Me gritaron negra
Una exposici¨®n re¨²ne en Nueva York la obra de m¨¢s de cien artistas esenciales de 15 pa¨ªses
Para la inauguraci¨®n de Radical Women: Latin American Art, 1960-1985 en el Hammer Museum de Los ?ngeles el pasado oto?o ¡ªahora en el Brooklyn Museum¡ª, se instal¨® una especie de estructura rosa ideada por la artista y activista mexicana M¨®nica Mayer, a la cual llamaron el tendedero. Seg¨²n comentaba Cecilia Fajardo-Hill, comisaria de la muestra junto con Andrea Giunta, era una invitaci¨®n para que los y las visitantes airearan sus relatos personales de acoso. La reacci¨®n del p¨²blico fue inmediata: a los pocos d¨ªas, el tendedero estaba lleno de notas manuscritas, trapos sucios que compart¨ªan experiencias.
Esta reacci¨®n hubiera sido inesperada hace algunos a?os: entonces las v¨ªctimas pensaban que eran culpables. Las cosas han cambiado y van aflorando esos relatos t¨¦tricos de abusos que las mujeres ¡ªla comunidad LGBT+, los negros, los migrantes, los desclasados¡¡ª hemos sufrido a lo largo de los siglos, dando por hecho que se trataba de la ¡°normalidad¡±, sencillamente porque ¡°normal¡± es lo consuetudinario.
Quiz¨¢ para llamar la atenci¨®n sobre lo que damos por hecho y a lo cual es preciso oponer resistencia, la grabaci¨®n de la performance del conocido poema ¡®Me gritaron negra¡¯, de Victoria Santa Cruz ¡ªregistrada en 1978, cuando la artista ten¨ªa 56 a?os¡ª, recib¨ªa a los visitantes en el Hammer como un recordatorio de exclusiones. La artista peruana afrodescendiente, arropada por tres hombres y tres mujeres y los ritmos de la danza zamacueca ¡ªoriginada en el Virreinato de Per¨² con ra¨ªces africanas, espa?olas y andinas¡ª, narraba el modo en el cual descubri¨®, con apenas cinco a?os, su diferencia a ojos de los dem¨¢s: por la calle alguien le grit¨® ¡°negra¡±. Tras el rechazo a s¨ª misma y el deseo de cambio llegar¨ªa a la aceptaci¨®n de su ser negra y el orgullo de sentirse tal.
?Qu¨¦ ha pasado para que sean a¨²n necesarias muestras segregadas? ?Qu¨¦ ha pasado para que queden tantas mujeres por rescatar?
Ese subrayar el cuerpo como forma de radicalidad y met¨¢fora de resistencia es lo que bordea la muestra. A veces es un cuerpo contundente que se impone ¡ª?el cuerpo negro de Victoria Santa Cruz en Me gritaron negra¡ª y a veces es sutil e ir¨®nico como el de Porter. O es el cuerpo agazapado bajo la tela de Feliza Bursztyn; de selfies desbordados en las fotograf¨ªas de Regina Walter, contempor¨¢neas a las Sherman, o de autobiograf¨ªa pol¨ªtica en Geiger. Otras, como en el tr¨ªptico las Las tres Mar¨ªas de la m¨ªtica artista chicana Judy Baca, el juego va m¨¢s all¨¢: en las im¨¢genes laterales est¨¢n representadas una pachuca y una chola ¡ªim¨¢genes, pues, de la marginalizaci¨®n¡ª. En medio, el espejo nos reflejaba como la tercera Mar¨ªa y nos catapultaba fuera de nuestra zona de confort.
Esos recorridos por el cuerpo y las exclusiones a trav¨¦s de las obras de m¨¢s de cien artistas de 15 pa¨ªses pod¨ªan ayudar a disipar ¡ªo hasta cierto punto¡ª las dudas que genera, metodol¨®gica y hasta pol¨ªticamente, una exposici¨®n s¨®lo de mujeres y de un ¨¢rea geogr¨¢fica muy concreta adem¨¢s. De hecho, cada vez que me encuentro frente a un proyecto como Radical Women, de ¡°mujeres solas¡± pero atractivo, convincente, lleno de artistas esenciales y a menudo no tan conocidas, resuena en mi memoria la reflexi¨®n de Ann Sutherland Harris para la primera muestra de mujeres artistas en 1976: ¡°Esta exposici¨®n ser¨¢ un ¨¦xito si ayuda a terminar de una vez por todas con la necesidad de hacer exposiciones de este tipo¡±.
?Qu¨¦ ha pasado en todos estos a?os para que sean a¨²n necesarias este tipo de muestras segregadas? ?Qu¨¦ ha pasado para que, m¨¢s all¨¢ del uso del cuerpo, a¨²n queden tantas mujeres por rescatar y para que haya que hacerlo en este tipo de exposiciones? ?Hasta cu¨¢ndo nos seguir¨¢n gritando negras? O tal vez se trata de todo lo contrario. Igual las mujeres artistas s¨ª exploran y han explorado una relaci¨®n espec¨ªfica con el cuerpo y el deseo otro; una relaci¨®n compartida, adem¨¢s. As¨ª que no se trata de mujeres radicales, sino m¨¢s bien de miradas radicales.
¡®Radical Women, Latin American Art, 1960-1985¡¯. Brooklyn Museum. Nueva York. Hasta el 22 de julio.
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