Un pa¨ªs tan raro como los dem¨¢s
Jos¨¦ ?lvarez Junco y Adrian Shubert coordinan una nueva historia de Espa?a que reconstruye los ¨²ltimos 200 a?os y desmonta los mitos sobre su excepcionalidad
De la historia reciente de Espa?a se ha vuelto a hablar en el resto del mundo por la crisis catalana. Y hay versiones que han se?alado que a¨²n tiene importantes d¨¦ficits democr¨¢ticos, como si no se consiguiera sortear el viejo cuento de la anomal¨ªa espa?ola. ¡°Espa?a no es un caso excepcional¡±, dice Adrian Shubert, uno de los coordinadores de la Nueva historia contempor¨¢nea de la Espa?a contempor¨¢nea (1808-2018)?(Galaxia Gutenberg). ¡°Entra en la corriente principal de la historia occidental. Hubo una Ilustraci¨®n y tuvo un liberalismo bastante avanzado comparado con otros: el sufragio universal masculino se aprob¨® casi al mismo tiempo que en Alemania y Francia¡±.
Jos¨¦ ?lvarez Junco, el otro maestro de obras de esta iniciativa, observa: ¡°No es un pa¨ªs raro. O, mejor, es un pa¨ªs tan raro como los dem¨¢s. ?Qu¨¦ es lo que lo hace singular? Que el proceso revolucionario liberal empieza muy pronto, en 1808, cuando en C¨¢diz se implanta una Constituci¨®n muy avanzada. Lo que pasa es que hay un desfase entre unas ¨¦lites modernizadoras urbanas y un pa¨ªs abrumadoramente rural y cat¨®lico, y eso da lugar a altibajos. Como en otros pa¨ªses. Lo malo es que en Espa?a empiezan muy pronto y terminan muy tarde, con Franco en 1975¡±.
Domina una visi¨®n vieja, casi rom¨¢ntica. La mayor parte de la gente no se ha enterado de que este es un pa¨ªs moderno, rico, progresista en muchas cosas Adrian Shubert
Esta nueva historia es un ambicioso trabajo de ida y vuelta. ?lvarez Junco, catedr¨¢tico ahora em¨¦rito que opera en Madrid y que ense?¨® durante largo tiempo en Boston, y Shubert, catedr¨¢tico en Toronto pero con una importante experiencia internacional, juntaron a especialistas de diferentes campos hist¨®ricos y de ocho pa¨ªses distintos para contarle a un lector anglosaj¨®n lo que hab¨ªa pasado en Espa?a durante estos ¨²ltimos 200 a?os. El libro lo public¨® Bloomsbury en 2016. Una versi¨®n cuidadosamente revisada y que incorpora nuevas aportaciones ¡ªuna biograf¨ªa de Adolfo Su¨¢rez, por ejemplo¡ª se ha reconstruido ahora para Espa?a. La invitaci¨®n es la de ver qu¨¦ ocurri¨® con los ojos de unos profesionales que tienen, o han tenido, un pie aqu¨ª y otro fuera, con lo que la distancia es su se?a de identidad m¨¢s relevante. ¡°Conviene destacar su estructura¡±, comenta Shubert. ¡°Hay cap¨ªtulos cronol¨®gicos y otros tem¨¢ticos, lo que es habitual, y una parte de perfiles biogr¨¢ficos, que es lo que lo hace distinto¡±.
?C¨®mo se ve a Espa?a fuera? ¡°Domina una visi¨®n vieja, casi rom¨¢ntica. La mayor parte de la gente no se ha enterado de que este es un pa¨ªs moderno, rico, progresista en muchas cosas. Siguen funcionando las ideas antiguas, la imagen que dio Hemingway cuando estuvo aqu¨ª en la Guerra Civil¡±, comenta Shubert. ?lvarez Junco: ¡°En los ¨²ltimos 400 o 500 a?os Espa?a ha ocupado la primera plana internacional quiz¨¢ en tres o cuatro ocasiones. En los siglos XVI y XVII, cuando surge la leyenda negra con la Contrarreforma, y luego en la ¨¦poca rom¨¢ntica, donde se establece el estereotipo del exotismo. La Guerra Civil se interpret¨® fuera en t¨¦rminos de leyenda negra ¡ªFranco era mal¨ªsimo y su imagen estuvo asociada a la Inquisici¨®n y a Felipe II¡ª y en t¨¦rminos rom¨¢nticos ¡ªla Rep¨²blica era buen¨ªsima y el pueblo de Madrid fue capaz de resistir¡ª¡±. ¡°A¨²n te miran raro cuando explicas que Espa?a ha legalizado el matrimonio gay¡±, apunta Shubert. ¡°Estableci¨® el sufragio universal masculino en 1890 y le dio el voto a la mujer en 1932¡±, a?ade Junco: ¡°No son cosas f¨¢ciles de incorporar al estereotipo¡±.
El peso del catolicismo
El encuentro con ?lvarez Junco y Shubert se realiz¨® en Madrid en torno a unas tazas de caf¨¦. Los otros historiadores que intervienen fueron entrando por correo electr¨®nico o por tel¨¦fono. Mar¨ªa Sierra, que ense?a en la Universidad de Sevilla, se ocupa en el libro del liberalismo, y subraya que fue ¡°muy homologable con sus coet¨¢neos europeos (occidentales) y en otra medida muy peculiar¡±. Semejanzas: ¡°Modelos constitucionales, normas electorales, formatos de organizaci¨®n pol¨ªtica, procesos de construcci¨®n estatal y administrativa, actuaciones econ¨®micas...¡±. Lo que hace a Espa?a un tanto distinta es ¡°el peso del catolicismo y de la Iglesia como instituci¨®n¡±. Tambi¨¦n est¨¢ el carlismo, como ¡°una opci¨®n pol¨ªtica retr¨®grada que el liberalismo espa?ol tolera a pesar de su beligerancia¡± y la mala gesti¨®n de ¡°los restos de un gran imperio del pasado en el tiempo de formaci¨®n de otros imperios modernos¡±.
