Mar¨ªa Dolores Pradera: ¡°Me cuento chistes para mantenerme alegre¡±
Entrevista realizada en junio de 2011 con la cantante y actriz fallecida a los 93 a?os
Mar¨ªa Dolores Pradera se merec¨ªa todos los t¨®picos que florecieron a su alrededor. Era, en efecto, la flor de la canela, era tambi¨¦n la voz de terciopelo, y era de todas las nacionalidades de donde vinieron su inspiraci¨®n y sus canciones. Y era tambi¨¦n canaria, gracias a Los Sabande?os, que, como Rosa Le¨®n y otros tantos, la mantuvieron en pie, cantando casi hasta el ¨²ltimo suspiro de su vida. Y era en¨¦rgica y generosa, como una amiga que no exig¨ªa de otros nada m¨¢s que atenci¨®n¡ para sus canciones. En esta entrevista, que aparece entera por primera vez (fue utilizada en parte para un reportaje sobre veteranos que public¨® EL PA?S Semanal el 19 de junio de 2011), explica de d¨®nde ven¨ªa su energ¨ªa. Es ella de cuerpo entero, m¨¢s Pradera que nunca. Y tan alegre como fue, hasta en los tiempos oscuros.
Pregunta. ?C¨®mo conservas la energ¨ªa? La de la voz, la del intelecto. Y la energ¨ªa que irradia tu mirada, ?de d¨®nde viene?
Respuesta. Creo que en mis ojos hay algo heredado de mi madre, el colorido y la viveza. Procuro estar alegre. Si no lo estoy, me lo impongo, me cuento chistes de cuando era peque?a y me rio much¨ªsimo, eran unos chistes muy divertidos. Ayer, por ejemplo, me acord¨¦ de un chiste: Es un barquito donde va un misionero y otras gentes. Hace aguas y desgraciadamente cae en una isla de antrop¨®fagos. Agarran al misionero, lo meten en una olla y lo ponen a cocer: ¡°?Por favor, por favor! ?No, no es bueno que me coman!¡±, gritaba. La olla est¨¢ rodeada de negritos peque?os y les sigue gritando: ¡°?No es bueno porque soy diab¨¦tico, tengo az¨²car en la sangre!¡±. Y todos los ni?os: ¡°?Para postre! ?Para postre!¡± ?A qu¨¦ es genial? Deb¨ªa de tener cinco o seis a?os cuando me lo contaron.
P. ?Todav¨ªa te acuerdas?
R. Me acuerdo y me mondo.
P. ?C¨®mo eran tus padres?
R. A mi padre lo trat¨¦ muy poco. Ten¨ªa sus negocios en Chile. De todas maneras ¨ªbamos todos los a?os. ?Imag¨ªnate, en aquellos a?os 30, en barco, tard¨¢bamos en llegar veintitantos d¨ªas, casi treinta! El a?o que no ¨ªbamos, muy pocos, ven¨ªa ¨¦l. Era muy inteligente y se march¨® buscando mejor vida. Cuando se qued¨® hu¨¦rfano, muy jovencito, se fue a hacer las Am¨¦ricas y a los dieciocho a?os ya era patroncito. Un hombre muy listo que hizo de todo, se cultiv¨®, aprendi¨® idiomas, ley¨® cosas que necesitaba leer y se form¨® muy bien.
P. ?Y tu madre?
R. Mi madre era inteligente, muy alegre y divertida. Sus padres hab¨ªan tenido catorce hijos y perdieron a los catorce. Ella nace cuando mi abuela tiene 52 a?os. Fue un genio. Muri¨® con 87 con la cabeza perfecta y con una gracia enorme. Muri¨® porque se cay¨® y se le rompi¨® la cadera. La operaron y no lo super¨®. Estaba mal y ya no quer¨ªa estar aqu¨ª. No quer¨ªa dar molestias. Fant¨¢stica.
P. ?A lo largo de la vida has hecho alg¨²n r¨¦gimen especial para que ahora, cuando ya tienes algo m¨¢s de ochenta, sigas teniendo esa vitalidad?
R. Y aspecto m¨¢s joven, ?no?
P. S¨ª.
R. No, no he hecho nada. Jam¨¢s un bistur¨ª, ?qu¨¦ miedo! Como normal. Nada, no me cuido, no vivo pendiente de mis pesta?as, ni de si tengo una arruga o no, que la debo tener. Ha sido suerte y que tengo buen car¨¢cter.
