¡°El encarcelamiento de Lula es algo que contaminar¨¢ la democracia brasile?a en las pr¨®ximas generaciones¡±
El documentalista Jo?o Moreira Salles debate sobre pol¨ªtica y cine, comparando las im¨¢genes de su ¨²ltima pel¨ªcula, centrada en las revueltas de mayo del 68, con la actualidad
Cuando termin¨® su segundo documental, Jo?o Moreira Salles (Rio de Janeiro, 1962) decidi¨® dejar el audiovisual porque decidi¨® que ya estaba todo contado y fund¨® la revista de periodismo literario Piau¨ª. Su amistad con el director Eduardo Coutinho le hizo volver a las pantallas de cine. Ahora, este productor, documentalista y editor, presenta No Intenso Agora, un documental centrado en las revueltas de mayo del 68. En casa Am¨¦rica, en Madrid, el brasile?o debate sobre pol¨ªtica y cine, comparando las im¨¢genes de hace cincuenta a?os con la actualidad.
?Cu¨¢l es la situaci¨®n del documental a d¨ªa de hoy?
Creo que la popularizaci¨®n de los smartphones le ha hecho un gran favor al documental. Permite hacer cosas con muy poco presupuesto y tambi¨¦n llegar a muchos sitios gracias a internet. Hay cosas que veo en Youtube que son profundamente creativas y que cambian la forma de hacer documentales. La democratizaci¨®n trae consigo una mayor capacidad de producci¨®n y de la cantidad surgen los genios. Hay tambi¨¦n cambio en las formas, porque al cambiar de una pantalla de cine a la del m¨®vil ya no se depende de la gran pantalla y de las dos horas de duraci¨®n. Ahora todo se puede hacer.
?Piensa que plataformas como Netflix le quitan libertad al documental?
El documental jam¨¢s se beneficia con la industria. Es muy arriesgado hacer ficci¨®n experimental porque es muy caro, y es necesario que las pel¨ªculas sean rentables. El documental es diferente, su papel es cambiar las formas de narrar. Todo lo que pasa como novedad en el cine de ficci¨®n, casi siempre se vi¨® antes en el documental. No porque seamos m¨¢s originales, inventivos o inquietos. Sino porque a nosotros no hay nadie que nos diga ¡°hazlo as¨ª¡±. Cuando se convierte en un encargo de Netflix y se tiene una responsabilidad para con el p¨²blico se mata algo que es esencial para el documental: arriesgar. Si fracasas haciendo Titanic no volver¨¢s a hacer una pel¨ªcula, pero si fracasas haciendo, no s¨¦, No Intenso Agora, no hay problema porque es una pel¨ªcula nimia, peque?a. El fracaso no es significativo porque no es un fracaso p¨²blico porque nadie conoce la pel¨ªcula.
?Qu¨¦ buscaba cuando empez¨® a filmar No Intenso Agora? ?Qu¨¦ relaci¨®n tiene con movimientos como Ocuppy Wall Street o el 15-M?
No Intenso Agora no estaba hecho para pensar en la actualidad. Empez¨® como algo personal, con unas pel¨ªculas familiares y un diario que hab¨ªa hecho mi madre. En ese momento, en el que escribi¨® y tom¨® esas im¨¢genes estaba muy conectada con la vida, con una capacidad muy grande de ser feliz. A m¨ª me interesaba el c¨®mo se tiene esa capacidad y sobre c¨®mo se pierde. Al investigar, muy r¨¢pidamente llegu¨¦ a Mayo del 68 y al leer los diarios de la gente que vivi¨® las revueltas, encontr¨¦ en la misma din¨¢mica, una completa conexi¨®n con la vida que se pierde cuando las protestas acaban. Empec¨¦ con la pel¨ªcula en 2012, antes de las grandes manifestaciones de Brasil de 2013, en las que salieron m¨¢s de dos millones de personas a las calles. Cuando me preguntan si mi pel¨ªcula es un comentario sobre esto les contesto que no. No quer¨ªa entender porqu¨¦ se sale a la calle sino porqu¨¦ se deja de salir a la calle. No porqu¨¦ se hace uno militante, sino porqu¨¦ deja de serlo.
?Siente que estos movimientos sociales, como el de 2013 en Brasil o la primavera ¨¢rabe han servido para cambiar las cosas?
