El hermano americano

Philip Roth, el gran escritor, el original¨ªsimo representante de la modernidad, el observador de la vida, tan llena de contradicciones, desaf¨ªos y cruel ¨¦pica burlona, nos ha abandonado a nuestra suerte; a partir de ahora estamos solos para lidiar con el agresivo presente. Su poderosa inteligencia y su sabia humanidad quedan en sus libros, esperando a brindarnos ayuda en nuestro tormentoso mundo, en esos momentos de soledad, as¨ª como en nuestra lucha por la verdad, la autenticidad y el ardor.

Le vi hace unos d¨ªas en el hospital. Estaba terriblemente d¨¦bil, su voz casi casi se hab¨ªa desvanecido. Despu¨¦s, de vuelta en casa, le escrib¨ª algunas l¨ªneas, en recuerdo de nuestra larga e intensa amistad, y le expres¨¦ mi confianza en su fortaleza incluso a pesar de haberlo visto tan d¨¦bil. Me equivocaba. La muerte es m¨¢s fuerte que cualquiera de nosotros, los humanos.

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Muere el escritor Philip Roth a los 85 a?os

?Qui¨¦n se atrever¨ªa a publicar hoy de nuevas a Philip Roth?

La literatura, los Estados Unidos y el mundo han perdido a una de sus mentes m¨¢s brillantes y a una fuerza de creatividad incomparable. En este momento oscuro de crisis planetaria, de fuerte agresi¨®n espiritual, en este presente lleno de peligros y perversi¨®n, su humor luminoso y su humanidad ser¨¢n extra?ados m¨¢s que nunca.

A mi esposa, Cella, y a m¨ª, nos invade hoy la tristeza y la soledad. Roth fue para nosotros, hace m¨¢s de 30 a?os, un hermano americano, siempre presente y alentador, un interlocutor ¨²nico e irremplazable. Nos sentimos, m¨¢s que nunca, perdidos en este creciente y hoy m¨¢s profundo exilio.

Philip deseaba ser enterrado en el cementerio Bard College, a mi lado. Entonces, con suerte, estaremos menos perdidos en el infinito desierto de despu¨¦s de la vida.