Deseo de ser piel roja
Sandra Gamarra reflexiona sobre el inconsciente colonial desde la invenci¨®n de un museo lleno de otras lecturas de la Historia
Hay una larga cadena de palabras con las que el occidental ha llamado hist¨®ricamente al ¡°otro¡±, a las personas ind¨ªgenas o mestizas y a los migrantes. Indio, ind¨ªgena, amerindio, andino, inferior, cobrizo, b¨¢rbaro, arcaico, tribal, salvaje, aborigen, primitivo, aut¨®ctono, nativo, provinciano, serrano, atrasado, igualado, mestizo, cholo, prehisp¨¢nico, inculto, hereje, precolombino, ingrato, comunista, campesino, comunero, sudaca, sudamericano, inmigrante, holgaz¨¢n, antisocial, terrorista, terruco, rojo¡ Sandra Gamarra (Lima, 1972) las escribe con letra redonda tras una extensa colecci¨®n de pinturas de huacos, ceramios de las culturas preincas e incas existentes en su Per¨² natal antes de la conquista espa?ola y que hoy habitan en colecciones de museos europeos. A simple vista parecen fotograf¨ªas, como las que utiliza cualquier museo para informar sobre la retirada temporal de determinadas piezas de su colecci¨®n. Tendr¨ªa gracia cuando hay una evidente denuncia en un trabajo que de por s¨ª reflexiona sobre la condici¨®n de destierro que atraviesan las piezas apropiadas por los colonizadores y sobre el modo en que los sistemas euroc¨¦ntricos de enunciaci¨®n contribuyen a la racializaci¨®n de esas comunidades ind¨ªgenas y migrantes contempor¨¢neas. Sobre c¨®mo se escribe la historia, desde d¨®nde y para qui¨¦n.
La artista opta por pintar los huacos, un medio que lleg¨® a Per¨² en ¨¦poca virreinal y que buscaba, precisamente, una materialidad distinta a la de la imagen reproducida
Sandra Gamarra siempre va m¨¢s all¨¢, de ah¨ª que sea una de las artistas por las que r¨¢pidamente sientes fascinaci¨®n. A esa idea dedic¨® Kafka su Deseo de ser piel roja. Aqu¨ª, la artista opta por pintar los huacos, un medio que lleg¨® a Per¨² en ¨¦poca virreinal y que buscaba, precisamente, una materialidad distinta a la de la imagen reproducida, es decir, la diferencia. Colocadas en vitrinas, nos trasladan a un museo de arqueolog¨ªa.
Componen el Museo del ostracismo, una versi¨®n expandida de la instalaci¨®n que hace unos meses ve¨ªamos en Mil bestias que rugen, en el CAAC, y que hoy componen una de las mejores exposiciones que podemos ver en Madrid. No es la primera vez que la artista recrea un museo. Lleva tiempo hablando del inconsciente colonial y de c¨®mo los discursos se materializan en las instituciones muse¨ªsticas. Limac es, al respecto, su obra m¨¢s paradigm¨¢tica: un museo port¨¢til, al estilo del de Broodthaers, cuyas obras aparecen atribuidas a otros artistas pero que ha hecho la propia artista. La idea no s¨®lo es desterritorializar la instituci¨®n muse¨ªstica, sino tambi¨¦n encarnar el deseo de museo. Mensaje latente en Museo de los objetos encontrados, una colecci¨®n de pinturas de bodegones, retratos y paisajes que remiten a ese cl¨¢sico g¨¦nero de objetualizar personas y sus culturas, sus recursos y los espacios que habitan. Una clase de antropolog¨ªa de otra historia de Am¨¦rica.
¡®Rojo indio¡¯. Sandra Gamarra. Galer¨ªa Juana de Aizpuru. Madrid. Hasta el 31 de marzo.
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