Las mujeres del mundo editorial se rebelan contra la desigualdad de g¨¦nero en el sector
El movimiento Las mujeres del libro paramos denuncia la brecha salarial y la discriminaci¨®n en una industria fuertemente feminizada

Una semana antes del 8 de marzo, la editora Patricia Escalona comenz¨® a ver c¨®mo en las redes sociales brotaba el entusiasmo con el manifiesto que acababan de publicar varias periodistas y en el que se criticaba desde la brecha salarial al acoso y los problemas de conciliaci¨®n en el sector de los medios de comunicaci¨®n. De hecho, aquel texto alcanz¨® casi 8.000 firmas poco antes del 8M y provoc¨® una corriente de adhesi¨®n por todo el pa¨ªs de cara a la huelga y la manifestaci¨®n que estaba convocada para el D¨ªa de la Mujer. Escalona pens¨® que aquello tambi¨¦n deb¨ªa tener eco en las mujeres que trabajan en el sector editorial y empez¨® un intercambio tuitero con las libreras Sheila Mateos (Muga) y Miren Elorduy (Mujeres y Compa?¨ªa). La editora redact¨® ¡°un texto a vuelapluma¡±, seg¨²n cuenta a EL PA?S, que pas¨® a otras compa?eras como la ilustradora Paula Bonet y la editora Mireia Lite que concluy¨® en la creaci¨®n del grupo Las Mujeres del Libro Paramos, la elaboraci¨®n de un manifiesto y la ilustraci¨®n de Bonet con el rostro y las palabras de Emily Dickinson, ¡°Ignoramos nuestra verdadera estatura hasta que nos ponemos en pie¡±.
Tras hacerlo p¨²blico en las redes sociales, aquella iniciativa tambi¨¦n cuaj¨®. Se inici¨® con 21 firmantes y lleg¨® a alcanzar las 2.000. ¡°Y fue porque tambi¨¦n despertamos tarde y llegamos a donde llegamos, pero la visibilidad se debe al cartel, a la ilustraci¨®n de Paula, y lo mucho que gusta su arte. Eso nos ha abierto muchas puertas¡±, reconoce Escalona.
En el documento se pon¨ªa ¨¦nfasis en cinco puntos: la eliminaci¨®n de la brecha exigiendo transparencia salarial; la igualdad en el acceso a los cargos de responsabilidad, ya que pese a ser un sector muy feminizado ¨Chay datos internos de empresas que reflejan que la presencia de mujeres es hasta un 10% mayor que la de hombres¨C, seg¨²n ellas el 80% de los altos cargos empresariales son masculinos; la denuncia sin paliativos del acoso sexual y laboral; la exigencia de participaci¨®n igualitaria en las plataformas de difusi¨®n y promoci¨®n de la literatura, puesto que las mujeres s¨®lo gana el 20% de los premios literarios, cifra tomada por ellas del Observatori Cultural de G¨¨nere; y la corresponsabilidad en la conciliaci¨®n familiar y cuidados. ¡°Nos dimos cuenta de que todas reivindicamos lo mismo. Es verdad que hay cosas m¨¢s cuantificables que otras, pero nos hemos cansado ya de la invisibilidad¡±, se?ala Escalona.
Opacidad en el sector
Es cierto que es dif¨ªcil de hablar de datos concretos. Las empresas editoriales no airean documentos internos sobre la brecha salarial o la situaci¨®n de las mujeres contratadas o las falsas aut¨®nomas. Trabajadoras que han preferido el anonimato comentan que s¨ª existe esa diferencia. ¡°La brecha sucede mucho con la conciliaci¨®n y la jornada reducida. Los hombres trabajan ocho horas y ganan unos 1.200 y 1.300 de media, mientras que a ellas, que son las que siempre se cogen la jornada reducida, se les reduce. Y luego lo ves en la promoci¨®n¡ Los altos cargos eran todos hombres¡±, comenta una mujer que trabaj¨® en un gran grupo editorial. Una traductora tambi¨¦n indica que ¡°dentro de la precarizaci¨®n del sector en momentos de bache las mujeres son las que m¨¢s la sufren porque se licencian m¨¢s que ellos y entran a trabajar en condiciones peores. Es una profesi¨®n que se est¨¢ feminizando y por eso los j¨®venes son m¨¢s mujeres y est¨¢n peor pagadas que antes¡±.
