Derivas de la no ficci¨®n
Los cat¨¢logos editoriales reflejan un creciente inter¨¦s por libros de g¨¦nero h¨ªbrido que usan t¨¦cnicas narrativas sin recurrir a la invenci¨®n
Definir qu¨¦ es un ornitorrinco es complicado: ?es una combinaci¨®n entre mam¨ªfero, reptil y ave, o es un h¨ªbrido entre castor y pato? A la no ficci¨®n narrativa le ocurre algo similar: se ve en dificultades para ser clasificada, pues comparte rasgos con g¨¦neros como la cr¨®nica, las memorias, el reportaje y tambi¨¦n con un tipo de ensayo mutante que se aleja de lo academicista. Para algunos, su presencia cada vez m¨¢s frecuente en librer¨ªas es la expresi¨®n de la confusa realidad de nuestro tiempo y anuncia la crisis de la ficci¨®n, pero en cualquier caso, esta literatura-ornitorrinco cada vez interesa m¨¢s a los lectores, a juzgar por sus ¨ªndices de ventas.
Empecemos con un ensayo hist¨®rico singular: 1947: el a?o en que todo empez¨®, de Elisabeth ?sbrink (Turner). Quiz¨¢ parezca m¨¢s acertado dedicar un libro a los sucesos de a?os particularmente c¨¦lebres desde el punto de vista hist¨®rico, como 1968 o 1914, pero en su libro, ?sbrink nos convence de que 1947 es un a?o esencial para el mundo, y lo hace siguiendo el cl¨¢sico concepto de la f¨ªsica sobre los estragos que puede provocar en un extremo del mundo el batir de alas de una mariposa en las ant¨ªpodas: hilando historias que se basan tanto en microefem¨¦rides ocurridas a lo largo de ese a?o en diversas partes del planeta como en asuntos que hoy siguen generando titulares de prensa. As¨ª, aprendemos que en enero de 1947 comienzan a despedir de sus puestos de trabajo en los transportes londinenses a todas las mujeres: los hombres han vuelto de la guerra y ya no hay sitio para ellas como empleadas. Por una mirilla vemos tambi¨¦n a George Orwell fumando tabaco negro y escribiendo bajo la luz de un quinqu¨¦ en su casa de campo de la isla de Jura, en Escocia, y viajamos a Delhi, donde se est¨¢ fraguando la independencia de India. Mientras tanto, en Ginebra, asistimos a la comisi¨®n de la ONU en su intento de resolver la cuesti¨®n palestina tras la retirada de Reino Unido de la zona.
Este libro bebe de la tradici¨®n de la microhistoria practicada por Carlo Ginzburg y Peter Burke, pues con su mirada acerca el objetivo a casos particulares, alej¨¢ndolo en ocasiones para obtener una perspectiva m¨¢s general de la historia de la ¨¦poca. El texto de ?sbrink se puede situar dentro de la categor¨ªa de la divulgaci¨®n hist¨®rica, que, como en este caso, genera en los lectores el deseo de conocer m¨¢s sobre los hechos que esboza.
En el a?o 1947 tambi¨¦n se lanz¨® en Espa?a la canci¨®n Angelitos negros, de Antonio Mach¨ªn, pero esto ¨²ltimo no nos lo cuenta ?sbrink sino Fidel Moreno en?Qu¨¦ me est¨¢s cantando?: memoria de un siglo de canciones (Debate, 2018). En esta exhaustiva enciclopedia de la canci¨®n de m¨¢s de 700 p¨¢ginas, Moreno se pasea por el cancionero espa?ol del siglo XX y se detiene justo en los inicios de la democracia, donde lo popular perdi¨® dos s¨ªlabas para convertirse en pop. De nuevo estamos ante un h¨ªbrido entre cr¨®nica personal e historia cultural de la canci¨®n en Espa?a. Tanto es as¨ª que el cap¨ªtulo dedicado al Cara al sol no comienza entre falangistas de camisa azul y boina roja, sino con el romance entre el autor y Susana, una ni?a que acud¨ªa en verano a la urbanizaci¨®n donde ¨¦l viv¨ªa todo el a?o. Fue Susana y no alguien apellidado Primo de Rivera quien poliniz¨® esas mentes infantiles de principios de los ochenta en Sevilla con esa nueva canci¨®n ¡°que hablaba de una camisa nueva y de ponerse al sol, cara al son concretamente¡±, seg¨²n recuerda Moreno. Este ejercicio de autoetnograf¨ªa desemboca en un libro altamente paladeable, adem¨¢s de bien documentado.