P. ?Y que te rodeas de alegr¨ªa?
R. Claro, de alegr¨ªa y de gente joven. Eso lo aprend¨ª de mi madre. Todas las amistades de mi madre eran gente joven. Ella dec¨ªa: ¡°Es puro ego¨ªsmo m¨ªo, porque todos me van a echar una mano. Si son de mi edad, nada, no pueden echar manos¡±. Mi madre pod¨ªa ayudar mucho, ten¨ªa mucha juventud.
P. Eso es fundamental. Si t¨² trabajas hasta los 65, por ejemplo, y ya empiezas a pensar que te vas a retirar, es probable que envejezcas antes.
R. Claro.
P. ?Nunca has pensado¡?
R. Nunca lo he pensado porque la gente, los managers, los empresarios siempre han contado conmigo y yo les correspondo cantando. O en mis ¨¦pocas de actriz, cuando era muy joven.
P. ?La voz tampoco la cuidas?
R. Fui fumadora pero dej¨¦ de fumar justo a los 60 a?os, no porque me hiciera da?o el tabaco sino porque fumaba muy feo y mis nietos me hac¨ªan burla. Me imitaban con unos lapiceros de madera, que todav¨ªa existen, mord¨ªan los cigarros y hac¨ªan como que los prend¨ªa uno detr¨¢s de otro, como yo. No me afectaba, no me hac¨ªa da?o a la garganta. Dej¨¦ de fumar porque los ni?os al salir del colegio tra¨ªan a amigos para que vieran c¨®mo fumaba su abuela.
P. Como un objeto de feria.
R. Esto se ha acabado, ya no vuelvo a fumar. Dec¨ªa mi madre: ¡°S¨ª, es muy llamativo como fumas, hija m¨ªa¡±
P. Dices que te rodeas de gente joven¡
R. Y gente no joven pero que¡
P. Gente alegre.
R. Gente alegre, s¨ª. Y de gente triste tambi¨¦n. Le dedico tiempo a gente triste y les cuento el chiste del misionero y los que sean. Procuro hacer re¨ªr a la gente.
P. Eso es muy generoso por tu parte.
R. Creo que lo notaste el d¨ªa del homenaje en el Cervantes¡
P. S¨ª.
R. Pues estuvisteis todos fant¨¢sticos. C¨®mo te agradec¨ª que nos acompa?aras aquel d¨ªa, con las cosas que tienes que hacer.
P. Pero t¨² tambi¨¦n eres muy generosa. Dec¨ªas al principio: ¡°Aqu¨ª hay mucha vida m¨ªa¡±. Eres una mujer familiar, tienes nietos, ?y sigues cantando canciones de amor?
R. S¨ª, es como cuando era actriz. Interpret¨¦ a Santa Teresa y no he sido nunca Santa Teresa, no s¨¦ si me habr¨ªa gustado serlo, la verdad. Pero es cuesti¨®n de sentirlo. Cuento unas historias que a lo mejor ni las he vivido, y las cuento.
P. ?A esta edad pesa la biograf¨ªa?
R. A veces s¨ª, pero a m¨ª me ha pesado la biograf¨ªa a los 18 a?os tambi¨¦n.
P. ?Por qu¨¦?
R. Por la vida. Fui ni?a de la guerra.
P. ?C¨®mo fue ese tiempo?
R. Tres a?os tremendos en Madrid. Un poco antes muri¨® mi padre en Chile, cuando ya se ven¨ªa a Espa?a definitivamente a vivir con su mujer y sus hijos. Aqu¨ª ten¨ªa alg¨²n negocio. Se deshizo de los negocios de Chile porque Chile empez¨® a ir mal y su ilusi¨®n era estar en Espa?a con nosotros. Muri¨® muy joven, antes de cumplir los 49 a?os, una cosa muy absurda. No disfrut¨® de nosotros. S¨®lo cuando ¨ªbamos a verlo cada a?o.
P. ?C¨®mo vivi¨® tu madre ese tiempo?
R. Mal, muy triste, pero enseguida se remont¨®.
P. ?Se cas¨® otra vez?
R. No, nunca. Era guap¨ªsima, pero no, no olvid¨® a su Juan. Mi padre se llamaba Juan Antonio pero todo el mundo le llamaba Juan o Juanito.
