Una fot¨®grafa feminista en Ir¨¢n
Shadi Ghadirian, que trabaja en constante tensi¨®n con la censura isl¨¢mica, expone en Valencia
Shadi Ghadirian representa un caso infrecuente. El de una artista que aborda la situaci¨®n de las mujeres en Ir¨¢n sin haber abandonado el pa¨ªs. La fot¨®grafa expone una retrospectiva de su rompedora obra en el Centre del Carme de Valencia. Ghadirian, de 43 a?os, se dio a conocer internacionalmente en 1998 con Qajar. Una serie de im¨¢genes en tonos sepia que recuperaban la est¨¦tica de los primeros retratos que se hicieron en Persia, en el siglo XIX, cuando el sah Nasser Al-Dis introdujo la fotograf¨ªa en el pa¨ªs despu¨¦s de un viaje por Europa. Las mujeres aparecen retratadas con vestidos y decorados de ¨¦poca, pero tienen en la mano un elemento disruptor, como una lata de Pepsi o un enorme radiocasete apoyado en el hombro, al estilo de los raperos norteamericanos de los a?os ochenta.
Su siguiente trabajo, Like every day, fue igual de transgresor. Ghadirian retrat¨® figuras con forma de mujer, pero en el hueco del obligatorio velo que deben llevar en la Rep¨²blica Isl¨¢mica de Ir¨¢n, en vez de la cara coloc¨® un objeto dom¨¦stico tradicionalmente reservados a ellas. Una escoba, una cacerola, un colador, una plancha, un bol, o un guante de pl¨¢stico. Todos ellos procedentes del ajuar que la fot¨®grafa recibi¨® como regalo al casarse.
Su arte es tolerado por el r¨¦gimen. Sus obras, explica la fot¨®grafa, se exponen primero en Teher¨¢n y luego viajan al extranjero. Han podido verse en Londres, Par¨ªs, Berl¨ªn, Bruselas, Los ?ngeles, Toronto, Mumb¨¢i y otras ciudades. Lo cual no significa que no tenga problemas. El primer premio de su carrera, logrado con Qajar, le fue retirado al ser consideradas algunas de las im¨¢genes demasiado irreverentes. Y Like every other day y otras de sus series han levantado cr¨ªticas de los sectores m¨¢s religiosos. "Todos los artistas en Ir¨¢n conocen las l¨ªneas rojas", afirma, y la constante tensi¨®n con la censura forma parte del trabajo.
Ella y muchas mujeres en su pa¨ªs siguen con inter¨¦s la campa?a contra los abusos sexuales #MeToo nacida en Hollywood, que est¨¢ sacudiendo diversos espacios de poder en Occidente. Ir¨¢n se encuentra muy por detr¨¢s, pero Ghadirian cree que algo tambi¨¦n ha empezado a agitarse. "En las ¨²ltimas semanas, en distintos puntos del pa¨ªs ha habido mujeres que han salido a la calle, se han quitado el pa?uelo y lo han ondeado como una bandera. 27 mujeres han sido detenidas por hacerlo, pero vamos a ver qu¨¦ pasa. Creo que es un acto po¨¦tico, y tambi¨¦n es el primer derecho. Decidir si quieres o no llevar el pa?uelo, elegir tu ropa".
Dados los temas y el contexto, la obra de Ghadirian es inevitablemente pol¨ªtica, pero la fot¨®grafa no lo presenta de forma directa, sino recurriendo "al humor y la iron¨ªa", afirma Mario Mart¨ªn Parejo, comisario de la exposici¨®n Como todos los d¨ªas, abierta hasta el 1 de abril.
Las im¨¢genes colgadas en el antiguo Convento del Carmen de Valencia, reconvertido en museo tras la desamortizaci¨®n, abordan otras pulsiones de Ir¨¢n. Como la censura a la que son sometidas las publicaciones occidentales. Ghadirian explica que un funcionario las revisa p¨¢gina por p¨¢gina y tapa con rotulador las partes denudas del cuerpo de las mujeres, hasta dejar solo la cara, las manos y los pies.
Toda la obra de Ghadirian tiene un componente autobiogr¨¢fico, y parte de sus fotograf¨ªas reflejan el permanente estado preb¨¦lico de la Rep¨²blica Isl¨¢mica. La artista era una ni?a cuando estall¨® la revoluci¨®n liderada por el ayatol¨¢ Jomeini, entr¨® en la adolescencia durante la guerra con Irak, y esta d¨¦cada ha visto a su pa¨ªs involucrarse en el conflicto sirio.
La crisis pol¨ªtica que convulsion¨® Ir¨¢n en 2009, cuando miles de ciudadanos salieron a la calle, la empuj¨® a crear unas im¨¢genes conceptuales inquietantes en las que aparecen mujeres tejiendo telara?as. Ahora, las protestas han vuelto al pa¨ªs, lo que a Ghadirian no le sorprende. "La gente no tiene dinero y tampoco esperanzas en que las cosas cambien despu¨¦s de 40 a?os".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.