Philippe Djian: ¡°Los escritores me parec¨ªan rid¨ªculos¡±
La novela ¡°oh¡¡±, llevada al cine por Paul Verhoeven como ¡°Elle¡±, acaba de traducirse al espa?ol
Hace 50 a?os Philippe Djian (Par¨ªs, 1949) tambi¨¦n coreaba consignas por las calles de su ciudad. Estaba en el ¨²ltimo a?o de instituto, espoleado por un profesor de Filosof¨ªa de extrema izquierda ¨Csus excesos se equilibraban con un profesor de Filosof¨ªa de extrema derecha- y embebido de la l¨ªrica de Bob Dylan. ¡°Me manifestaba pero no por gran conciencia pol¨ªtica, sino porque mis amigas tambi¨¦n estaban all¨ª. Era agradable, hac¨ªa buen tiempo y me gustaba gritar ¡®Yankee go home¡¯, pero yo estaba a¨²n en el ¨²ltimo a?o de instituto y hab¨ªa una gran diferencia respecto a los estudiantes de universidad, mucho m¨¢s ideologizados¡±, revive el escritor.
El d¨ªa de la entrevista, en el Instituto Franc¨¦s en Madrid, se debate entre el sol yuna ventolera desapacible. El escritor viaj¨® en coche desde Biarritz hasta Logro?o, donde los encargados de la editorial Fulgencio Pimentel, que ha publicado su novela ¡°oh¡¡± traducida por Regina L¨®pez Mu?oz, le recogieron para trasladarse, de nuevo en coche, hasta Madrid. Ha publicado una treintena de libros ¨Ccinco de ellos adaptados al cine- pero esta es su primera promoci¨®n en Espa?a. Nadie hasta ahora se lo hab¨ªa pedido. No parece que le importe en exceso. Djian, que fich¨® por Gallimard en 1993, reniega del escritor personaje que ahora cultiva una parte de la industria editorial. Cuando explot¨® su popularidad, gracias a la pel¨ªcula Betty Blue (1986) que adaptaba su libro 37? 2 le matin, se refugi¨® en Estados Unidos para evitar ser fagocitado por todo aquello: ¡°El escritor tiene que estar detr¨¢s de sus libros, no delante. No hace falta que se le vea¡±. En su m¨®vil suena Somewhere over the rainbow cuando le llaman.
La novela se adentra en los rincones oscuros del chal¨¦ con jard¨ªn
Ir¨®nica, pulcra e inclemente, ¡°oh¡¡± est¨¢ protagonizada por una productora, Mich¨¨le, que acaba de ser violada antes del primer p¨¢rrafo. Su reacci¨®n, contenida y rabiosa a la vez, desvela a una mujer resiliente, curtida en el arte de la supervivencia y capaz de pensar as¨ª: ¡°Me cuesta horrores creer que me haya pasado una cosa as¨ª con este cielo tan azul, con este tiempo tan bueno¡±. Paul Verhoeven le dio ese papel a Isabelle Huppert, que gan¨® un Globo de oro por la interpretaci¨®n, e introdujo algunas variaciones en el guion, empezando por el t¨ªtulo: Elle (2016). Sin embargo, la adaptaci¨®n satisfizo al escritor, muy respetuoso respecto a la libertad de los cineastas para hacer y deshacer con su material literario. ¡°Veo las pel¨ªculas sobre mis libros como un mero espectador. Mi oficio es trabajar la lengua y el cineasta emplea el arma de la imagen adem¨¢s del texto. Pero hay una manera f¨¢cil para un escritor de no arriesgarse a ser traicionado con la adaptaci¨®n, que es la de no vender los derechos del libro. No es mi caso¡±.
Djian escribe sin guion, sin hormas previas, sin saber bien ad¨®nde llegar¨¢. ¡°Coloco a personajes ordinarios en situaciones extraordinarias y veo como se desarrollan. Como dec¨ªa Stevenson, la aventura de la novela no es la materia sino la forma¡±. En ¡°oh¡¡±, publicada en Francia en 2012, cuenta la vida de una mujer que vive entre el ¨¦xito profesional y el fracaso personal. Tiene dinero, pero tambi¨¦n un hijo que la desprecia, un exmarido que la irrita, una madre que la averg¨¹enza y un amante que la cansa. Tras la violaci¨®n, que no denuncia, compra armas de defensa personal y aguarda el retorno de su atacante. Se revuelve casi por igual ante la agresi¨®n que ante la victimizaci¨®n. ¡°He tenido peores experiencias con hombres que hab¨ªa escogido libremente¡±, sostiene Mich¨¨le en la novela. Algunas feministas le afearon a Djian la frase. El escritor considera que se trat¨® de una pol¨¦mica superficial. ¡°Ella no quiere ser violada otra vez, trata de protegerse. Cuando descubre que el violador es alguien de su c¨ªrculo, alguien que hab¨ªa empezado a gustarle, surge un conflicto. Ella, que est¨¢ en los cincuenta, se pregunta si todav¨ªa puede cometer una locura. Si su respuesta es que no, sabe que significa que est¨¢ entrando en la fase final de su vida¡±.
Le recriminan asimismo que los hombres de sus historias salen mal parados. ¡°Yo creo que no son caricaturas. Vivimos en un mundo complejo e intento reflejar esa complejidad¡±, precisa. Descrito a veces como un especialista en las neurosis familiares, Philippe Djian ilumina los rincones oscuros del chal¨¦ con jard¨ªn. La familia, admite, sigue siendo ¡°una fuente inagotable para la literatura, como un microcosmos que da una imagen del macrocosmos. La historia avanza cuando los personajes tienen relaciones duraderas, que van cambiando, que no est¨¢n escritas en m¨¢rmol¡±.
Unos a?os antes del Mayo del 68, un joven Philippe Djian se emple¨® en el almac¨¦n de la editorial Gallimard. Sus padres consideraban que trabajar durante cortos periodos vacacionales ser¨ªa una buena lecci¨®n de vida. ?So?aba entonces con pertenecer a la escuadra de Gallimard? Se r¨ªe ante el recuerdo: ¡°La imagen que ten¨ªa de los escritores que iban por all¨ª era de unos viejos rid¨ªculos. Yo no quer¨ªa parecerme a ellos¡±.
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