P. Juan Pradera.
R. Juan Antonio Fern¨¢ndez, la Pradera es mi madre. Me puse el apellido de mi madre en su honor por que fue tambi¨¦n nuestro padre.
P. O sea que eres Fern¨¢ndez Pradera.
R. Fern¨¢ndez Pradera y Fern¨¢ndez.
P. Te casaste con un Fern¨¢ndez.
R. S¨ª, mis hijos se llaman Fern¨¢ndez Fern¨¢ndez, Pradera y Fuster que es mi cuarto apellido. Mi madre se llamaba Pradera Fuster.
P. Dec¨ªas que te pesaba mucho la biograf¨ªa y que hab¨ªa tiempos alegres y tiempos tristes, ?qu¨¦ huella te han dejado los tiempos tristes?
R. Tengo memoria selectiva. Es puro ego¨ªsmo, me he dado cuenta. Un cierto ego¨ªsmo que tengo para olvidar lo malo. Y consigo superarlo y olvidarlo, se me borra. Se me borra lo malo.
P. A lo mejor eso es un factor de juventud.
R. Puede ser.
P. Te rodeas de gente m¨¢s joven que t¨².
R. S¨ª. Es que, claro, de mi quinta hay muy poca gente, aunque tambi¨¦n los hay maduritos. Tengo gente, amigos maduros (no tanto como yo) y algunos un poco menos. La gente me importa mucho.
P. ?C¨®mo has vivido esa relaci¨®n con los j¨®venes? ?Qu¨¦ sientes con ellos?
R. Me buscan ellos. Soy una especie de madre de todos mis amigos. De Rosa Le¨®n, a la que adoro, de V¨ªctor Manuel, de Ana Bel¨¦n. Me has tra¨ªdo ahora noticias de Joan Manuel Serrat, que no pudo venir a este festejo, y s¨¦ que hubiera venido. Nos queremos mucho.
P. En ese mundo del espect¨¢culo ?tienes muchos amigos j¨®venes?
R. S¨ª, m¨¢s j¨®venes que yo.
P. Te rejuvenece su presencia.
R. Me siento joven en su presencia. Creo que les contagio.
P. ?C¨®mo has vivido las sucesivas desapariciones que en la vida se producen? Los amigos que se van.
R. Muy mal. He vivido muy mal la ausencia de mis tres hermanos. Se me han ido en tres a?os.
P. ?Recientemente?
R. Ninguno lleg¨® a los setenta, s¨®lo mi hermana.
P. ?Eras la mayor?
R. La m¨¢s chica. Me han dejado sola. A¨²n les insulto de vez en cuando, porque, adem¨¢s, est¨¢bamos muy unidos. Mis hermanos y yo hemos sido una pi?a.
P. ?C¨®mo se supera eso?
R. Es muy dura la ausencia de la gente que quieres, a la que est¨¢s acostumbrada a ver casi todos los d¨ªas. Cuesta mucho.
P. La m¨²sica, ?c¨®mo ayuda a esa energ¨ªa que tienes? Gracias a tu energ¨ªa sigues en la m¨²sica, pero a la m¨²sica a su vez te alimenta.
R. S¨ª, desde peque?ita. Hab¨ªa un piano viejito en casa y todos cant¨¢bamos. Fuimos una familia musical, un hermano tocaba la guitarra, no muy bien, pero la tocaba.
P. Te enfadas con tus hermanos porque se fueron.
R. S¨ª. Me digo: ?C¨®mo me hab¨¦is hecho esto? Qu¨¦ faena.
P. ?C¨®mo se recupera uno de esas ausencias?
R. Tengo que agradecerle mucho a Rosa Le¨®n, que siempre se preocupa especialmente de m¨ª. Conoci¨® a mis hermanos, sobre todo a mi hermano Gregorio, un t¨ªo divertid¨ªsimo, con el que tuvo una amistad extra?amente amorosa. Siempre que nos vemos hablamos de mi hermano porque era un tipo fant¨¢stico. Cre¨ª que no se morir¨ªa nunca. Cultivo a mis amigos, llamo por tel¨¦fono, oigo a alguien que no me ha olvidado y me voy recuperando.
