John Verdon: ¡°Ni Obama termin¨® con el racismo, ni Trump lo ha creado¡±
El escritor de novela negra vuelve con 'Arder¨¢s en la tormenta', un 'thriller' que recorre los bajos fondos del poder y la arraigada segregaci¨®n que se vive en Estados Unidos
Con un semblante serio, sereno, con una voz pausada y tan grave que recuerda al mism¨ªsimo Johnny Cash, el escritor John Verdon (Nueva York, 1942) se presenta con un estilo informal, alej¨¢ndose as¨ª de los 33 a?os en los que, ataviado en un traje de chaqueta, vivi¨® como publicista en la?vor¨¢gine de Manhattan. Ahora, en las monta?as de Catskill, el d¨ªa a d¨ªa de este bestseller es bien diferente. "Me levanto, saco a las gallinas del corral, corto el c¨¦sped y cuido de mi huerto", confiesa y aclara que no tiene muy presente si es o no popular. "Solo cuando me llega el cheque de mi editor", comenta entre risas. Verdon vuelve con Arder¨¢s en la tormenta (Roca Editorial), un thriller que recorre los bajos fondos del poder y el arraigado racismo que se vive en Estados Unidos.
Cuando el escritor abandon¨® su anterior ocupaci¨®n quiso dedicarse a construir muebles y, entretanto, se aficion¨® a la novela negra. Devoraba las p¨¢ginas de los libros de Raymond Chandler, Ross McDonald o Reginald Hill, sent¨ªa fascinaci¨®n por la estructura literaria, por el desarrollo trepidante de los hechos, porque la violencia se desarrollara fuera de la pantalla y porque el crimen se viera solo a trav¨¦s de los ojos del detective. Una noche, mientras cenaba con su esposa, se enfrasc¨® en una extensa explicaci¨®n sobre la estructura de este tipo de novelas hasta que ella le lanz¨® el reto: "?Y por qu¨¦ no escribes una si sabes tan bien c¨®mo funcionan?". Al d¨ªa siguiente se puso manos a la obra. Tard¨® dos a?os en crear al detective Dave Gurney, su personaje principal, y la trama de su primera novela, S¨¦ lo que est¨¢s pensando. Ahora, con una saga que ya suma seis t¨ªtulos, Verdon se posiciona como uno de los autores norteamericanos m¨¢s vendidos.
En su ¨²ltima novela, el autor se adentra en el racismo intr¨ªnseco en la sociedad estadounidense "desde hace m¨¢s de 300 a?os". Los hechos parten de unos disturbios en White River por el primer aniversario de la muerte de un motorista negro por el disparo de un polic¨ªa local. Se han pronunciado discursos incendiarios, han empezado manifestaciones airadas y ha habido casos aislados de incendios y saqueos. En medio de toda esta agitaci¨®n, un francotirador mata a un agente de polic¨ªa y la situaci¨®n se descontrola. Tanto es as¨ª, que el fiscal de distrito acude a Gurney para que lleve a cabo una investigaci¨®n paralela.
"El conflicto racial es un problema actual, pero no nuevo", apunta Verdon y a?ade que es posible que el ascenso de Donald Trump a la Casa Blanca haya hecho m¨¢s evidente esta problem¨¢tica. "Quiz¨¢s esto traiga algo bueno, porque ahora todo el mundo se dar¨¢ cuenta de que el racismo a¨²n no se ha superado. Tambi¨¦n hay una falsa creencia de que con Barack Obama se termin¨®. Ni ¨¦l acab¨® con el problema, ni Trump lo ha creado", sentencia. Y se?ala dos alicientes en este sentido: internet y los medios de comunicaci¨®n. El primero, porque esta plataforma pone en contacto a peque?os grupos que propagan ideas que solo ellos comparten y que no son la verdad. "Engordan sus creencias y fomentan el odio". Los medios, en cambio, lo que hacen es promover las fake news, seg¨²n se?ala el autor. "Saben que lo que vende es la violencia, el conflicto y eso es lo que ofrecen. La gente solo consume noticias que reafirman sus prejuicios y los medios se dejan llevar por esto".
Verdon dice sentirse bastante identificado con el personaje protagonista. "Pensamos de manera similar, vemos el mundo de la misma forma, somos m¨¢s pensadores que sentidores y, sobre todo, nos relacionamos con nuestras esposas de la misma manera", se?ala con pesar, ya que ambas les reclaman m¨¢s cercan¨ªa, m¨¢s empat¨ªa y m¨¢s sentimientos. Sin embargo, no comparten el mismo coraje porque, mientras Gurney es un polic¨ªa retirado que se enfrenta a los cr¨ªmenes sin titubear, Verdon se describe como una persona angustiada que siempre tiene presente el "y si..." y se imagina lo peor en cada situaci¨®n. "Al menos esto me sirve para crear las truculentas tramas", bromea.
El autor cuenta que tiene un hijo polic¨ªa, al que recurre para saber la terminolog¨ªa t¨¦cnica de oficio y al que dice admirar profundamente porque no se imagina trabajando en la calle ante los peligros a los que se enfrenta diariamente. Sobre todo porque Verdon tiene claro que "la maldad est¨¢ dentro de la condici¨®n humana", como asegura antes de a?adir que?"la sociedad puede magnificarlo, potenciarlo.. pero solo si est¨¢s predispuesto a ello".?
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