El hombre que invent¨® la Tierra Media
Oxford celebra con una ambiciosa exposici¨®n a J. R. R. Tolkien, acad¨¦mico y creador de mundos m¨ªticos cuya influencia no deja de crecer en la narrativa fant¨¢stica actual

El estudiante cruza la calle empedrada. Lleva una pipa en el bolsillo de su chaqueta y un pu?ado de tabaco en una caja de lat¨®n en la que hay inscrito el siguiente lema ¡ªPlayer¡¯s Good Leaf Navy Cut¡ª, en su peque?o malet¨ªn, un desastrado malet¨ªn de cuero marr¨®n, trotan sus cuadernos, viejos cuadernos de instituto que empez¨® a rellenar en la trinchera, y a los que ha llamado Lost Tales A y Lost Tales B ¡ª¡°Historias perdidas¡± A y B ¡ª, y un ¨¢lbum de gran formato, en el que pinta acuarelas, fascinantemente abstractas, al que ha llamado The Book of Ishness. Lo m¨¢s probable es que lleve chaleco bajo la americana, y que su corbata est¨¦ ligeramente desanudada. El lugar en el que cruza es la esquina de Turl Street, en Oxford. Quiz¨¢ llegue tarde a alguna clase, porque a¨²n no es el estudiante modelo que se convertir¨¢ alg¨²n d¨ªa en profesor modelo, y sabio con doble vida ¡ªla del escritor fant¨¢stico, la del prestigioso acad¨¦mico¡ª, a¨²n est¨¢ cortejando a la que ser¨¢ su mujer, la huidiza Edith, quien, sin saberlo ¨¦l, se ha prometido con otro tipo, porque hace tanto que no se ven que cree que todas esas cartas que le escribe ¡ªpor esa ¨¦poca no hace otra cosa que escribirlas, usa el papel de los ex¨¢menes que no entrega para escribirlas¡ª no van en serio.
Poco pod¨ªa imaginar entonces John, John Ronald Reuel Tolkien, a sus 21 a?os, es decir, en 1913, que 105 a?os m¨¢s tarde, el par de cuadernos que trotaban en su malet¨ªn, el propio malet¨ªn, su caja de tabaco, sus cinco pipas, su ¨¢lbum de acuarelas, y hasta el diminuto escritorio sobre el que cada noche se acodar¨ªa y escribir¨ªa y reescribir¨ªa su obra magna ¡ª?El Se?or de los Anillos¡ª compartir¨ªan una misma habitaci¨®n lejos de casa, aunque no demasiado lejos, porque la primera parada de la ambiciosa exposici¨®n, Tolkien: Creador de la Tierra Media (inaugurada ayer, abierta hasta el 28 de octubre), es Oxford. En concreto, la principal biblioteca de investigaci¨®n de la Universidad de Oxford y una de las m¨¢s antiguas de Europa: la Bodleian Library.

Como en una sala de disecci¨®n, a la que se llega atravesando un pasillo en el que el visitante puede poner un pie en la mism¨ªsima Tierra Media, pues sobre el suelo se proyectan, alternativamente, tres de los mapas que el escritor dibuj¨®, en la peque?a estancia en la que se re¨²ne el material, se destruye y reconstruye la figura del autor de El Hobbit, se la muestra, en realidad, a partir de objetos que le pertenecieron, de fotograf¨ªas, de bocetos, de acuarelas, de su propia obra en marcha. As¨ª, pueden contemplarse los originales de los mapas, pero tambi¨¦n los de las dos sobrecubiertas que Tolkien dibuj¨® para la primera edici¨®n de El Hobbit, un par de aut¨¦nticas obras de arte en acuarela, y los de las cartas que Pap¨¢ Noel ¡ªFather Christmas¡ª les escrib¨ªa a sus hijos: con trazo tembloroso ¡ª¡°disculpad, es el Polo Norte, hace demasiado fr¨ªo¡±, se justifica el presunto Pap¨¢ Noel¡ª, el escritor mantuvo, en la piel de Santa Claus, una divertid¨ªsima correspondencia con sus hijos durante a?os. Las cartas proven¨ªan de un lugar llamado simplemente Christmas House que estaba, claro, en el Polo Norte. En la primera de ellas, Santa escribe: ¡°Querido John: He o¨ªdo por ah¨ª que le has preguntado a tu padre c¨®mo soy y d¨®nde vivo. As¨ª que me he dibujado y te he dibujado mi casa para que lo veas. Cuida mucho de los dibujos. Salgo para Oxford en breve, con un mont¨®n de juguetes, y creo que hay alguno para ti. Espero llegar a tiempo¡±.
La muestra contiene cartas de admiradores como Iris Murdoch, Joni Mitchell o la hija del presidente Johnson
¡°Parec¨ªa tener tiempo para todo. Adoraba a sus cuatro hijos. Pasaba much¨ªsimo tiempo con ellos. Y estudiaba sin parar para ser el mejor en su campo. Y, por las noches, escrib¨ªa. Hasta las tantas. Le llev¨® 12 a?os completar El Se?or de los Anillos. Pero El Se?or de los Anillos es solo la punta del iceberg¡±. La que habla es Catherine McIlwaine, la comisaria de la exposici¨®n, que, despu¨¦s de Oxford, viajar¨¢ a Nueva York y a Par¨ªs. No le falta raz¨®n. Tolkien ten¨ªa incluso tiempo para contestar las cartas que recib¨ªa. De hecho, la muestra se abre con un pu?ado de ellas, entre las que destaca la que le envi¨® un tal Terence Pratchett ¡ªs¨ª, Terry Pratchett¡ª en 1967, cuando ten¨ªa 19 a?os, alabando El herrero de Wotton Major; y la que le envi¨® la hija del presidente Lyndon B. Johnson desde la Casa Blanca ¡ª¡°?Me ha encantado El Hobbit! ?Voy a recomend¨¢rselo a todo el mundo!¡±¡ª, Iris Murdoch ¡ª¡°ojal¨¢ pudiera escrib¨ªrtela en ¨¦lfico¡±¡ª, o la del marido de Joni Mitchell, Chuck, que consist¨ªa b¨¢sicamente en la letra de la canci¨®n que Joni acababa de escribir: ¡°I think I understand¡±, inspirada en El Hobbit.
Entre las cartas, fotograf¨ªas de finales de los sesenta, con pintadas contra la guerra de Vietnam en las que se le¨ªa Bilbo Baggins Lives, y chapas fluorescentes ¡ªSupport your local Hobbit, Gandalf for President¡ª, adem¨¢s de una misiva de un ni?o de 12 a?os llamado Sam que le preguntaba por qu¨¦ hab¨ªa llamado a uno de sus personajes como ¨¦l: s¨ª, exactamente como ¨¦l (nombre y apellido).

