Tan poderosas, tan supervivientes

Mientras Hollywood se desayunaba ayer con la escalofriante confesi¨®n de una diosa como la actriz Uma Thurman ¡ªviolada cuando ten¨ªa 16 a?os por un actor veinte a?os mayor que ella, acosada sexual y profesionalmente por el infame Harvey Weinstein y maltratada durante el rodaje de Kill Bill por su querido director y amigo Quentin Tarantino¡ª en Espa?a se celebraba la gala m¨¢s importante de su industria y quiz¨¢ la m¨¢s fallida de los ¨²ltimos tiempos.

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El supuesto clamor feminista que parec¨ªa calentar las horas previas a los premios no cal¨® y lo que promet¨ªa ser un acto reivindicativo y furioso solo lo fue t¨ªmidamente. Solo la emoci¨®n de las mujeres premiadas puso nervio a tres horas laxas en el fondo y en la forma. Una maravillosa Isabel Coixet agradeci¨® a su bella madre que no la rega?ara de ni?a por preferir leer a hacer las tareas de la casa. Carla Sim¨®n record¨® a sus padres muertos de sida. La ya eterna Julita Salmer¨®n, reina en el documental Muchos hijos, un mono y un castillo pirope¨® a Javier Bardem. Y la temblorosa Nathalie Poza result¨® vibrante en sus agradecimientos por el premio a su trabajo en No s¨¦ decir adi¨®s.

La sombra de la dura ceremonia del No a la Guerra (recordada anoche con emoci¨®n por la entonces presidenta, la homenajeada Marisa Paredes, que asegur¨® que volver¨ªa a defenderla como aquel d¨ªa) pes¨® en el recuerdo. Los 1.800 abanicos rojos que supuestamente se repartieron entre los invitados con el lema #M¨¢sMujeres lucieron tarde y mal. Solo Pen¨¦lope Cruz, Coixet, Sim¨®n, Emily Mortimer, Paula Ortiz, algunos miembros de la directiva de la Academia, El Langui y, s¨ª, Pablo Iglesias y Pedro S¨¢nchez, los mostraron con ganas desde la alfombra roja.

Hace unos meses, la cineasta Josefina Molina, presidenta de Honor de CIMA y pionera en un oficio donde contadas mujeres han logrado abrirse paso, dedic¨® su ensayo de entrada a la Academia de Bellas Artes de San Fernando a la misoginia y el feminismo en el cine de Berlanga. En el acto, un domingo por la tarde y sin alfombra roja de por medio, apenas hab¨ªa caras conocidas de esa misma industria que ayer celebr¨® su gran noche premiando a otra mujer cineasta. Una pena, porque lo que all¨ª expuso la directora de Funci¨®n de noche (obra visionaria de nuestro cine sobre la ¨ªntima tragedia de tantas mujeres criadas en la sociedad opresiva y reaccionaria del franquismo) deber¨ªa ser lectura obligada en estas horas de marea feminista.

Berlanga, que hab¨ªa sido profesor de Molina en la Escuela Oficial de Cine y al que le gustaba d¨¢rselas de viejo verde provocando a su alumna con bravuconadas machistas, es, a juicio de la cineasta, el autor de la pel¨ªcula m¨¢s feminista de nuestra historia: Tama?o natural, en la que la actriz protagonista es una mu?eca hinchable. Cruel relato sobre los miedos masculinos de un cineasta que sent¨ªa un ¡°terror vaginal¡± por las mujeres, ¡°tan poderosas en su debilidad, tan supervivientes¡±.

Unas de esas supervivientes, Isabel Coixet, con La librer¨ªa, se llev¨® anoche todos los honores de una gala que no estuvo a su altura ni a la del momento. Ojal¨¢ hubiese triunfado su propuesta de una alfombra roja en pijama y zapatillas y en la que, como ella clamaba, el activismo feminista no fuese un mero complemento de quita y pon.

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