¡°Los infinitivos de la vida se reducen a dos: amar y pensar¡±
El fil¨®sofo Josep Mar¨ªa Esquirol completa el ¡°discurso de proximidad¡± iniciado con 'La resistencia ¨ªntima'
El nuevo ensayo de Josep Mar¨ªa Esquirol (1963), profesor de filosof¨ªa en la Universidad de Barcelona, completa el ¡°discurso de proximidad¡± iniciado con La resistencia ¨ªntima, que fue distinguido con el Premio Nacional de Ensayo en 2016, y donde postula, con un lenguaje y estilo transparentes, el cuidado de uno mismo, la cotidianidad y el ¡°gesto de la casa¡±, para procurar orientaci¨®n y amparo contra ¡°la ubicua monocrom¨ªa¡± y el nihilismo propio del mundo tecnificado.
Pregunta. ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene La pen¨²ltima bondad con La resistencia ¨ªntima?
Respuesta. Los dos libros forman un binomio. Lo que en Kant ser¨ªa preguntarse qu¨¦ es el hombre, yo he intentado traducirlo a dos preguntas, que van articuladas: la primera, cu¨¢l es la condici¨®n humana; la segunda, qu¨¦ es la vida humana.
P. Usted postula una filosof¨ªa ¡°de la proximidad¡± , pero eso no significa un pensamiento anticonflictivo, escapista. ?Es as¨ª?
R. En la vida est¨¢ la dificultad, el esfuerzo, la confrontaci¨®n, todo eso forma parte de su viveza. Nunca hablo de ¡°la vida¡± en abstracto, sino de ¡°la vida de la gente¡±; cuando prestas atenci¨®n a la vida de las personas puedes subrayar acontecimientos que forman parte de la actualidad, pero puedes tambi¨¦n apuntar a rasgos que siempre han sido fundamentales y que revelan cu¨¢l es nuestra condici¨®n y la esencia de nuestra vida. Eso tiene que ver con lo que yo llamo la experiencia, y con el lenguaje coloquial, que es el mejor para traducir esas experiencias b¨¢sicas. Dirijo la mirada hacia la base: a eso lo llamo ¡°mirada ingenua¡±, en el sentido de g¨¦nesis, de b¨¢sico, del origen, de lo que es fundamental. A lo mejor as¨ª no haces un discurso novedoso, innovador, ni repites lo que ya se repite en el ambiente, y sin embargo conectas con las personas. Porque las experiencias fundamentales son comunes. Si aciertas al hablar de la condici¨®n humana las personas tienen que reconocerse.
P. Pensar, dice usted, es ¡°aproximarse¡±, es ¡°amar¡±. Cita a H?lderlin, ¡°quien piensa lo m¨¢s profundo, ama lo m¨¢s vivo¡±. Y a Arendt: ¡°El pensamiento es la quintaesencia desmaterializada del ser vivo¡±. ?Se trata de romper con la tradicional separaci¨®n entre pensamiento y vida?
¡°Las personas son capaces de una bondad m¨¢s honda que el mal intenso¡±
R. Efectivamente. En el ensayo hay una tesis filos¨®fica de fondo, y es esta. Los infinitivos de la vida, vivir, amar y pensar, en realidad, se reducen a dos: amar y pensar. Y este es el motivo de que cite esta frase de Arendt. Y otras, claro.
P. ¡°Aqu¨ª en las afueras¡¡± es un latiguillo que repite. ?Son las afueras de un para¨ªso inexistente?
R. Exacto. Sin centro. Se trata de responder a la pregunta ¡°?cu¨¢l es la condici¨®n humana?¡±. Y esa condici¨®n desde luego no est¨¢ en el ¡°estado de naturaleza¡± de Rousseau. La expresi¨®n tiene un equivalente: ¡°situaci¨®n humana¡±. Para describir o referirse a esta situaci¨®n humana fundamental, es oportuno recurrir a alguna imagen. En La resistencia ¨ªntima la imagen a la que recurr¨ª era ¡°la intemperie¡± y ¡°el desierto¡±. Aqu¨ª son ¡°las afueras¡±: son im¨¢genes en cierto modo equivalentes. Estar en las afueras significa no disponer de centro, o dicho de otro modo: que no debemos pensarnos a partir de la categor¨ªa de plenitud o de completud, porque esas categor¨ªas nos llevan a un callej¨®n sin salida. Sean el ¡°estado de naturaleza¡± de Rousseau o equivalentes, como el para¨ªso ed¨¦nico o como la Edad de Oro. En contra de esas formulaciones, sostengo esa idea de afueras sin centro.
P. ¡°El mal es muy profundo pero la bondad todav¨ªa lo es m¨¢s¡±. ?Esta frase suya glosa el verso de Nietzsche ¡°el placer es m¨¢s profundo a¨²n que el sufrimiento¡±?
¡°Si aciertas al hablar de la condici¨®n humana la gente se reconoce¡±
R. Hay una cierta equivalencia con ese poema, yo hago tambi¨¦n un elogio de lo concreto. Aludo a la experiencia de la bondad. En estas afueras en las que estamos y que compartimos, el mal, en todas sus expresiones, la violencia, la indiferencia, la injusticia¡, es muy extenso e intenso. Pero si te fijas bien te das cuenta de que las personas son capaces de una generosidad, de una bondad, que todav¨ªa es m¨¢s honda que ese mal. Es m¨¢s intensa. Y al final resulta que este mundo, que estas ¡°afueras¡± que son las nuestras, se sostienen gracias a la bondad de la gente. Y no lo digo en un sentido moralizante ni dulz¨®n. Sin esa generosidad, estas afueras ¡ªeste mundo humano¡ª desaparecer¨ªan.
P. ?Si la bondad es lo m¨¢s profundo, este es el mejor de los mundos posibles?
R. Esa imagen leibniziana es una afirmaci¨®n metaf¨ªsica tan dif¨ªcil de sostener, y en todo caso de asumir hoy, que no me muevo en esta esfera. Mi perspectiva es m¨¢s modesta. Yo dir¨ªa, como la mayor¨ªa de la gente, que hay mucho sufrimiento, y oscuridad, y dolor extremos, hay una situaci¨®n conflictiva¡ pero tambi¨¦n hay luz o una claridad intermedia que me gusta describir como muy habitable. Hay calidez, hay abrazos, hay fraternidad. Esto no es solo discurso, es pura realidad. O sea, son ¡°afueras¡± parad¨®jicas. De los tres ideales de la Revoluci¨®n Francesa, el de la fraternidad hay que trabajarlo, ver las posibilidades de extenderlo entre las personas. No hablo de un optimismo leibniziano. Hablo de algo real, algo vivo. Adem¨¢s, f¨ªjese en este aspecto importante: cuando la fraternidad se extiende, se vive m¨¢s. En situaciones de agradecimiento, de amistad, la vida se intensifica; no digo que se alargue, pero eso es lo que literalmente da sentido a la vida, porque la intensifica.
COMPRA?ONLINE 'LA RESISTENCIA ?NTIMA'
Autor: Josep Maria Esquirol Calaf .
Editorial: Acantilado (2016).
Formato: tapa blanda (192 p¨¢ginas)
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