P. La voz de otros te reconforta ?no? Te da energ¨ªa para seguir.
R. Claro.
P. Hay un poeta canario, Jos¨¦ Luis Pernas, que tiene un verso que dice: ¡°Comprend¨ª entonces que hay que buscarse una esperanza para seguir viviendo¡±. Es que si no...
R. Claro, imag¨ªnate.
P. ?Y la m¨²sica es la esperanza?
R. La m¨²sica es algo so?ador. No podr¨ªa vivir sin m¨²sica. La m¨²sica en el ser humano es muy necesaria para vivir, sean profesionales o no.
P. ?C¨®mo naci¨® esa vocaci¨®n?
R. Desde peque?ita.
P. Hab¨ªa un piano en casa.
R. Hab¨ªa un piano y yo hac¨ªa imitaciones de gente que escuchaba en la radio. Ten¨ªa una voz un poco grave para una ni?a tan chica, siempre fui muy menudita y ya se ve¨ªa que iba a tener una voz amable. Otra temporada fui actriz y me llen¨® mucho la vida, tuve la suerte de hacer un teatro estupendo, no por m¨ª, sino por los autores, por la gente que me dirigi¨® y los compa?eros actores. Trabaj¨¦ con todos los grandes, Rodero, Lemos, B¨®dalo¡.
P. Con Fernando Fern¨¢n G¨®mez.
R. Con Fernando muy poco, no tuve esa suerte, ya est¨¢bamos distanciados. ?l no era partidario de trabajar con la familia. Siempre dec¨ªa: ¡°La familia, en Nicaragua¡±.
P. ?l era muy genial.
R. S¨ª, por eso debo tener esta afici¨®n¡
P. ?El distanciamiento dur¨® siempre?
R. S¨ª, dur¨® siempre.
P. ?Te produce melancol¨ªa?
R. No. ?ramos muy aut¨¦nticos los dos, nos casamos muy j¨®venes y quiz¨¢ nos precipitamos al distanciarnos. Siempre pens¨¦ que envejecer¨ªamos juntos, pero no fue as¨ª.
P. ?Qu¨¦ es envejecer para ti?
R. No arreglarse.
P. No tener curiosidad.
R. No tener curiosidad, no interesarte por las cosas. A m¨ª me interesa todo.
P. ?Qu¨¦ te interesa?
R. Me interesa la gente, lo que ocurre, lo que pasa en nuestro pa¨ªs y en los dem¨¢s.
P. Envejecer debe ser dejar de discutir.
R. La indiferencia. Y que la fatalidad te enferme, que la vejez traiga la enfermedad, van de la mano, desgraciadamente.
P. ?Cu¨¢ntos nietos tienes?
R. Dos, enormes, grand¨ªsimos. Tengo una nieta que es profesora de espa?ol en la Universidad de Filadelfia, en el sitio m¨¢s exquisito.
P. ?Te acuerdas de la pel¨ªcula Historias de Filadelfia?
R. En una de esas universidades de Filadelfia est¨¢ mi nieta. Va a cumplir 26 a?os, es fil¨®loga y profesora de espa?ol. Bell¨ªsima y estupenda. Mi nieto es una especie de decorador de cine¡ De bebitos si los he disfrutado y los he saboreado mucho, me he aprovechado de ellos. Les he apapachao.
P. ?A tu hijo si le ves mucho?
R. A Fernando s¨ª, adem¨¢s ahora vivimos muy cerca. Ellos viv¨ªan fuera de Madrid y ahora viven en el piso que hered¨® de su padre, lo ha dejado muy especial. Para m¨ª un poco minimalista pero ya habr¨¢s visto que soy, ?c¨®mo te he dicho?
P. Almonedista.
R. Almonedista.
P. ?Vas a comprar cosas por ah¨ª?
R. No, todo estaba ya, no quiero tirar nada. Las cosas abrigan y acompa?an.
P. Los objetos a lo mejor tambi¨¦n trasmiten energ¨ªa ?no?
R. Puede ser, por lo menos la reciben y seguramente luego la recuperas.
P. Este reportaje lo voy a titular ¡°La energ¨ªa de los veteranos¡±.
R. ?Qu¨¦ bonito!
P. La primera persona en la que pens¨¦ para hacer el reportaje fuiste t¨².
R. ?Y con Jos¨¦ Luis Sampedro?
P. Con ¨¦l tambi¨¦n.
R. Porque es maravilloso¡ Tengo presente el recuerdo de mi padre, Juan Antonio, al que todo el mundo le llamaba Juan y los muy cercanos, Juanito. ?A ti te han llamado Juanito?
