ªa atacando las colonias de la Entente en la zona, especialmente el Sud¨¢n. Durante su viaje a trav¨¦s de Arabia, Frobenius pretend¨ªa, de paso, agitar el nacionalismo y el sentido religioso de las poblaciones musulmanas a fin de levantarlas contra los brit¨¢nicos. En este plan se adelantaba a Lawrence de Arabia (incluso disfraz¨¢ndose de beduino y montando en camello), que hizo lo mismo pero en sentido contrario -sublevando a los ¨¢rabes contra los turcos aliados de los alemanes-, y con ¨¦xito.
La historiadora y arque¨®loga de la Universidad de Barcelona Roc¨ªo Da Riva (Madrid, 1972) lleva m¨¢s de una d¨¦cada obsesionada con la misi¨®n de Frobenius (la denominada oficialmente Cuarta expedici¨®n alemana de investigaci¨®n de ?frica Central) y finalmente ha alumbrado sobre el particular un libro documentad¨ªsimo (hasta consta el precio del alquiler de un camello el trayecto de ida y vuelta de Yeda a La Meca: 3 libras inglesas), Arque¨®logos, etn¨®logos y esp¨ªas, la misi¨®n de Leo Frobenius en Arabia y Eritrea, 1914-1915 (Ediciones Bellaterra, 2017, con pr¨®logo de Francisco Gracia Alonso).
Da Riva confiesa hab¨¦rselo pasado de lo lindo reconstruyendo la misi¨®n que encuentra ¡°admirable, emocionante, algo absurda y sobre todo terriblemente divertida¡±. Y es que Frobenius, deplorable esp¨ªa y agente agitador, que se disfrazaba pesimamente y viajaba con dos lechones mascota, Lieschen y Lottchen, era todo un caso. Charlat¨¢n, insolente, temerario, pagado de s¨ª mismo, ansioso de t¨ªtulos (ostentaba el de Consejero Secreto del Gobierno Imperial, lo que, desde luego, es ideal para viajar encubierto, y los turcos le autorizaron emplear el de pach¨¢ junto a su alias ¨¢rabe de Abdul Kerim), logr¨® una casi absoluta unanimidad a la hora de juzgarle un completo in¨²til, algo en lo que estaba de acuerdo hasta el embajador alem¨¢n en Constantinopla. No ser¨¦ yo quien le lleve la contraria al embajador alem¨¢n en Constantinopla: a?os despu¨¦s, en 1933, Frobenius se atrevi¨® a intentar robarle al conde Alm¨¢sy (el personaje real de El paciente ingl¨¦s) el hallazgo de las famosas pinturas rupestres de los nadadores del Wadi Sura en la expedici¨®n que hicieron juntos al Jebel Arkenu, algo que me tomo como un insulto personal.
Ostentaba el t¨ªtulo de Consejero Secreto del Gobierno Imperial, y los turcos le autorizaron emplear el de pach¨¢ junto a su alias ¨¢rabe de Abdul Kerim
En la misi¨®n de 1915, Frobenius, que se arrogaba el rango de capit¨¢n, no logr¨® pasar de Eritrea, aunque, eso s¨ª, su rastro, detalla Da Riva, se cruza con la peripat¨¦tica tripulaci¨®n del famoso crucero Emden huida en la goleta Ayesha, el padre de Wilfred Thesiger (a la saz¨®n embajador en Etiop¨ªa) y el ferrocarril del Hejaz que atacar¨ªa Lawrence. El gran momento de la expedici¨®n fue cuando, cruzando el Mar Rojo en un dhow, los intercept¨® el crucero franc¨¦s Desaix que envi¨® una dotaci¨®n a bordo. No encontraron a Frobenius y a los suyos porque se hab¨ªan escondido en el indescriptible retrete de la embarcaci¨®n. A pesar del absoluto fracaso, Roc¨ªo Da Riva concluye que la misi¨®n de Frobenius ¡°fue una de las aventuras m¨¢s apasionantes y emocionantes acontecidas a un cient¨ªfico en Oriente Pr¨®ximo durante la Primera Guerra Mundial¡±.
La historia tiene una coda ¨ªntima: Da Riva me tiene cruelmente retirado el saludo desde que en 2010 escrib¨ª una cr¨®nica en tono jocoso, aunque traspasado de envidia y admiraci¨®n y con un trasfondo rom¨¢ntico, sobre su viaje al desierto l¨ªbico, los predios de Alm¨¢sy y escenarios de El paciente ingl¨¦s, y donde el conde h¨²ngaro le hizo buenos servicios a Rommel. En el art¨ªculo describ¨ª como ella pon¨ªa coto a mi entusiasmo por el personaje magiar habl¨¢ndome desmitificadoramente de las viejas latas de sardinas que encontr¨® en el remoto Gilf Kebir y hasta de alguna momificada deposici¨®n ¡°de tu h¨¦roe aventurero¡±. Espero que alg¨²n d¨ªa me perdone. Seguro que no soy peor persona que Frobenius...
Babelia
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