Perspectivas sobre el tiempo
Varios ensayos recientes bucean en la relaci¨®n de los humanos con lo cronol¨®gico
Chiquito de la Calzada podr¨ªa formularlo as¨ª: ¡°Vas m¨¢s acelerado que el Conejo Blanco de Alicia en el pa¨ªs de las maravillas¡±, y acertar¨ªa al esbozar con esa imagen la actitud ante el tiempo que mostramos en las sociedades contempor¨¢neas. ?Tenemos menos que hace unas d¨¦cadas, o el mismo de siempre pero percibido y empleado de otro modo? ?Podemos conseguir que el tiempo se acelere o se contraiga? ?Y qu¨¦ es, concretamente, lo que se est¨¢ acelerando en la sociedad moderna? Varios ensayos aparecidos en los ¨²ltimos a?os tratan de responder, desde enfoques disciplinarios diversos, al aluvi¨®n de preguntas que suscita lo cronol¨®gico.
La espera es el tema m¨¢s reciente de ellos. Lleva por t¨ªtulo El tiempo regalado (Libros del Asteroide, 2018) y su autora es Andrea K?hler, periodista y cr¨ªtica alemana afincada en Nueva York. K?hler posee una sensibilidad particular para reparar en esos momentos en los que el tiempo se vuelve contra nosotros, no porque nos falte sino por lo contrario: nos parece que nos sobran los minutos que preceden a una cita con la persona a la que deseamos, y lo mismo ocurre durante ese rato (siempre demasiado largo) que pasamos esperando nuestro turno para completar un tr¨¢mite. En las distintas modalidades de espera (amorosa, burocr¨¢tica¡) se pone de manifiesto qui¨¦n tiene el poder, y normalmente ser¨¢ quien hace esperar al otro: esto nos quedar¨¢ claro a lo largo de las distintas secciones del ensayo de K?hler, que analiza al detalle la ¡°gesti¨®n de la espera¡±, es decir, de los distintos tipos de permanencia que existen. Sus compa?eros de viaje est¨¢n muy bien elegidos: adem¨¢s de las propias reflexiones de la autora, es Barthes uno de los que ilustran la espera amorosa; Kafka es el elegido para mostrar la espera burocr¨¢tica, y para recorrer otros temas se mencionan las reflexiones de pensadores y escritores europeos de la modernidad como Peter Handke, Flaubert, Cioran, Musil, Odo Marquard, Proust o Sloterdijk.
Lecturas
El tiempo regalado. Un ensayo sobre la espera. Andrea K?hler. Libros del Asteroide, 2018.
Alienaci¨®n y aceleraci¨®n. Hartmut Rosa. Katz, 2016.
Esclavos del tiempo. Judy Wajcman. Paid¨®s, 2017.
Contra el tiempo. Filosof¨ªa pr¨¢ctica del instante. Luciano Concheiro. Anagrama, 2016.
Ser sin tiempo. Manuel Cruz. Herder, 2017.
Por qu¨¦ el tiempo vuela. Alan Burdick. Plataforma Actual, 2018.
K?hler menciona tambi¨¦n al acad¨¦mico alem¨¢n Hartmut Rosa, cuyo tema principal de investigaci¨®n es la aceleraci¨®n de las sociedades modernas y sus variantes: la tecnol¨®gica, la del cambio social y la del ritmo de vida. Su ensayo Alienaci¨®n y aceleraci¨®n (Katz, 2016) es ante todo una cr¨ªtica a la l¨®gica de la competencia y del crecimiento constante como principales fuerzas impulsoras de la aceleraci¨®n social. En sinton¨ªa con estos planteamientos est¨¢n los que ofrece Judy Wajcman, catedr¨¢tica de la London School of Economics en Esclavos del tiempo (Paid¨®s, 2017). Un t¨ªtulo tan expresivo no deja dudas sobre el enfoque cr¨ªtico de la autora, quien advierte que no hemos de culpar de esta nueva forma de esclavitud a nuestros dispositivos tecnol¨®gicos por permitirnos hacerlo todo m¨¢s r¨¢pido, sino a la valorizaci¨®n que nuestras sociedades conceden a la productividad y al hecho de mostrarnos p¨²blicamente en estado de continua ocupaci¨®n. La paradoja de que vivamos pensando a diario que el tiempo escasea es el principal punto de inter¨¦s del libro de Wajcman, que ofrece herramientas para entender por qu¨¦ la falta de tiempo se ha incrementado y por qu¨¦ esto es una cuesti¨®n social crucial.
