El hombre que pisa todos los charcos

Lo crucifican por todo, incluso por lo que no dice. En la ¨²ltima columna de su actual temporada (Tambi¨¦n uno se harta, EPS, 11-3-2018) ya expresa ese hartazgo de ser el blanco de las iras de quienes no lo leen, sino en los res¨²menes que escupen sobre lo que ¨¦l opina. ¡°Yo no escribo para provocar, sino para intentar pensar lo no tan pensado¡±, dice. Una breve referencia a Gloria Fuertes, santificada en su centenario incluso por quienes la leyeron cuando toc¨® la campana de la unanimidad, le cost¨® insultos: que se calle Mar¨ªas. Y ¨¦l simplemente hab¨ªa pensado sobre lo no pensado. Anatema. En todos los charcos se mete: en los de la pol¨ªtica, en los de su oficio, en los del periodismo, en los de lo pol¨ªticamente correcto. Y por todo alcanza, no importa que diga lo contrario de lo que se proclama que dijo. ?l piensa sobre ¡°lo no pensado¡±, y este es el charco mayor de sus entrometimientos.

Los que no lo han le¨ªdo y sin embargo ya saben todo lo que dijo para explicar por qu¨¦ seguir¨¢n no ley¨¦ndolo har¨ªan bien en hacerse con este volumen que recoge lo que escribi¨® en El Pa¨ªs Semanal desde febrero de 2015 a enero de 2017. El volumen se titula como la ¨²ltima columna de la serie, Cuando los tontos mandan. Y la verdad es que no podr¨ªa tener mejor emblema esta recopilaci¨®n, pues la mayor parte de sus art¨ªculos avisa de lo que ocurre cuando, en efecto, aquellos que ¨¦l encuentra haciendo o diciendo tonter¨ªas mandan en la sociedad que nos es contempor¨¢nea. Por muchos de esos art¨ªculos se armaron grandes incendios (dentro y fuera de la Red). Le¨ªdos conjuntamente ofrecen, sin embargo, un aire de moderaci¨®n que sit¨²a a Mar¨ªas en un escritor m¨¢s bien comprensivo con el desastre que nos rodea. Porque algunas de sus reflexiones han quedado sobrepasadas (en Madrid, en Catalu?a, en el Gobierno, en los Gobiernos, en la puta calle) por desastres mayores ocurridos en los charcos en los que se suele meter Mar¨ªas.

Su capacidad de desmontar lo obvio irrita a los que lo siguen de reojo. Para explicar el infierno cotidiano que ¨¦l contempla y disecciona utiliza una vieja t¨¦cnica que el periodismo har¨ªa bien en recuperar. No hay una columna de Mar¨ªas que no proceda de la informaci¨®n o de la estad¨ªstica. O de la experiencia propia, explicada hasta en sus m¨¢s ¨ªntimos detalles. Y no hay un solo juicio que no tenga el valor de haber sido dilucidado por su man¨ªa de pensar lo no pensado. ?l solo aporta, con las noticias que da, un punto de vista que entra por la puerta trasera, all¨ª donde otros no se fijan, o por comodidad o por otras conveniencias. Mar¨ªas es un escritor dotado, tambi¨¦n en sus novelas, para mirar hacia todas las dimensiones del paisaje humano. Y a hacerlo con libertad, humor y rabia, como los mejores que ha habido de su clase. Es fuera del contexto donde halla su contexto; desarrolla sus opiniones desde una posici¨®n exc¨¦ntrica, y eso no se perdona, pues es m¨¢s rentable opinar para obtener aplauso que para excitar un pensamiento cr¨ªtico. Leerlo ahora todo seguido explica muy bien al Mar¨ªas civil, y desmiente a ese Mar¨ªas que, seg¨²n algunos, es trending topic (qu¨¦ ser¨¢ eso, se pregunta) porque todos los d¨ªas se levanta quisquilloso. L¨¦anlo entero, ver¨¢n que los quisquillosos son los otros. L¨¦anlo entero, y l¨¦anlo todo. M¨¦tanse en sus charcos, saldr¨¢n m¨¢s limpios.

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Autor: Javier Mar¨ªas

Editorial: Hispanica (2018).

Formato: tapa blanda (304 p¨¢ginas)

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