Si bien el ¨¢mbito angl¨®fono estaba hasta hace poco m¨¢s abierto a la no ficci¨®n que el mercado literario en espa?ol, el narrador madrile?o Antonio Orejudo acaba de publicar Grandes ¨¦xitos, un texto anfibio en el que realiza un experimento exitoso: bucear ¡ªo escalar, seg¨²n se mire¡ª por la genealog¨ªa de sus propios escritos, incluyendo tambi¨¦n una antolog¨ªa de estos. Gracias a esa especie de pacto que se establece entre lectores de autobiograf¨ªas y sus autores, escuchamos como verdades todo lo que nos narra sobre su trayectoria vital, si bien ¨¦l mismo nos advierte en su texto de que ¡°la autenticidad, la sinceridad y la verdad son efectos ¨®pticos que dependen de c¨®mo coloque las luces verbales el prestidigitador que arma el artefacto¡±. Lo que obtenemos principalmente al leer Grandes ¨¦xitos es la sensaci¨®n de estar ante un ensayo muy personal e inteligente sobre las relaciones escabrosas entre ficci¨®n y realidad.
Para algunos, su presencia cada vez m¨¢s frecuente en librer¨ªas es la expresi¨®n de la confusa realidad de nuestro tiempo y anuncia la crisis de la ficci¨®n
Otras derivas de la no ficci¨®n m¨¢s vinculadas con el ensayo hist¨®rico tradicional consisten en tomar como hilo conductor un personaje mitol¨®gico o literario y acompa?arlo a lo largo de la historia. Esto ha hecho Stephen Greenblatt, profesor de la Universidad de Harvard, con la pareja m¨¢s vetusta de todos los tiempos: Ad¨¢n y Eva. En Ascenso y ca¨ªda de Ad¨¢n y Eva, el autor recorre este relato b¨ªblico que comparten las religiones monote¨ªstas y que, en sus palabras, ¡°ha configurado de manera decisiva durante siglos las concepciones de los or¨ªgenes y del destino del hombre¡±. Esta f¨¢bula tan fantasiosa, donde aparece ¡°una serpiente que habla; un ¨¢rbol que da el conocimiento del bien y del mal; otro ¨¢rbol que da la vida eterna¡¡±, ha atravesado la historia del arte, de la antropolog¨ªa y de la literatura universales. Durero, Milton y Darwin, entre otros muchos, desfilan por las p¨¢ginas de este libro, cuyo tono pretende ser ¡ªcon ¨¦xito¡ª ameno y accesible, si bien para ganarse a un tipo de lector menos acostumbrado al ensayo hist¨®rico Greenblatt fantasee con ciertos detalles de las vidas de algunos de los personajes que recrea.
Por ¨²ltimo, y en una l¨ªnea similar al anterior, la editorial Acantilado acaba de publicar Las especias. Historia de una tentaci¨®n, un viaje por estos condimentos que en su d¨ªa ten¨ªan m¨¢s valor que hoy el petr¨®leo. Su autor es el historiador australiano Jack Turner. Singladuras, conflictos diplom¨¢ticos y violencia est¨¢n estrechamente vinculados con la b¨²squeda de las preciadas sustancias, a trav¨¦s de las cuales se puede trazar una historia del comercio entre Occidente y Oriente. A lo largo de su ensayo, Turner persigue los apetitos que impulsaron la b¨²squeda de estas sustancias para averiguar por qu¨¦ existi¨® su comercio. En la primera secci¨®n, el autor se centra en la ¡°carrera por las especias¡± ¡ªque coincidi¨® cronol¨®gicamente con la llegada de Col¨®n a Am¨¦rica¡ª para retroceder despu¨¦s hasta la antigua Roma y desde ah¨ª proseguir su recorrido por la historia del deseo hacia el jengibre, la pimienta, la canela y otros aderezos, hasta terminar con una reflexi¨®n sobre la decadencia actual de esta atracci¨®n que impuls¨® tantos viajes y aventuras.
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