El finalista del Premio Anagrama de Ensayo en 2016, Luciano Concheiro, eligi¨® un tema similar para su obra galardonada, que lleva por t¨ªtulo Contra el tiempo. El joven fil¨®sofo mexicano analiza en ella la aceleraci¨®n del tiempo propia de la ¨¦poca actual, la manera en que el capitalismo ¡°la ha utilizado como mecanismo para cumplir su necesidad b¨¢sica (la obtenci¨®n sin fin de ganancias)¡±, as¨ª como el tipo de subjetividad que esta aceleraci¨®n ha conformado y que ha generado los males que nos aquejan con frecuencia: ansiedad, estr¨¦s y depresi¨®n. Pero Concheiro no se queda en la observaci¨®n y an¨¢lisis de esta realidad, sino que propone ¡°emprender una resistencia tangencial que, aunque no transforme la realidad circundante, nos permita escapar por momentos de la velocidad¡±.
Otro modelo posible para pensar y vivir la temporalidad propia que exige cada experiencia y situaci¨®n podr¨ªa ser, seg¨²n el fil¨®sofo Manuel Cruz, la vida contemplativa. En su breve pero intenso ensayo Ser sin tiempo (Herder, 2017), t¨ªtulo que le hace un gui?o a Ser y tiempo, de Heidegger, Cruz plantea las principales cuestiones que afectan a nuestra experiencia del tiempo en el mundo actual, reparando en algo esencial: nuestra finitud. El fil¨®sofo barcelon¨¦s no se muestra muy cercano al enfoque de Hartmut Rosa ni al t¨®pico de la aceleraci¨®n de la vida en nuestra sociedad; en cambio, se?ala que hemos perdido ¡°la experiencia de la duraci¨®n, de la demora¡±, y que esta ¡°ha sido sustituida por la sucesi¨®n ininterrumpida de intensidades puntuales¡±. Esto se debe al triunfo de un modelo de vida (el que sigue la l¨®gica del capitalismo tardomoderno) en el que el tiempo es percibido como un obs?t¨¢culo molesto. De ah¨ª que el ¡°cortoplacismo¡± se haya adue?ado de nuestras pr¨¢cticas: Cruz repara por tanto en la impopularidad de la promesa y el compromiso, que implican una visi¨®n a largo plazo. Esta nueva percepci¨®n de lo temporal afecta tambi¨¦n al modo en que nos relacionamos con el pasado y, por tanto, a los nuevos enfoques de la nostalgia, si es que algo queda de este sentimiento, pues Cruz considera que, m¨¢s bien, padecemos ¡°nostalgia de la nostalgia¡±: ya no es l¨ªcito sentir a?oranza por el pasado, con todos los medios y redes sociales a nuestro alcance para acceder f¨¢cilmente a este, encarnado en nuestros compa?eros de colegio, o en canciones, pel¨ªculas y dem¨¢s productos culturales que nos acompa?aron en otras ¨¦pocas de nuestra vida.
Parece que sobran los minutos? que preceden a una cita amorosa, y lo mismo ocurre esperando turno para completar un tr¨¢mite
Por ¨²ltimo, tambi¨¦n han aparecido t¨ªtulos que exploran nuestra relaci¨®n con lo cronol¨®gico no desde la cr¨ªtica social, sino desde nuestra percepci¨®n neurobiol¨®gica al respecto. En este rubro se encuentra el ensayo recientemente publicado de Alan Burdick, redactor en The New Yorker, cuyo t¨ªtulo es Por qu¨¦ el tiempo vuela (Plataforma Actual, 2018). Su tono, muy cercano al lector, nos permite conocer desde el nombre de pila de su esposa hasta el regalo que sus suegros le hicieron cuando la pareja se prometi¨® (que fue, c¨®mo no pod¨ªa ser de otro modo, un reloj). El texto transcurre entre confesiones del propio autor ¡ªy menciones a las escritas por san Agust¨ªn, quien tambi¨¦n se interrog¨® acerca del tiempo¡ª y entrevistas a astr¨®nomos, psic¨®logos y neurocient¨ªficos que arrojan luz sobre esta magnitud f¨ªsica que nunca dejar¨¢ de interesarnos.
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