El laboratorio acrob¨¢tico de Marruecos
El Grupo Acrob¨¢tico de T¨¢nger presenta 'Halka', un espect¨¢culo que mezcla lo tradicional con lo contempor¨¢neo, el 4 y 5 de abril en el Teatro Circo Price de Madrid
En la escena, esparcen arena de la playa de T¨¢nger, en Marruecos, donde aprendieron desde ni?os a tomar impulso y lanzar sus cuerpos en el aire. Giran, caen de pie y vuelven a saltar. Hacen y deshacen torres o pir¨¢mides humanas, como los acr¨®batas del siglo XV que las usaban para espiar a los enemigos del otro lado de las murallas. A trav¨¦s del espect¨¢culo 'Halka' ¡ªque se presenta los d¨ªas 4 y 5 de abril en el Teatro Circo Price de Madrid¡ª , los catorce integrantes del Grupo Acrob¨¢tico de T¨¢nger cuentan su historia pero tambi¨¦n la de la tradici¨®n acrob¨¢tica marroqu¨ª, transmitida de generaci¨®n en generaci¨®n.
"La acrobacia en Marruecos nace de una tradici¨®n guerrera y ha ido evolucionando hacia lo art¨ªstico", explica Sanae El Kamouni, directora de la compa?¨ªa que cre¨® en 2003 con un amigo. Originaria de T¨¢nger, El Kamouni decidi¨® dejar su trabajo en el Instituto Franc¨¦s cuando empez¨® a conocer m¨¢s de cerca a los j¨®venes que ve¨ªa ensayar cada d¨ªa en la playa y las plazas p¨²blicas de los pueblos. Aprendi¨® que algunos de ellos eran hijos de octava generaci¨®n de familias de acr¨®batas que llegaron a T¨¢nger en busca de una vida mejor. Y que la acrobacia marroqu¨ª era una tradici¨®n que amenazaba con desaparecer. El Kamouni decidi¨® ir al encuentro de estas familias y buscar los or¨ªgenes de este arte en los pocos archivos que quedaban.
Las mujeres en la acrobacia marroqu¨ª
De los catorce integrantes del Grupo Acrob¨¢tico de T¨¢nger, solo hay dos mujeres. Najwa Aarras, de 26 a?os y Hamal Hammich, de 33. ¡°Hoy, solo algunas mujeres se dedican a la acrobacia marroqu¨ª. Las otras salen de una escuela de circo", explica Sanae El Kamouni. En 2013, el Ministerio de Cultura de Marruecos reconoci¨® el circo como disciplina art¨ªstica.
Hammich aprendi¨® la acrobacia a los 3 a?os, de la mano de su padre, Mohamed Hammich, que tambi¨¦n es parte de la compa?¨ªa y de una familia de acr¨®batas desde siete generaciones. Aarras integr¨® el Grupo en 2016, aunque su formaci¨®n es de Taekwondo. ¡°Hoy, es muy raro encontrar a mujeres acr¨®batas pero antes era com¨²n porque las tropas viajaban mucho y ve¨ªan la importancia de las mujeres en otras tropas¡±, explica la directora.
Originalmente, los acr¨®batas pertenec¨ªan a una orden m¨ªstica del Islam, la del santo suf¨ª Sidi Ahmed Ou Moussa. Despu¨¦s de su muerte en 1560, estos artistas, que tambi¨¦n eran reclutados por caravanas comerciales del desierto para proteger la mercanc¨ªa, sol¨ªan recorrer el anti-Atlas para llegar a su mausoleo, en el sureste del pa¨ªs. Las tropas agrupaban alrededor de 60 personas e inclu¨ªan tanto acr¨®batas como m¨²sicos, bailarines y cantantes bereberes. Todo esto permaneci¨® y en escena, dos m¨²sicos van guiando los saltos de los integrantes del grupo.
Sus historias son particulares: "Los j¨®venes eran reclutados por los mokadem, maestros que les ense?aban el arte acrob¨¢tico a cambio de dinero para las familias" explica El Kamouni. Los mokadem ejerc¨ªan de intermediarios para los agentes de circo y teatro que buscaban j¨®venes promesas para trabajar en sus espect¨¢culos. Sol¨ªan llevarse un 10% del salario cuando lograban obtener un contrato, seg¨²n relata la directora de la compa?¨ªa. "Es la historia de Mustapha A?t Ouarakmane, uno de nuestros artistas", se?ala. Ouarakmane aprendi¨® a doblarse en dos y saltar en los paisajes monta?osos del sur de Marruecos a los ocho a?os. Hoy tiene 36. "Era duro para los ni?os, sufr¨ªan mucho porque al fin y al cabo, eran los que las madres ofrec¨ªan a cambio de dinero", explica. "Por eso, ahora, nada les da miedo", recalca.
Acrobacia circular
En las plazas p¨²blicas de los pueblos y ciudades, como la famosa explanada Yamaa El Fna de Marrakech, torres humanas de hasta 13 personas sobresalen de la muchedumbre, congregada en c¨ªrculos llamados halka. As¨ª se ganan la vida. La acrobacia marroqu¨ª es siempre circular, en recuerdo a su vertiente m¨ªstica. Del origen guerrero queda poco. Ya en el siglo XIX, los primeros circos europeos sorprend¨ªan a los espectadores con acr¨®batas que no usaban redes de protecci¨®n y luc¨ªan trajes coloridos. Fue un circo berlin¨¦s ¡ªel Renz Zirkus¡ª el que por primera vez, acogi¨® a una tropa marroqu¨ª, en 1852. Sin embargo, uno de los pocos archivos que sobrevive es una fotograf¨ªa de la tropa de Hadj Mohamed, en el cat¨¢logo de 1902 del circo Busch de Hamburgo.
Desde las playas de T¨¢nger, se ve Europa. "Es la cuna de la acrobacia en Marruecos", explica El Kamouni. La ciudad era y sigue considerada como un trampol¨ªn para conquistar el mundo. Hoy, un proyecto urban¨ªstico de reforma del puerto quit¨® el dique frente al mar donde se entrenaban los acr¨®batas, con la esperanza de ser vistos por agentes. Pero la voluntad de seguir con la tradici¨®n permanece.
Con ¡®Halka¡¯, la cuarta producci¨®n del Grupo estrenada en 2016 y que mezcla tradici¨®n y creaci¨®n contempor¨¢nea, apuestan por conservar esta faceta de la cultura marroqu¨ª. Y desde las playas de T¨¢nger, darle un soplo nuevo, export¨¢ndola al mundo, como lo hicieron sus antepasados.
Babelia
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