Mayo del 68 no cambi¨® la Francia de junio, pero s¨ª la de los 80. Y lo hizo profundamente. El movimiento feminista, la integraci¨®n, la liberaci¨®n sexual, la universidad que se flexibiliza. La sensaci¨®n de fracaso de los movimientos sociales es real, pero tambi¨¦n es ilusoria porque las cosas cambian, pero muy lentamente. Creo que es la situaci¨®n que vivimos en Brasil.
En las protestas de 2013 los que no ten¨ªan voz se dieron cuenta de que pod¨ªan hablar. Los negros, los movimientos LGTBI, el nuevo feminismo brasile?o, grupos de favelas que pasaron a organizarse pol¨ªticamente. Mariele Franco, que ha sido asesinada recientemente, era una expresi¨®n maravilloso de esto. De alguien que representa a un nuevo Brasil que tiene una voluntad pol¨ªtica que no ten¨ªa antes. Ingres¨® en la facultad gracias a la pol¨ªtica de cuotas, en 2013 se vi¨® en el centro de un movimiento que fue esencialmente un empoderamiento gracias a la palabra. Estas personas no van a cambiar el Brasil de 2018, pero van a cambiar el Brasil de 2025.
?Cu¨¢l es su sensaci¨®n con el momento actual que vive Brasil?
Yo creo que el encarcelamiento de Lula fue una cat¨¢strofe pol¨ªtica, pero no se puede confundir eso con una absoluci¨®n del Partido dos Trabalhadores. El partido necesita hacer una autocr¨ªtica que jam¨¢s ha hecho. Si tenemos a Michel Temer hoy es porque Temer ha sido el vicepresidente de Dilma. En Brasil hay un pacto con el atraso. El Partido del Movimiento Democr¨¢tico Brasile?o siempre ha estado en el poder y sigue en ¨¦l para continuar bebiendo de las tetas del Estado. A partir de la investigaci¨®n de Petrobras, donde hab¨ªa montado un esquema de corrupci¨®n a una escala que no exist¨ªa antes, el sistema pol¨ªtico brasile?o qued¨® contaminado. Hoy tenemos un sistema muerto que no representa a nadie. Est¨¢ muerto pero sigue en pie. Necesitamos destruir eso para construir algo nuevo. Es por eso que soy muy pesimista con el presente, pero optimista con el futuro.
?Y m¨¢s concretamente, qu¨¦ piensa del ingreso en prisi¨®n de Lula Da Silva?
El encarcelamiento de Lula es algo que contaminar¨¢ la democracia brasile?a en las pr¨®ximas generaciones, porque, sea cual sea el resultado de las elecciones de 2018, quedar¨¢ siempre el fantasma de que Lula no podr¨¢ concurrir y por tanto no podr¨¢ ser ni elegido ni derrotado por los votos. Es muy delicado. Creo que la cuesti¨®n de la culpabilidad de Lula es una cuesti¨®n aparte. Hay elementos que pueden ser discutidos, pero que no se puede decir que no existen. El pr¨®ximo presidente estar¨¢ siempre a la sombra de la legitimidad, porque gan¨® porque Lula no estaba.
Nada est¨¢ muy claro, hay un descr¨¦dito profundo en la pol¨ªtica y la situaci¨®n est¨¢ lista para que alguien de fuera del sistema lo compre para traer orden y ley. Y eso se aproxima mucho a un personaje que conocemos muy bien en Am¨¦rica Latina que es el Caudillo. El tipo autoritario y antidemocr¨¢tico. En Brasil hay una silla preparada para que se siente alguien de esas caracter¨ªsticas. En 2019 podemos tener como presidente a alguien que sea si no fascista, protofascista.
?Qu¨¦ puede hacer la prensa para combatir situaciones como esta?
Creo que la prensa tiene un papel esencial pero infelizmente con armas que son muy poco apropiadas para el momento. Es como la caballer¨ªa polaca en la Primera Guerra Mundial que se enfrentaba a los tanques alemanes a caballo. Las armas que tenemos son poco poderosas para enfrentarse a las redes sociales y a las fake news. Creo cada vez m¨¢s en la figura del gate keeper, grandes organizaciones en las que se puede confiar. La buena prensa tiene que ser una instituci¨®n conservadora, el rigor necesita de instituciones.
Babelia
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