Por este motivo, desde Las Mujeres del Libro no quer¨ªan que la iniciativa quedara s¨®lo en el 8M. ¡°Pasados los d¨ªas de resaca, nos pusimos a trabajar, Sheila y yo en Madrid, y Patricia en Barcelona. Empezamos a organizar los correos que se reciben y tambi¨¦n diversas comisiones en distintos territorios¡±, cuenta Miren Elorduy. Nacen as¨ª varios grupos en Asturias, Andaluc¨ªa, Pa¨ªs Vasco, Navarra y Valencia. En la actualidad cuentan con 70 voluntarias, con un perfil muy general del sector: ¡°No hay puestos altos, pero s¨ª hay editoras, jefas de prensa, muchas editoras freelance, dise?adoras gr¨¢ficas¡¡±, admite Escalona.
Un cartel feminista para la Feria del Libro de Madrid
Si el a?o pasado hubo pol¨¦mica con el famoso cartel del gato, este a?o la organizaci¨®n de la Feria del Libro ha ido con pies de plomo. Y ha salido bien. En esta ocasi¨®n, el cartel es obra de la ilustradora Paula Bonet y supone una reivindicaci¨®n de la mujer en la literatura. ¡°El cartel viene a denunciar c¨®mo hemos sido silenciadas¡±, afirm¨® Bonet en la presentaci¨®n. En ¨¦l incluye referencias gr¨¢ficas a poetas como Sara Herrera Peralta, Louise Bourgeois, Elena Medel o Violeta Parra, adem¨¢s del rostro de la escritora Chimamanda Ngozi Adichie, autora de textos como Todos deber¨ªamos ser feministas.
Tambi¨¦n se producen varias reuniones. Las de Madrid son en la librer¨ªa Mujeres y Compa?¨ªa y se lanza la propuesta de estar muy presentes en la pr¨®xima Feria del Libro madrile?a. ¡°Estamos vinculados al Gremio de libreros de Madrid y gestionamos un espacio para la Feria¡±, cuenta Elorduy. Desde la Feria atienden enseguida la propuesta ¡°y CEGAL (el gremio de libreros de Espa?a), despu¨¦s desde el congreso en Sevilla, tambi¨¦n se pusieron en contacto con nosotras y p¨²blicamente nos dijeron que pod¨ªamos hacer algo¡±, manifiesta Escalona.
No hay tiempo para llegar a Sant Jordi, pero s¨ª consiguen su espacio en la Feria madrile?a, que les concede tres mesas ¡°para explicar nuestros objetivos. Adem¨¢s, estamos intentando montar un acto m¨¢s festivo-reivindicativo¡±, sostiene la editora. Entre estos fines se encuentran ¡°se?alar eventos y festivales donde no hay mujeres, ni autoras, ni entrevistadoras, que en los curr¨ªculos acad¨¦micos se d¨¦ m¨¢s importancia a las autoras y, al largo plazo, el tema de la brecha salarial implicando al gremio de libreros y editores¡±, a?ade.
Ahora viene la parte menos vistosa, seg¨²n comentan las organizadoras de este grupo, pero ya est¨¢n moviendo ficha. Va a haber reuniones en Valencia con la Consejer¨ªa de Igualdad, entre otros encuentros con instituciones. ¡°Queda la parte menos agradable para se?alar lo que se ha hecho mal¡±, dice Escalona. Pero una cosa est¨¢ clara: la parte femenina del sector editorial ha dicho basta.?
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