Carta de amor a Francisco Ayala con forma de ensayo
Carolyn Richmond, viuda del escritor granadino, presenta un libro que desmenuza ¡®El jard¨ªn de las delicias¡¯, obra clave del autor
Carolyn Richmond avisa: "Este es un libro sui g¨¦neris". La escritora y cr¨ªtica literaria se refiere al ensayo por el que ha obtenido el Premio Manuel Alvar de Estudios Human¨ªsticos 2018, titulado D¨ªas felices. Aproximaciones a 'El jard¨ªn de las delicias'. En la presentaci¨®n del libro, el pasado jueves, 24 de mayo, en Madrid, Richmond alert¨® a la prensa que para entender bien su texto es necesario haber le¨ªdo antes la obra a la que se ha aproximado y que su marido, Francisco Ayala (Granada, 1906-Madrid, 2009), public¨® en 1971, aunque la hab¨ªa comenzado 30 a?os antes, ya en el exilio tras la Guerra Civil. El jard¨ªn de las delicias es un collage de fragmentos biogr¨¢ficos, recortes de noticias de peri¨®dico inventadas y evocaciones culturales, acompa?ados de fotograf¨ªas y reproducciones de obras de arte que su viuda, catedr¨¢tica em¨¦rita de Literatura Espa?ola de la City University de Nueva York, ha desmenuzado.
Richmond (1938) explic¨® que Aproximaciones iba a ser, en principio, una edici¨®n cr¨ªtica a El jard¨ªn de las delicias, y que Ayala quer¨ªa que lo terminase antes de que ¨¦l no estuviera. "Se sentaba a mi lado y miraba lo que yo escrib¨ªa", record¨® Richmond, "y yo le dec¨ªa, ¡®no s¨¦ ad¨®nde voy". Sin embargo, la autora vir¨® su trabaj¨® hasta transformarlo en un ensayo, reconocido con el galard¨®n que otorgaron la Fundaci¨®n Cajasol y la Fundaci¨®n Jos¨¦ Manuel Lara el pasado marzo. Un ensayo que, como escribi¨® entonces el poeta Luis Garc¨ªa Montero, es tambi¨¦n "una carta de amor", asinti¨® Richmond. Esta record¨® las cosas que le dec¨ªa Ayala: "Cuando yo me muera, t¨² ser¨¢s libre", una libertad no solo vital, sino intelectual. Sin embargo, cuando Ayala falleci¨®, Richmond interrumpi¨® su tarea. "No pod¨ªa seguir¡", hasta que, pasado el duelo, pudo retomarla. Han sido 15 a?os "encerrada" hasta poner el punto final tras 272 p¨¢ginas, siendo consciente, adem¨¢s, de que "la cr¨ªtica literaria no es un g¨¦nero muy popular entre los lectores".
En esta exhaustiva ex¨¦gesis sobre el proceso creativo de Ayala, en la que dialoga con este sobre literatura, arte, el tiempo,? amor o la crueldad, Richmond ha seguido varias l¨ªneas maestras que Ayala le ense?¨®: b¨²squeda, di¨¢logo y divagaci¨®n. Tambi¨¦n ha habido muchas emociones: "Es un libro que me ha costado risas y l¨¢grimas". Ella reconoce que una lectura de El jard¨ªn de las delicias a primera vista puede hacer que uno se pregunte "?y qu¨¦?". No es un texto sencillo, son los "trozos de un espejo roto", como lo describi¨® su creador.
De recordar el pasado con Ayala, su viuda pas¨® a pensar en el futuro pr¨®ximo, porque en 2019 se conmemorar¨¢ el d¨¦cimo aniversario del fallecimiento de un autor que gan¨® el Premio Cervantes en 1991 y el Pr¨ªncipe de Asturias en 1998. "Cuando celebr¨® su centenario, en 2009, viv¨ªa con iron¨ªa la fama porque no le le¨ªan. Pero es que Ayala no est¨¢ bien entendido, y en las universidades es pat¨¦tico porque no interesa nada", critic¨®. En aquel 2009 "se celebr¨® m¨¢s al hombre, porque hab¨ªa llegado a los 100 a?os l¨²cido, como se dec¨ªa", lament¨® Richmond. "Por eso, en 2019 quiero que se recuerde m¨¢s al escritor, con una relectura de su obra¡±.
En la extensa obra de Ayala destac¨® tambi¨¦n sus art¨ªculos en la prensa, por ejemplo en EL PA?S, que echa de menos por sus an¨¢lisis de la actualidad. ?Qu¨¦ pensar¨ªa de los Estados Unidos de Trump, pa¨ªs en el que fue profesor? ?Qu¨¦ pensar¨ªa de la clase pol¨ªtica espa?ola? ¡°Estar¨ªa espantado, ?d¨®nde est¨¢n ahora las buenas cabezas y la gente tan preparada que hab¨ªa en la Transici¨®n? Me alegro de que no vea lo que est¨¢ pasando¡±, a?adi¨®. Por continuar con comparaciones, la presidenta de honor de la Fundaci¨®n Francisco Ayala, con sede en Granada, record¨® que durante la Guerra Civil el autor de Muertes de perro "se pod¨ªa haber quedado en Argentina, donde estaba dando unas conferencias, pero regres¨® a Espa?a para ponerse al servicio de la Rep¨²blica". Ni tampoco "llorique¨®, pese a que en el oto?o del 36 los sublevados encarcelaron y mataron a su padre y a un hermano", dijo quien no deja dudas de que ha dedicado su vida y buena parte de su obra a Francisco Ayala.
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