Philip Roth: ¡°Ninguna de las conductas m¨¢s extremas que han salido en los peri¨®dicos me sorprende¡±

Philip Roth se pasa la mayor¨ªa de su tiempo leyendo. Ha sustituido la escritura de sus propios libros por el descubrimiento de los de otros. ¡°Leer ha reemplazado el placer de escribir y constituye el principal est¨ªmulo de mi vida intelectiva¡±, asegura Roth, que lleva a?os apartado de los focos, en una entrevista con The New York Times. A lo largo de la charla, el autor explica por qu¨¦ en 2012 anunci¨® que no publicar¨ªa m¨¢s libros, tacha de buf¨®n al presidente Donald Trump y analiza tambi¨¦n la ola de denuncias por acoso sexual liderada por el movimiento #MeToo.

¡°En pocos meses dejar¨¦ la vejez para adentrarme en la vejez profunda [cumplir¨¢ 85 a?os el 19 de marzo]. Me parece asombroso seguir aqu¨ª al final de cada d¨ªa. Al acostarme sonr¨ªo y pienso: ¡®He vivido un d¨ªa m¨¢s¡¯. Y me fascina despertarme ocho horas m¨¢s tarde y seguir aqu¨ª: ¡®He sobrevivido otra noche¡±, explica el autor al principio de la charla. Sus jornadas se convierten en una especie de ¡°juego¡± en el que, de momento, sigue ganando, ¡°en contra de todas las probabilidades¡±.

Para ocupar ese d¨ªa a d¨ªa, Roth se dedica a leer, sobre todo de Historia: principalmente de EE UU, pero tambi¨¦n de Europa. Apenas cata novelas, tal vez por la sobredosis del pasado: ¡°Me pas¨¦ toda mi vida laboral leyendo, estudiando y escribiendo ficci¨®n. Hasta hace siete a?os casi no pensaba en otra cosa¡±. Tal vez por eso, el autor asegura que tampoco echa de menos su ¨¦poca como escritor. De hecho, demuestra tener muy claro por qu¨¦ lo dej¨® y no muestra la menor intenci¨®n de retomarlo: ¡°En 2010 empec¨¦ a tener la fuerte sospecha de que ya hab¨ªa sacado lo mejor de mi trabajo y lo siguiente ser¨ªa inferior. Ya no pose¨ªa la vitalidad mental, ni la energ¨ªa verbal o la forma f¨ªsica necesarias para construir y mantener un largo ataque creativo de cualquier duraci¨®n sobre una estructura tan compleja y exigente como una novela¡±.

Desde luego, sin embargo, la energ¨ªa verbal no le falta para referirse al presidente de EE UU, Donald Trump. Roth considera que nadie podr¨ªa haber previsto la ¡°cat¨¢strofe¡± que vive su pa¨ªs actualmente, la ¡°commedia dell¡¯arte de un buf¨®n presumido¡±. Ni siquiera el presidente Charles Lindbergh de su La conjura contra Am¨¦rica es comparable con el mandatario actual, seg¨²n Roth: ¡°Hay una clara diferencia de estatura¡±. En la obra, el escritor imaginaba que Lindbergh, al que retrataba como un fascista, racista, firme defensor del supremacismo blanco, derrotaba a Franklyn Delano Roosevelt en las elecciones presidenciales de 1940, lo cual cambiaba el destino de EE UU y del mundo entero. A¨²n as¨ª, por lo menos, Lindbergh era un ¡°h¨¦roe americano¡±, por su haza?a de ser el primer piloto en cruzar el Atl¨¢ntico en solitario en un avi¨®n, en 1927. Frente a ¨¦l, ¡°Trump es un fraude masivo, la suma malvada de sus deficiencias, vac¨ªo de todo, salvo de la ideolog¨ªa hueca de un megal¨®mano¡±. "Qu¨¦ na¨ªf fui al creer en 1960 que era un estadounidense que viv¨ªa en tiempos rid¨ªculos", agrega.?

Respecto al movimiento #MeToo, Roth, que ha buceado a fondo en lo m¨¢s oscuro del deseo sexual masculino a lo largo de su trayectoria literaria, no se muestra sorprendido de lo que desvelan las denuncias: "Ninguna de las conductas m¨¢s extremas sobre las que he estado leyendo en los peri¨®dicos me ha asombrado".