Lorca tambi¨¦n habla japon¨¦s
La compa?¨ªa nipona Ksec Act presenta en Espa?a su particular versi¨®n de la obra 'El p¨²blico'
?C¨®mo suena Federico Garc¨ªa Lorca en japon¨¦s? ?Conserva su m¨²sica? ?C¨®mo interpreta su po¨¦tica, tan arraigada en Andaluc¨ªa, una persona educada en una cultura tan diferente y lejana? ¡°Las emociones humanas son las mismas en cualquier parte del mundo: el amor, la dignidad, la venganza, el dolor¡ Podemos expresarlas de forma distinta, pero en el fondo todos somos iguales¡±, responde Yoichi Tajiri, japon¨¦s de pura cepa, nacido en Taiw¨¢n en 1943, cuando era colonia nipona, y criado desde los dos a?os en la ciudad de Kobe (sur de Jap¨®n).
Tajiri, especialista en literatura hisp¨¢nica y catedr¨¢tico em¨¦rito de la Universidad de Kansai Gaidai (prefectura de Osaka), sabe de lo que habla. Lleva 40 a?os traduciendo a su lengua obras teatrales de autores espa?oles para representarlas en su pa¨ªs con su compa?¨ªa Ksec Act. Desde cl¨¢sicos como Lope, Calder¨®n y Cervantes hasta m¨¢s actuales como Valle-Incl¨¢n, Lorca y Arrabal. ¡°Le voy a contar una an¨¦cdota. Cuando en 2006 trajimos a Espa?a nuestra puesta en escena de El amor de Don Perlimpl¨ªn con Belisa en su jard¨ªn, una sobrina de Lorca, Isabel, se acerc¨® despu¨¦s de la funci¨®n y me dijo: ¡®As¨ª es como ¨¦l habr¨ªa querido que se representara esta obra. Con mucha met¨¢fora y fantas¨ªa. El teatro espa?ol tiende a ser demasiado realista¡±, relataba orgulloso a EL PA?S este lunes en un despacho del teatro Valle-Incl¨¢n de Madrid, donde desde esta noche hasta el domingo se podr¨¢ ver su versi¨®n de El p¨²blico (y el mi¨¦rcoles 21 en el teatro Circo de Murcia).
Posiblemente Tajiri sea una de las personas que m¨¢s han contribuido a la difusi¨®n de la cultura espa?ola en Jap¨®n m¨¢s all¨¢ del flamenco. ¡°El flamenco es tan popular en mi pa¨ªs que oscurece el resto de la cultura espa?ola¡±, subraya. ¡°De la misma forma, en Espa?a no se conoce el teatro japon¨¦s m¨¢s all¨¢ del inter¨¦s folcl¨®rico que despiertan el kabuki o el noh. Nada de contempor¨¢neo. Solo recuerdo una versi¨®n en espa?ol de un autor del siglo XX, Maquillaje, de Hisashi Inoue, que estren¨® Nuria Espert en 1990¡±, a?ade.
Poco a poco, la compa?¨ªa Ksec Act ha logrado crear en Nayoya ¡ªciudad donde tiene su sede¡ª un curioso club de fans del teatro espa?ol. ¡°No intentamos imitar la forma en que los espa?oles hacen teatro, sino trasladar sus textos a nuestro contexto y nuestra est¨¦tica. Por eso tenemos ¨¦xito¡±, advierte Tajiri.
?Y de d¨®nde les viene esta pasi¨®n por el espa?ol? ¡°En mi caso, naci¨® de la necesidad. Cuando yo era adolescente so?aba con emigrar porque en mi pa¨ªs las cosas estaban dif¨ªciles despu¨¦s de la guerra. Pens¨¦ en Argentina, as¨ª que decid¨ª aprender el idioma. Y as¨ª fue como empec¨¦ a engancharme¡±, recuerda Tajiri. En 1966 viaj¨® a Espa?a y asisti¨® por primera vez a una representaci¨®n teatral en castellano. ¡°Era Numancia, de Cervantes, dirigida por Miguel Narros. Me qued¨¦ fascinado por c¨®mo sonaba y se materializaba eso que yo hab¨ªa le¨ªdo tantas veces. As¨ª que me dije: tenemos que conquistar el teatro espa?ol¡±, recuerda.
Poco despu¨¦s conoci¨® a Kei Jinguji, tambi¨¦n especialista en literatura hisp¨¢nica y director de escena, y en 1980 decidieron empezar a adaptar sus textos favoritos: Ligaz¨®n, de Valle-Incl¨¢n; La vida es sue?o, de Calder¨®n; La casa de Bernarda Alba, de Lorca; El arquitecto y el emperador de Asiria, de Arrabal; Numancia, de Cervantes, Fuenteovejuna, de Lope, y hasta La Celestina y El Quijote. As¨ª hasta cerca de veinte t¨ªtulos. En 2002 presentaron por primera vez un montaje en Espa?a ¡ªLa vida es sue?o, en el festival de Almagro¡ª y desde entonces vuelven peri¨®dicamente con sus nuevas producciones.
De Lorca ya van siete. La ¨²ltima, El p¨²blico, encaja como un guante en la est¨¦tica del teatro noh, el tradicional drama musical japon¨¦s, que usa siempre m¨¢scaras. ¡°El tema de esta obra es el amor puro entre dos hombres. Uno ama con fervor, mientras que el otro quiere ocultarlo a la sociedad. Por eso en la escena final usamos m¨¢scaras¡±, explica Jinguji en el programa de mano.
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