Estambul, la ciudad que un tr¨¢gico deshielo convirti¨® en cosmopolita
Durante 2.700 a?os ha sido uno de los centros del mundo. Venecianos, ¨¢rabes o vikingos la eligieron como hogar. Un ensayo de Bettany Hudges reivindica la resiliencia de la urbe
En torno al a?o 5.500 antes de Cristo, el nivel del mar aument¨® de forma espectacular al derretirse grandes casquetes glaciares. El agua penetr¨® tierra adentro y cre¨® el estrecho del B¨®sforo. El mar Negro pas¨® en menos de un a?o de un lago interior y poco profundo a un recurso mar¨ªtimo con fauna de agua salada. El cambio fue traum¨¢tico (muchas personas murieron al anegarse m¨¢s de 1.500 kil¨®metros cuadrados), pero la nueva topograf¨ªa del Cuerno de Oro, convertido en un estuario con puertos naturales, permiti¨® el nacimiento de una de las ciudades que m¨¢s ha marcado la historia con tres denominaciones en 2.700 a?os: Bizancio, Constantinopla, Estambul.
"La ciudad realmente naci¨® en ese momento, al convertirse en un comunicador, no solo entre Oriente y Occidente, sino tambi¨¦n entre Norte y Sur. Es m¨¢s un eje o un crisol que aquello que suele decirse de un puente entre Oriente y Occidente, como si fuese solo algo que sirviese para viajar", explica en una entrevista con EL PA?S en Madrid la historiadora brit¨¢nica Bettany Hughes, autora del ensayo Estambul: la ciudad de los tres nombres (Cr¨ªtica), en el que desgrana en casi mil p¨¢ginas el cosmopolitismo e impulso de supervivencia de la urbe turca.
Fenicios, griegos, romanos, genoveses, venecianos, jud¨ªos, ¨¢rabes, vikingos, azer¨ªes, armenios o turcos eligieron establecerse all¨ª en alg¨²n momento de la historia. Bajo el antiguo hip¨®dromo de Estambul, los arque¨®logos han hallado restos en unos estratos a¨²n m¨¢s profundos que las 42 capas de asentamientos humanos del yacimiento de Troya. "La ciudad tiene un cierto hechizo", se?ala la historiadora. Por eso, a menudo se le han dado nombres grandilocuentes: Nueva Roma ¨Ccomo la rebautiz¨® el emperador Constantino al hacerla capital de su imperio en el siglo IV¨C, Nueva Jerusal¨¦n, Ciudad Eterna de Al¨¢, Reina de las Ciudades...
Incluso logr¨® fascinar a Pausanias, un mod¨¦lico jefe espartano que perdi¨® solo a 99 hombres de un ej¨¦rcito de 100.000 y que celebr¨® una gesta militar con un sobrio refrigerio mientras ofrec¨ªa un banquete al vencido general persa. Frente a la famosa negaci¨®n de los placeres de su polis, Pausanias perdi¨® la cabeza al tomar Byzantion: amurall¨® la ciudad (los espartanos se burlaban de quienes lo hac¨ªan), mand¨® componer poemas que le alabasen y a?adi¨® ¨²nicamente su nombre a una columna que conmemoraba una victoria ante Persia. Lo que queda del monumento puede verse hoy en Estambul, cerca de la Mezquita Azul.?
Hughes explica que la ubicaci¨®n de la ciudad, con gran valor estrat¨¦gico y comercial, es lo que ha atra¨ªdo a tantos poderes. "Su geograf¨ªa ha hecho su historia. Por eso el cosmopolitismo forma parte del ADN de la ciudad". Tambi¨¦n su capacidad de supervivencia. "Es la entidad pol¨ªtica m¨¢s longeva de Europa, as¨ª que si algo es Estambul es extremadamente resiliente", puntualiza.