P. Llena de energ¨ªa y dispuesta, ?nunca has pensado en decir: Ya no voy a actuar? ?Nunca has suspendido por cansancio?
R. No, nunca. He estado un poquito enferma y tuve que suspender. Pero es que no tengo enfermedades, me doy golpetazos, me caigo.
P. ?Como ahora?
R. S¨ª, y tengo que suspender, no puedes salir con unas muletas.
P. ?Te da mucha rabia? Porque adem¨¢s tienes mucha autoestima.
R. S¨ª, me curo enseguida, me esfuerzo. He salido a cantar con un dolor de pierna tremendo y al cuarto de hora ya no me dol¨ªa. Algunas personas que lo sab¨ªan me dec¨ªa: ¡°Es que es psicol¨®gico¡±. ?Con un bulto terrible en el pie!
P. Como cuando me dicen que el asma es psicol¨®gica. Yo la tengo y no es psicol¨®gica.
R. S¨ª, claro.
P. ?Eres una persona feliz?
R. Dentro de lo que cabe, s¨ª.
P. ?Qu¨¦ hace falta para ser feliz?
R. Voy a ser redundante: ser feliz.
P. ?Impon¨¦rselo?
R. S¨ª, propon¨¦rselo. Si no feliz, estar a gusto por lo menos. Encontrar cosas, amigos que son de verdad. Mis amigos son de verdad porque si no f¨ªjate, qu¨¦ hacen ellos con una se?ora de ochenta y tantos a?os -aunque no lo parezca-.
P. En la amistad no hay que perder el tiempo.
R. No, no.
P. No se pueden tener falsas amistades. Las falsas amistades son amistades peligrosas. Sobre todo si no tienen alegr¨ªa.
R. Los amigos te suelen dar alegr¨ªa.
P. Hay un verso de Victoriano Cremer, el poeta leon¨¦s que muri¨® hace poco con m¨¢s de cien a?os, que dec¨ªa: ¡°?Dios qu¨¦ vida, da rabia beber sin alegr¨ªa!¡±.
R. S¨ª, es verdad. A m¨ª me gusta tomar una copita de vino tinto, pero con un amigo, con alguien. Yo sola, imposible.
P. ?Te gusta salir?
R. Salgo poco, pero he salido bastante. Todav¨ªa salgo de vez en cuando a cenar con amigos.
P. ?Por aqu¨ª cerca?
R. Por aqu¨ª cerquita, s¨ª.
P. ?Tienes alg¨²n sitio para recomendarme?
R. No s¨¦, no est¨¢n mal, son sitios sencillos, pero te puedo recomendar La huerta de Madrid. El nombre ya tiene mucha gracia, se come muy bien. Tienen una especialidad, la degustaci¨®n de bacalao con diferentes guisos. Si te gusta el bacalao.
P. S¨ª, mucho. Comes de todo, no haces ning¨²n r¨¦gimen.
R. No, nada. No soy muy comilona.
P. ?No eres de m¨¦dicos tampoco?
R. No.
P. O sea, que la energ¨ªa la tienes como¡
R. Pero tengo que estar muy agradecida a mis m¨¦dicos. He tenido temporada de m¨¦dicos, aunque siempre me hago la loca para no ir, pero tengo dos excelentes, sobre todo uno, Enrique Galindo, es un traumat¨®logo fabuloso. Yo misma me digo: este hombre creo que me pega los huesos con, c¨®mo se llama eso ?glub?
P. Super glue.
R. Y marcho otra temporada.
P. Otra temporada entrenada para la vida.
R. Fabuloso s¨ª.
P. Naciste con¡
R. Con mucha energ¨ªa.
P. Y gui?ando un ojo ?no?
R. Con un ojo gui?ado. Creo que el m¨¦dico dijo: ¡°Esta ni?a va a ser titiritera¡±.
P. No le falt¨® raz¨®n.
Babelia
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