La Guerra Civil y, sobre todo, la dictadura, representaron un corte en la historia de Espa?aAdrian Shubert
En el XIX es tambi¨¦n cuando va tomando forma el nacionalismo catal¨¢n. ¡°Acaba de salir un libro de Marfany sobre Catalu?a en el XIX¡±, explica Junco. ¡°Demuestra, de manera masiva y contundente, que los catalanes tienen una fuerte personalidad cultural, pero que desde el punto de vista pol¨ªtico son espa?olistas al cien por cien¡±. ¡°Gente como Camb¨® pensaba m¨¢s adelante que Catalu?a pod¨ªa ser la vanguardia de Espa?a¡±, comenta Shubert. ¡°El modelo para el resto del pa¨ªs¡±.
La Restauraci¨®n, que arranca en 1874 y llega hasta la dictadura de Primo, ha sido tachada de r¨¦gimen corrupto al servicio de las ¨¦lites. Javier Moreno Luz¨®n, que se ocupa de este periodo que conoce al dedillo (pero solo llega hasta 1914), considera que tampoco ah¨ª Espa?a fue excepcional. ¡°Hubo redes clientelares en otros pa¨ªses; en Italia ese sistema se denomin¨® transformismo y en Portugal, rotativismo. Es verdad que existi¨® ese turno ama?ado que permit¨ªa que se sucedieran gobiernos de signo distinto, pero se hicieron progresos: la sociedad se urbaniz¨®, aparecieron partidos y movimientos de masas, hubo juego parlamentario¡±.
Gente como Camb¨® pensaba m¨¢s adelante que Catalu?a pod¨ªa ser la vanguardia de Espa?a. El modelo para el resto del pa¨ªsAdrian Shubert
¡°La Guerra Civil y, sobre todo, la dictadura, representaron un corte en la historia de Espa?a¡±, explica Shubert. ¡°Hasta ese momento, el pa¨ªs estaba cambiando y evolucionando a su propio ritmo de manera an¨¢loga a otros pa¨ªses de su entorno¡±. A Fernando del Rey, que da clases en Madrid y que conoce muy bien el periodo de entreguerras, le ha tocado hacer en el libro la biograf¨ªa de Aza?a. ¡°Fue un intelectual, no un pol¨ªtico de pura raza, y me conmueve su lucha por la paz durante la guerra. La Rep¨²blica quiso hacer muchas cosas y de golpe, y eso asust¨® a muchos y toc¨® muchos intereses. Fueron muy r¨¢pido y terminaron siendo siervos de las esperanzas que generaron¡±.
De una Transici¨®n mod¨¦lica al desgaste del presente
Adrian Shubert: ¡°Despu¨¦s de la Guerra Civil, Espa?a cogi¨® otro camino y perdi¨® mucho terreno, y en los a?os sesenta estaba ya muy atr¨¢s, si la comparamos, por ejemplo, con Italia. Es casi un milagro que, partiendo de ah¨ª, la Transici¨®n lograra devolver al pa¨ªs al lugar que le correspond¨ªa¡±.
Jos¨¦ ?lvarez Junco: ¡°Llev¨¦ el seminario de estudios ib¨¦ricos en la Universidad de Harvard de 1992 a 2000. Se presentaron un mont¨®n de ponencias: dos tercios de todas ellas estaban dedicadas a la Transici¨®n. Interesaba sobre todo a latinoamericanos y a europeos del Este. Quer¨ªan una receta. Pero, claro, la Transici¨®n no puede cambiarlo todo. Es un ropaje institucional por debajo del cual terminaron aflorando viejas conductas clientelares, como le ha ocurrido al PSOE en Andaluc¨ªa y Extremadura, o al PP en Valencia y Madrid¡±.
Shubert: ¡°Si hay una soluci¨®n razonable para que Catalu?a se quede dentro de Espa?a, no pasar¨¢ gran cosa. Ser¨¢ una crisis m¨¢s dentro del sistema. Si no fuera as¨ª, se recordar¨¢n estas fechas como una ¨¦poca de cambios dr¨¢sticos.
?lvarez Junco: ¡°Ten¨ªa que haber habido ante el desaf¨ªo catal¨¢n una respuesta pol¨ªtica, y no la ha habido. Yo s¨ª creo que estamos en las v¨ªsperas de un cambio de ciclo. Recuerda a la ¨¦poca en la que, entre 1993 y 1996, el PSOE se desgastaba y se desgastaba y se ve¨ªa que estaba llegando su final. Algo as¨ª le est¨¢ ocurriendo ahora al PP. No tiene respuestas al problema de Catalu?a, tampoco se ha enfrentado a la corrupci¨®n ni sabe qu¨¦ hacer ante una reforma constitucional. Veremos si consigue llegar hasta 2020. Y veremos entonces si existe otra derecha, la de Ciudadanos, capaz de tomar las riendas¡±.
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Autor: Vv.Aa .
Editorial: Galaxia Gutenberg (2018).
Formato: tapa dura (820 p¨¢ginas)
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