¡°Lo primero que golpea la crisis es al libro¡±
La escritora griega Ersi Sotiropoulos recrea en la novela 'Qu¨¦ queda de la noche' un episodio crucial en la vida del poeta Kavafis
La escritora griega Ersi Sotiropoulos (Patras, 1954) recrea en la novela Qu¨¦ queda de la noche (Sexto Piso) un episodio desconocido de la vida del poeta Konstantinos Kavafis (1863-1933), ¡°un momento del que no hay testimonios" y que ha tenido que inventar haci¨¦ndose preguntas para reconstruirlo. El episodio en cuesti¨®n son tres d¨ªas de la vida del griego alejandrino en Par¨ªs, en 1897, acompa?ado por su hermano John y lejos de la figura castrante de su madre. ¡°Fue el ¨²nico viaje de placer que hizo en su vida y en ¨¦l Kavafis, lejos de la Alejandr¨ªa provinciana de entonces, se top¨® con el Par¨ªs del modernismo, donde Proust empezaba a escribir y se daban cita artistas de todo el mundo porque era la meca de la cultura¡±.
La idea le vino a Sotiropoulos en 1984, cuando viv¨ªa en Roma y comisari¨® una exposici¨®n sobre el poeta. ¡°Fue una etapa crucial, en la que Kavafis, entonces en la treintena, se plantea su identidad er¨®tica, sexual, muy imbricada en su obra posterior. Antes de viajar a Par¨ªs sus poemas eran duros, secos; a partir de ese momento, se convirti¨® en el poeta que fue. No me interesaba la imagen que habitualmente tenemos de ¨¦l como alguien envejecido, distante, sabio, sino el Kavafis que quer¨ªa ser poeta. Porque Kavafis no ten¨ªa el talento explosivo de un Rimbaud, y en Par¨ªs dio ese salto descomunal a la poes¨ªa. Para m¨ª, como escritora, esa historia fue el pretexto para averiguar cu¨¢l es el mecanismo de la creaci¨®n literaria¡±.
Qu¨¦ queda de la noche es la segunda novela de Sotiropoulos traducida al castellano. En 2008 lleg¨®, rodeada de pol¨¦mica, Zigzag entre naranjos amargos, por la que su autora recibi¨® el mismo a?o los dos mayores premios literarios de Grecia (el Nacional de Literatura y el de la Cr¨ªtica) y tambi¨¦n el sonoro rev¨¦s de la censura. ¡°La justicia prohibi¨® el libro porque un abogado fundador de dos grupos neonazis lo denunci¨® y pidi¨® que se retirara [de las bibliotecas escolares] por pornogr¨¢fico, pero no hab¨ªa nada de pornograf¨ªa en ¨¦l, dudo incluso que lo leyeran quienes lo condenaron. Hab¨ªa una ideolog¨ªa detr¨¢s de todo esto¡±, explica. ¡°Aunque nos parezca extra?o, la censura vuelve, s¨ª¡ Sin embargo, considero que mucho m¨¢s peligrosa que la censura es la autocensura, que existe y es la de lo pol¨ªticamente correcto, de lo que debe ser, todo eso que lleg¨® de Am¨¦rica y se ha extendido por Europa¡±.
Hablar de censura sin hacerlo de crisis ¡ªo de las veleidades del mercado, a menudo ligadas al estado de la econom¨ªa¡ª resulta dif¨ªcil. ¡°Grecia es un pa¨ªs peque?o, con una poblaci¨®n peque?a [once millones de habitantes], y no hay salida para una gran producci¨®n literaria. La crisis lo primero que golpea es al libro, de manera que se publican solo los que los editores creen que se van a vender, en detrimento de la calidad. Las obras m¨¢s dif¨ªciles, experimentales, te las van a rechazar, porque los editores arriesgan muy poco y no apuestan por obras que van a tener un p¨²blico muy reducido, y esto vale tanto para la literatura griega como para la extranjera [traducida al griego]¡±, explica esta aficionada al riesgo: su ¨²ltima novela, Mpore¨ªs? (?Puedes?), publicada el a?o pasado, es ¡°una historia de amor sin narrador ni narraci¨®n, contada a trav¨¦s de e-mails y SMS¡±.
As¨ª que, con la excepci¨®n del fen¨®meno M¨¢rkaris, ¡°que tiene muchos fans tambi¨¦n en Grecia¡±, no ha lugar para apuestas de riesgo, y muy poco para exportar literatura contempor¨¢nea. ¡°No existen ayudas a la traducci¨®n, por eso llega tan poca literatura actual al mercado extranjero. Por la crisis, cerr¨® el Centro Nacional del Libro, tambi¨¦n el de Traducci¨®n. Los grandes booms literarios, como ha pasado hace a?os en Escandinavia, han tenido detr¨¢s una decidida pol¨ªtica cultural por parte del Estado, pero en Grecia eso no existe¡±. ?Puede que esto explique tambi¨¦n el general desconocimiento de la cultura griega contempor¨¢nea en Espa?a? ¡°Para la mirada de los extranjeros, entre la Grecia de la antig¨¹edad y la Grecia de la musaka y el mar no hay nada en medio, no hay ning¨²n inter¨¦s¡¡±, lamenta.
Sotiropoulos no elude pronunciarse sobre la situaci¨®n que vive Grecia, a punto de concluir el tercer rescate econ¨®mico: ¡°No tengo nada claro que Grecia vaya mejor. Ya no se habla de Grecia fuera, y por eso puede parecer que mejora, pero no lo s¨¦. Somos el chivo expiatorio de una crisis global. El Estado social se deshace, los derechos adquiridos han desaparecido. Y la creaci¨®n art¨ªstica se relega. Dicen que el arte debe ser lo ¨²ltimo en tiempos de crisis porque no sirve para nada, pero eso una completa estupidez. Es como el juego para los ni?os: no tiene la importancia de la leche, pero sin el juego no pueden crecer bien¡±.
Babelia
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