Hace 2.700 a?os, el trayecto entre Europa y Asia que hoy se puede cruzar a pie por el Puente del B¨®sforo (oficialmente de los M¨¢rtires del 15 de julio tras el fallido golpe de Estado de 2016) no era tan f¨¢cil de recorrer. Fue entonces cuando los habitantes de la ciudad de Megara, en la pen¨ªnsula griega, recibieron la orden divina de preparar los barcos y fundar otra polis "frente a la ciudad de los ciegos", es decir, Calcedonia, hoy un distrito de Estambul. Byzantion, en realidad, ya estaba ocupada, pero a¨²n se desconoce por qu¨¦ pueblo. No aparece citada en su primera forma hist¨®rica ni en la Biblia hebrea ni en el Nuevo Testamento griego. Tampoco en la Il¨ªada.
La urbe recibi¨® los nombres de Byzantion o Byzantium entre el 670 a. C. y el 330 d.C.; los de Constantinopla, al-Qustantiniyye y, m¨¢s tarde, Kostantiniyye desde entonces hasta 1930 y Estambul o Stimboli de 1453 en adelante. "Desde Constantinopla se gobernaba un mill¨®n de kil¨®metros cuadrados. Durante la primera cruzada (1095¨C1099) era diez veces mayor que cualquier ciudad europea y en el siglo XVI era tan grande como Londres. No ha tenido una ¨²nica 'edad de oro'. Est¨¢ resplandeciendo tranquilamente all¨ª, incluso si la gente ha querido ignorar esa luminiscencia".
?Y ahora? ?No atraviesa un baj¨®n de relevancia en el imaginario colectivo? "Tras la disoluci¨®n del Imperio Otomano (1922) fue en cierto modo ignorada porque Oriente Medio estaba siendo dividido y era algo as¨ª como una ciudad del ayer: los sultanes se hab¨ªan ido y Ankara era la nueva capital. En los ¨²ltimos cien a?os, Estambul ha sufrido un problema de relaciones p¨²blicas. Pero es un tiempo muy limitado. Desde su refundaci¨®n por los griegos, no ha habido una d¨¦cada en la que dejase de estar en el radar como una ciudad sobre la que la gente quiere hablar".
Menosprecio occidental
Hugues cuenta en el libro que uno de los temas recurrentes de la historia de Estambul es su doble vida: una como espacio f¨ªsico real y otra como relato fabuloso, met¨¢fora o idea. "Pensamos en Roma como la ciudad eterna, en Londres como la del comercio o en Jerusal¨¦n como la de ciudad de dios, pero todas estas cosas son aplicables a Estambul", resume.
La abadesa ilustrada y el poder femenino
Uno de los elementos menos conocidos de Estambul es su apertura a la acogida. "Hay esa noci¨®n de ofrecer refugio a los que vienen", subraya Hugues antes de poner dos ejemplos del siglo VI: el emperador Justino I, que lleg¨® a la ciudad desde los Balcanes huyendo de las invasiones b¨¢rbaras; y la consorte de su sucesor, la emperadora Teodora, que "recibi¨® a tantos refugiados en sus propios aposentos personales del palacio que uno de los suelos se vino abajo".
La historiadora destaca asimismo el "claro poder" que ten¨ªan all¨ª las mujeres. "En el periodo otomano era descrita como el sultanato de las mujeres. Y no como un piropo. La vida de Kassia (una abadesa, poeta y compositora del siglo IX) muestra que hab¨ªa muchas m¨¢s mujeres alfabetizadas que en otros sitios".
"Cuando el poder se movi¨® hacia Occidente, era casi embarazoso que hubiese una ciudad tan potente en el Este. As¨ª que se le quit¨® importancia. Quienes estaban escribiendo la historia oficial no pod¨ªan admitir que fuese una ciudad bella, sofisticada, culta y con principios morales, as¨ª que ten¨ªan que convertirla en una ciudad de b¨¢rbaros y degenerados", agrega. "En los ¨²ltimos 800 a?os su papel ha sido sistematicamente disminuido e infravalorado por historiadores occidentales".
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