Los secretos de las cajas 26 de Bioy Casares y Ocampo
Pruebas de galera de Borges, primeras ediciones corregidas y una carta de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez son algunas de las joyas donadas a la Biblioteca Nacional de Argentina
En 1999, la biblioteca de los escritores argentinos Adolfo Bioy Casares y Silvina Ocampo qued¨® hu¨¦rfana. Al morir Bioy Casares, cinco a?os despu¨¦s que su mujer, el librero Alberto Casares dividi¨® los 17.000 vol¨²menes en diez lotes. Uno por heredero. Incluy¨® 33 cajas en cada lote y las m¨¢s valiosas eran las n¨²mero 26, guardianas de las joyas de la colecci¨®n. Pero nunca llegaron a repartirse. En 2017, la biblioteca ¨ªntegra fue adquirida por patrocinadores por 400.000 d¨®lares y donada a la Biblioteca Nacional de Argentina. Despu¨¦s de meses de restauraci¨®n y estudio, los secretos de las diez cajas 26 fueron desvelados hoy: est¨¢ la prueba de galeras del cuento El jard¨ªn de senderos que se bifurcan, de Jorge Luis Borges; primeras ediciones corregidas a mano que dieron pie a nuevas reediciones, una carta de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez dirigida a Bioy Casares y una respuesta manuscrita de Silvina Ocampo a Alejandra Pizarnik, entre otras maravillas.
Amontonados en un dep¨®sito "con bichos de todo tipo"
Los libros pasaron 15 a?os amontonados en cajas en un dep¨®sito de la capital argentina. "Estaban en condiciones p¨¦simas, con bichos de todo tipo en un lugar malsano", dijo Manguel. Recuperarlos precisa de un gran trabajo de restauraci¨®n y su destino ser¨¢ la primera sede de la Biblioteca Nacional, hogar del Centro de estudios y documentaci¨®n Jorge Luis Borges.
Borges fue durante a?os el invitado m¨¢s asiduo a la vivienda del matrimonio. El genial lector y cuentista llevaba libros para comentar con su amigo Bioy Casares y los dejaba all¨ª, lo que explica todo el material borgeano presente en la colecci¨®n. "Los libros muestran los v¨ªnculos entre Bioy Casares y Borges y son un testimonio m¨¢s para conocer sus procesos de escritura", declar¨® el director de la sala del Tesoro, Juan Pablo Canala, en la presentaci¨®n. Entre los ejemplares seleccionados figuran dos ediciones, una en ingl¨¦s y otra en alem¨¢n, de Las mil y una noches, uno de los libros favoritos del autor de El Aleph. Borges ley¨® las dos versiones y las confront¨® -llen¨¢ndolas de notas con su min¨²scula caligraf¨ªa- para preparar el ensayo Los traductores de las mil y una noches.
Los investigadores Laura Rosato y Germ¨¢n ?lvarez rastrean desde hace a?os los v¨ªnculos literarios borgeanos para reconstruir su universo creativo y se nutrir¨¢n de los hallazgos localizados entre los 17.000 vol¨²menes. "Borges imagin¨® en el cuento de El Congreso un grupo de gente que hace una enciclopedia del universo. Fallan. Esta va a ser una enciclopedia de la obra de Borges y no va a fallar", dijo el director de la Biblioteca Nacional, Alberto Manguel, ante la tit¨¢nica tarea que tienen por delante.
Las cajas 26 muestran tambi¨¦n las amistades literarias que la pareja teji¨® a lo largo de sus vidas. En una carta fechada en M¨¦xico, en junio de 1991, el premio Nobel Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez se dirige a su "querido Adolfo". "Mi asombro por tu resistencia descomunal ante los embates de once discursos", comienza la misiva, en la que habla de una "cena inolvidable" junto a su mujer, Mercedes Barcha. "Mercedes -que amaneci¨® queri¨¦ndote m¨¢s que a m¨ª- no me perdona mi heterodoxia", le dice a Bioy Casares.
En un ejemplar dedicado de La soledad de Am¨¦rica Latina, el colombiano escribe: "Para Adolfo Bioy Casares, con el terror compartido por los discursos (dichos y o¨ªdos); y la admiraci¨®n y la amistad". El libro de Garc¨ªa M¨¢rquez es su escrito de aceptaci¨®n del Nobel de Literatura en 1982 y deb¨ªa conocer muy bien el rechazo del autor de La invenci¨®n de Morel a dar entrevistas y su temor a hablar en p¨²blico. "Cuando le concedieron el Cervantes, pas¨® meses preparando ese texto aterrado porque pensaba que todo eran lugares comunes", recuerda Manguel.
Correspondencia con Pizarnik
Es posible leer tambi¨¦n una carta de Silvina Ocampo a la poeta argentina Alejandra Pizarnik como respuesta al libro en franc¨¦s La mort, de George Bataille, que le hab¨ªa prestado. "Querida Alejandra: escatol¨®gica. Qu¨¦ horrible libro. Me da miedo tenerlo en mi cuarto porque nunca como dulce de leche", le dice la menor de las hermanas Ocampo a Pizarnik. Admite que "es bueno conocer cosas repugnantes" y le asegura que se dar¨¢ cuenta en un poema suyo "muy pr¨®ximo". "En los diarios de Pizarnik tambi¨¦n se aprecian estos intercambios, le gustaba provocar", cuenta Rosato.
De la biblioteca nacer¨¢n decenas de investigaciones que arrojar¨¢n luz sobre la biograf¨ªa de estos dos grandes escritores y de otros cercanos, asegura ?lvarez. Entre los libros infantiles que Ocampo conserv¨® estaba Gollywogg, de Florence Kate Upton, publicado en 1895 y considerado hoy un ejemplo de racismo. El t¨ªtulo, que da nombre tambi¨¦n al protagonista, se ha convertido en un insulto para referirse a personas de origen africano, pero los estudiosos creen que ayuda a entender la formaci¨®n literaria de esa generaci¨®n de las ¨¦lites porte?as.
Los investigadores se han asomado a las 345 cajas que quedan por abrir. En ellas hay, por ejemplo, las gu¨ªas Michel¨ªn que consultaban Bioy Casares y Ocampo en sus paseos por Europa y las revistas francesas que la poeta tra¨ªa de vuelta a casa, que servir¨¢n para reconstruir esos viajes. Tambi¨¦n una colecci¨®n completa de la revista Sur. ?lvarez est¨¢ convencido de que aguardan ocultas grandes sorpresas: "Hemos visto el 1%, el tesoro dentro del tesoro. Creemos que puede haber cartas, manuscritos, correcciones... Son 17.000 volumenes de expectativas".
Babelia
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