Pero todo eso no tiene nada que ver con el personaje. Con el ni?o Tolkien, que perdi¨® a su padre a los cuatro a?os. Que pas¨® un verano en Sud¨¢frica ¡ªel verano en el que casi lo mata una tar¨¢ntula: la ni?era consigui¨® succionar el veneno a tiempo¡ª, que lo primero que escribi¨® fue una carta chejoviana, una minicarta ¡ª¡°querido pap¨¢, te echo de menos, tengo ganas de verte¡ª que meti¨® en un minisobre en el que s¨®lo se lee Dear Daddy from Ronald ¡ªsu padre no hubiese llegado a recibirla de todas formas, ya estaba muerto cuando la escribi¨® pero nadie lo sab¨ªa a¨²n¡ª. Que pas¨® despu¨¦s cuatro a?os id¨ªlicos en la campi?a inglesa ¡ªdonde prob¨® a inventar su primera lengua¡ª y se traslad¨® finalmente a Birmingham, con su madre y su hermano. Que su madre lo fue todo para ¨¦l hasta los 12: ella les ense?¨® a leer y a escribir ¡ªla majestuosa letra de Tolkien es, como puede comprobarse, la letra de su madre: hay una carta de ella en la exposici¨®n que lo demuestra¡ª, y que a los 12, cuando muri¨®, y qued¨® hu¨¦rfano, la sustituy¨® por la Iglesia ¡ªella se asegur¨® de que amasen el catolicismo por encima de todo¡ª y por su amor adolescente, que acab¨® siendo su mujer y la madre de sus hijos: Edith Mary Bratt.
¡°Pasaba mucho tiempo con sus hijos, estudiaba sin parar y escrib¨ªa por las noches¡±, dice la comisaria
Junto a las fotograf¨ªas de universidad, en la que posa con cerca de una veintena de muertos ¡ªfueron muchos los amigos que perdieron la vida durante la Primera Guerra Mundial¡ª, hay una peque?a cartera que s¨®lo contiene dos im¨¢genes. Son dos fotograf¨ªas de Edith. La cartera est¨¢ ajada. ¡°Era lo ¨²nico que llevaba encima en la trinchera¡±, recuerda Catherine. ¡°A veces tengo la sensaci¨®n de que si hizo todo lo que hizo fue porque se sent¨ªa culpable por seguir vivo¡±, a?ade. Con todo eso se refiere a su doble vida, porque Tolkien nunca dej¨® de crear. Empez¨® a trabajar en la Tierra Media, y su famoso Silmarillion en el campamento militar. ¡°Se aburr¨ªa, y se puso a escribir¡±, dice.

Lo que sigue es la historia de un ¨¦xito inesperado, el de El Hobbit, del que se exponen p¨¢ginas originales, procedentes de los manuscritos que Tolkien vendi¨® a una universidad norteamericana, y la del intento de escribir una secuela ¡ªa Tolkien, conocido en su ¨¦poca universitaria como Tollers: as¨ª fue como le llam¨® siempre su querido C.?S. Lewis, a quien Tolkien llamaba Jack, ambos compart¨ªan una pasi¨®n desmedida por las sagas n¨®rdicas y cada uno a su manera intent¨® crear su propia saga n¨®rdica brit¨¢nica¡ª que se convirti¨® en algo m¨¢s que un supuesto libro infantil.
Tambi¨¦n hay originales de El Se?or de los Anillos, que Tolkien escribi¨® y reescribi¨® durante a?os ¡ªla termin¨® cinco a?os antes de que viera la luz en 1954¡ª, y que se nutr¨ªa de su obra en marcha desde la trinchera El Silmarillion. Hizo frente a la escasez de papel de dos guerras mundiales y, cuando descubri¨® los l¨¢pices de colores ¡ªque pueblan el peque?o y malogrado escritorio en el que trabajaba, centro de la muestra en la que se incluye un mapa en 3D obra de la madrile?a Factum Foundation¡ª, abandon¨® la acuarela. Eso s¨ª, la emprendi¨® con las p¨¢ginas de los peri¨®dicos. Le encantaba hacer crucigramas y deconstruirlos, convertirlos en tableros de ajedrez en dos dimensiones y cosas por el estilo. Los cinco o seis que decoran una de las paredes de la sala no est¨¢n all¨ª por casualidad. Son una pieza m¨¢s, tan importante como el resto, de ese misterio llamado Tolkien. El tipo que se mudaba, cada noche, a partir de las diez, cuando los ni?os se hab¨ªan acostado, a su propio mundo, a la Tierra Media.
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Editorial: Minotauro.
Formato: Tapa dura (2.294 p¨¢ginas).
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