Brassa? nocturno y de bajos fondos
La Fundaci¨®n Mapfre dedica en Barcelona la mayor retrospectiva en Espa?a al fot¨®grafo del Par¨ªs oscuro de los a?os treinta
La suerte es para el que la trabaja pero tambi¨¦n para el que est¨¢ en el lugar adecuado y en el momento justo. Es lo que le ocurri¨® al joven h¨²ngaro Gyul¨¢ Hal¨¢sz (Brass¨®, Transilvania, 1899) tras trasladarse en 1924 a Par¨ªs con la misma intenci¨®n que muchos otros artistas: hacerse famoso con su pintura. Pero pronto cambi¨® los pinceles por la c¨¢mara, en un momento en el que la fotograf¨ªa comenz¨® a ser considerada objeto art¨ªstico y a sustituir a las ilustraciones en los peri¨®dicos y revistas. Hal¨¢sz se lanz¨® a la calle a capturar la s¨®rdida vida nocturna de la ciudad, sobre todo los tugurios y prost¨ªbulos donde los bajos fondos de Par¨ªs se divert¨ªan, pero tambi¨¦n los rincones de Montparnasse, el centro neur¨¢lgico de la vanguardia parisina y muchos de los que all¨ª viv¨ªan, entre ellos artistas colegas suyos. Sus im¨¢genes convirtieron a este joven h¨²ngaro en uno de los pioneros de la fotograf¨ªa moderna por su estilo directo y realista, ajeno a cualquier movimiento art¨ªstico. Hal¨¢sz, que nunca renunci¨® a su idea de ser pintor, comenz¨® a firmar sus fotograf¨ªas como Brassa?, ¡°natural de Brass¨®¡±, reservando su apellido para sus pinturas y esculturas.
La Fundaci¨®n Mapfre re¨²ne hasta el 13 de marzo en Barcelona unas 200 fotograf¨ªas en una retrospectiva del polifac¨¦tico artista comisariada por Peter Galassi, conservador jefe de fotograf¨ªa del MoMA hasta 2011. La ¨²ltima en Espa?a fue la celebrada en 1993 que comisari¨® Manuel Borja Villel en la Fundaci¨®n T¨¤pies que luego viaj¨® a Kassel, M¨²nich y pudo verse en Madrid en 1995.
Dividida en una docena de temas, bajo los mismos ep¨ªgrafes con los que Brassa? orden¨® su ingente material, la exposici¨®n arranca con Par¨ªs de noche, su primer trabajo importante, que realiz¨® en 1931 y acab¨® siendo un libro al a?o siguiente con im¨¢genes de la ciudad despoblada en las que el tiempo parece haberse detenido y en las que abundan los encuadres abruptos y las visiones po¨¦ticas e in¨¦ditas de las ahora ic¨®nicas Torre Eiffel, Notre Dame o el Pont Royal, entre otros.
En Placeres, el fot¨®grafo agrup¨® a delincuentes, prostitutas y otros actores de los bajos fondos que se divierten en bailes y prost¨ªbulos. ¡°Brassa? llev¨® a la fotograf¨ªa una rica mitolog¨ªa que ya exist¨ªa en la literatura y en las artes visuales¡±, explica Galassi junto a una serie que muestra la presentaci¨®n de las mujeres al cliente hasta que este finaliza su visita. ¡°Recuerdan Las se?oritas de Avignon de Picasso¡±, compara Galassi.
Adem¨¢s del lugar y el momento, las buenas relaciones ayudan a triunfar. Las primeras im¨¢genes de Brassa? llamaron la atenci¨®n de los intelectuales parisinos, comenzando una relaci¨®n que le llev¨® a colaborar con muchos de ellos en publicaciones como Minotaure y Labyrinthe, accediendo a sus estudios, como el de su amigo Picasso (que siempre le anim¨® a pintar), pero tambi¨¦n Joan Mir¨®, Salvador Dal¨ª, Henri Matisse o Alberto Giacometti, cuyos retratos se pueden ver en una galer¨ªa del edificio modernista de la Casa Garriga Nogu¨¦s.
Pese a que convivi¨® con el surrealismo y explor¨® las posibilidades de la doble imagen a partir de los espejos, Brassa? neg¨® sus vinculaciones con el movimiento. ¡°Su trabajo no tiene nada que ver, el surrealismo aport¨® nuevas energ¨ªas, pero se le atribuyen m¨¢s cosas de las que realmente hizo¡±, zanja el comisario Galassi.
La exposici¨®n recorre otros trabajos del fot¨®grafo, como sus voluptuosos desnudos femeninos, las personas durmiendo en la calle; las elegantes reuniones de la alta sociedad en el Ritz o Maxim¡¯s; sus viajes por Marruecos, Italia, Grecia, Estados Unidos y Espa?a donde visit¨® el Sacromonte de Granada o la Sagrada Familia de Barcelona de la que pueden verse dos im¨¢genes in¨¦ditas. Tambi¨¦n sus impresionantes grafitis incisos, no pintados, de Par¨ªs, que muchos han querido ver relacionados con el automatismo pero que hablan de su inter¨¦s por lo fortuito y el mundo primitivo.
La exposici¨®n, que cuenta con un excelente y voluminoso cat¨¢logo que cuenta con una colaboraci¨®n del escritor Antonio Mu?oz Molina Brassa? y el esp¨ªritu literario de la fotograf¨ªa, podr¨¢ verse a partir de mayo en Madrid y a finales de 2018 viajar¨¢ al museo de arte moderno de San Francisco.
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