Los hermanos Forman dan vida al Lejano Oeste

Los gemelos Petr y Matej Forman llevan a?os viajando por todo el mundo con tres camiones gigantes. All¨ª donde van construyen su propio teatro. Puede ser un retablo de marionetas, una carpa circense, una barraca llena de monstruos de feria. En el a?o 2000 incluso restauraron un viejo barco de transporte de carb¨®n, el Mystery, para representar Las velas escarlatas, un montaje basado en un relato fant¨¢stico del escritor ruso Alexandre Grine. Todav¨ªa hoy esa nave sigue anclada en el r¨ªo Moldava a su paso por Praga, su ciudad natal, convertida en un escenario flotante permanente.

Esto se explica porque las obras de estos dos hermanos, famosos tanto por sus originales creaciones como por ser hijos del cineasta Milos Forman, no son espect¨¢culos al uso: son aut¨¦nticas experiencias de inmersi¨®n en realidades alucinantes, que parecen desafiar las leyes f¨ªsicas, con trucos de ilusionismo y efectos ¨®pticos asombrosos. Y lo m¨¢s asombroso es que todo es artesanal, inventado por ellos. Por eso tardan a?os en concebir cada uno de sus trabajos.

Para su ¨²ltima obra, Deadtown, que puede verse en las Naves Matadero de Madrid desde esta noche hasta el 28 de enero, han construido un saloon del Lejano Oeste americano: con su puerta batiente, su barra de licores, sus habitaciones en la primera planta y sus pistoleros de gatillo f¨¢cil. Pero que nadie se confunda: esto no es una obra que transcurre en el Oeste, sino la materializaci¨®n de un w¨¦stern mudo. Uno parece estar dentro de una pel¨ªcula y hay que frotarse los ojos de vez en cuando para comprobar que no es as¨ª.

¡°Como ni?os na¨ªf de una peque?a ciudad checa, nuestra imagen del salvaje Oeste se form¨® gracias a los westerns mudos. Cre¨ªamos que viv¨ªan en blanco y negro o con peque?as sombras de color sepia. Y aunque con el tiempo hemos perdido esa inocencia, esa irrealidad sigue cercana a nuestra visi¨®n del teatro. Por eso esta nueva obra oscila entre el teatro y el cine mudo¡±, explican los Forman en el programa de mano.

Anteayer, despu¨¦s de varios d¨ªas reconstruyendo su saloon en las Naves Matadero, la compa?¨ªa estaba lista para presentar Deadtown a la prensa madrile?a. Petr Forman, director y actor, apareci¨® en el escenario como si ¨¦l mismo acabara de clavar los ¨²ltimos tablones. Parec¨ªa el mism¨ªsimo padre de Pinocho. Humilde, fascinante, preocupado por explicar bien su trabajo. ¡°Somos de la vieja escuela. Yo estudi¨¦ Teatro de marionetas de Praga y mi hermano Bellas Artes ¡ªbrome¨®¡ª. No obstante, en este nuevo espect¨¢culo utilizamos por primera vez nuevas tecnolog¨ªas para crear esa ilusi¨®n de pel¨ªcula antigua¡±.

Durante la primera parte de la funci¨®n es una sucesi¨®n de n¨²meros tradicionales de magia, cabaret y circo. Hasta que llega la ¡°magia de verdad¡±: los actores se mezclan con las marionetas, parecen atravesar paredes, meterse en las pantallas de proyecci¨®n, galopar sobre monta?as desiertas. ¡°Hemos querido hacer tambi¨¦n un homenaje a todas aquellas personas que buscaban nuevos caminos a principios del siglo XX o, so?ando con cosas aparentemente imposibles, inventaron las primeras grabaciones sonoras o cinematogr¨¢ficas¡±, a?adi¨® el director. As¨ª son ellos mismos: exploradores de la imaginaci¨®n.