Bj?rk despliega su fascinante mundo en el Primavera Sound
La cantante ofrece un espect¨¢culo sutil en el festival barcelon¨¦s
Sali¨® a escena ante la multitud, y el tiempo pareci¨® detenerse ayer, quedando suspendido de las nubes, all¨¢ arriba, apenas visibles ya en la noche. El p¨²blico aplaudi¨®, pero, m¨¢s que otra cosa, quer¨ªa ver. No era f¨¢cil. En la enormidad de uno de los escenarios cicl¨®peos del Primavera Sound una persona menuda como Bj?rk no se deja ver con facilidad. Y hab¨ªa plantas, como si aquello fuese la floresta, muy en la l¨ªnea del set vegetal que dispens¨® en el S¨®nar el a?o pasado. En las pantallas comenzaron a abrirse unas flores, estallando en colores y formas delicadas y fr¨¢giles.
Y su apertura era puntualizada por el ritmo tenue de Arisen my Senses, primera canci¨®n de la noche. La melod¨ªa se desplegaba lenta y los ojos no sab¨ªan d¨®nde mirar. Apareci¨® al fin, con un vestido que se abr¨ªa en unas mangas japonesas, ella tocada con una m¨¢scara que pod¨ªa recordar a una flor. O cualquier otra cosa. En definitiva, Bj?rk inventa sus propias formas, aplica su sorprendente est¨¦tica a cualquier detalle y se muestra, se mostr¨® ya de inicio en el Primavera, como una artista que juega en otra liga. La suya.
Utop¨ªa fue el disco que soport¨® la mayor parte del repertorio de la noche, en un despliegue est¨¦tico y musical fascinante. Precisamente en la canci¨®n que da t¨ªtulo al disco parec¨ªa transportar a los m¨²sicos a una escena de Bollywood en un estallido de colores intensos reforzados por los juegos de luces. Tras los ejecutantes, el bosque giraba en lo que complementaba el canto a la naturaleza que el espect¨¢culo propon¨ªa a la multitud, a¨²n casi callada, prendida en el anzuelo que Bj?rk lanzaba desde el escenario apoyada por la producci¨®n de Arca, otro artista que juega en su propia liga.
Todo era delicado, todo era tenue, todo era hermoso, fruto de una imaginaci¨®n que no funciona por acumulaci¨®n de efectos, sino por la adecuada gradaci¨®n de los mismos, siempre buscando sugerir m¨¢s que aturdir. Son¨® Blissing Me y lleg¨® Isobel, primera canci¨®n ajena al disco que presentaba. Sonido sin m¨¢cula, arreglos que funcionaban como el perfume, superponi¨¦ndose en vaharadas, siempre sutil pese al poder de los sonidos graves que como en una procesi¨®n de Semana Santa venusiana extra?a pautan la canci¨®n. El p¨²blico apenas hablaba; solo aplaud¨ªa tras cada canci¨®n, quiz¨¢s incr¨¦dulo y at¨®nito ante lo que ve¨ªa. Su asombro dur¨® la hora y cuarto del concierto.
El empaque de Sparks
Y precisamente Bj?rk, como Morrissey, es una gran fan de Sparks, otra de las propuestas que dieron empaque a la primera parte de la jornada inaugural del festival. El grupo de los hermanos Mael es directamente inclasificable por la variedad de registros que domina, que van del pop, a la new wave, pasando por el cabaret y las derivaciones oper¨ªsticas. Y todo ello con un regusto de fina iron¨ªa, inteligente iron¨ªa, que les distingue de quienes usan brochazos.
Ron, hier¨¢tico tras su bigotillo, serio tras su teclado como un notario de la muerte, es el contrapunto de Rusell, chaquetilla rosa, movimientos de cantante pop atolondrado, que enton¨® feliz temas como Missionary Position, la bailable When Do I Get To Sing My Way o su c¨¦lebre This Town Ain¡¯t Big Enough For Both of Us, un ejemplo de lo imaginativas que son las composiciones y el mensaje de este grupo norteamericano con d¨¦cadas de carrera y a¨²n ajeno al ¨®xido.
Amaia, un triunfo cat¨®dico
Es simp¨¢tica, franca y con una timidez que rinde. ¡°Es mi primer concierto as¨ª; no s¨¦ qu¨¦ hacer¡±, dijo anoche al terminar su segundo tema. Era Amaia jugando en territorio te¨®ricamente hostil, en un festival que presume de gusto y de huir de los lugares comunes. Quiz¨¢s por ello, reconoci¨®: ¡°Es muy importante para m¨ª empezar precisamente en un festival como este¡±. Sinceridad que desarmaba. Adem¨¢s tiene buena voz y un esp¨ªritu ecl¨¦ctico al escoger sus versiones, que abarcan a Mercedes Sosa, letras de Lorca, viejos blues y pop con pedigr¨ª (Arcade Fire, Neutral Milk Hotel). Su escenario no se llen¨®. No importaba; su papel en el festival ¡ªlos titulares¡ª estaba hecho, y el p¨²blico disfrut¨® con una artista a¨²n por hacer. Lo dicho: tiene voz, gusto, simpat¨ªa y la televisi¨®n detr¨¢s promocion¨¢ndola como fen¨®meno hasta en los telediarios. Por eso estaba all¨ª. La productora Gest Music tuvo su lugar en el Primavera Sound.
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