Regreso a tarantilandia
Juli¨¢n Herbert publica 'Tr¨¢iganme la cabeza de Quentin Tarantino', un libro de relatos en el que demuestra que tiene oficio, recursos y ritmo para que la lectura sea veloz y entretenida
Juli¨¢n Herbert (Acapulco, 1971) es uno de los autores mexicanos de mejor anclaje medi¨¢tico nacional e internacional. Poeta de mucho, much¨ªsimo talento, ha ganado premios en la modalidad de cuento, novela o poemario ¡ªPremio Ja¨¦n, Elena Poniatowska, Nacional de Literatura Gilberto Owen, entre otros¡ª, su literatura es tan divertida como ruidosa, tan popular como a la moda. Vocalista de la banda de rock Los Tigres de Borges, autodidacta, antrop¨®fago de cualquier cosa que se pueda leer, ver o escuchar en la tele, en la calle o en un bar, Herbert comunica bien y tiene la credibilidad de una infancia lo suficientemente dura como para no poner cara de falso dolor intenso como otros compa?eros de armas.
Tras la publicaci¨®n del volumen de relatos Coca¨ªna (Manual de usuario) en 2007 y de la novela Canci¨®n de tumba en 2011, su nombre son¨® con m¨¢s fuerza en nuestro pa¨ªs. Ahora publica otra nueva entrega: Tr¨¢iganme la cabeza de Quentin Tarantino. Se trata de una decena de relatos, siendo el que da t¨ªtulo al volumen el m¨¢s extenso de todos. No decepciona ni llama a enga?o el anzuelo Tarantino y su gesti¨®n art¨ªstica ¡ªm¨ªtica desde lo par¨®dico¡ª de la violencia, la distancia del humor con el que el narrador coloca al lector para que lea lo que lea y no le salpique una sangre que es k¨¦tchup. Todo aqu¨ª va de convenciones consentidas ¡ªentre autor, personajes, con t¨²neles, metarreferencias, puntos de vista y, por supuesto, lector¡ª, representaciones de la realidad que suplen cualquier atisbo de eso tan espantoso, aburrido y conocido que es el realismo y lo malo que es ser malo. El delirio coral y sangriento ¡ªcon aterrizajes en lo gore, lo surreal y fant¨¢stico en algunos de los cuentos¡ª conforma un pentagrama que funciona porque Herbert tiene oficio, recursos y el ritmo respiratorio en staccato necesario para que la lectura sea veloz, directa y entretenida. Matar y morir parece ser lo ¨²nico realmente excitante que les puede pasar a la mayor¨ªa de los personajes de los relatos, y como lectores estamos de acuerdo.
Aunque se trata de unos cuentos que, perfectamente, pod¨ªan haberse escrito, publicado y le¨ªdo con id¨¦ntico placer, frescura o indiferencia hace veinte a?os. Y uno no sabe si eso es bueno o malo, pero no siendo Herbert un veintea?ero en viaje a lo retro, me temo m¨¢s terreno archiconocido que arriesgado. El engranaje se arma de modo tan fluido que hasta parece que el autor ni se haya de esforzar ¡ªpone el play, luego el stop y lo de en medio, siempre es cuento¡ª. Eso da lugar, en ocasiones, a una cierta auto?complacencia de molde hecho. Aunque tambi¨¦n es cierto que parece que solo de ese modo la escritura de Herbert parece encontrar la armon¨ªa, el sentido de lo literario. Con todo no hay ning¨²n saldo en los relatos. El que da nombre al libro es un fest¨ªn de lugares comunes, h¨ªbrido de ensayo, cin¨¦fila y buen¨ªsimo manejo de di¨¢logos y escenas de acci¨®n, pero el final es noche de gatillazo. Con todo, la joya del lote es ¡®La boda romana¡¯, y es que solo por ¨¦l ya vale el precio del libro. Es el de lenguaje m¨¢s herm¨¦tico, lumpen y dialectal, pero conforma un microcosmos que, al lado de lo divertido, lo ¨¢gil y crujiente del resto de cuentos, encierra emoci¨®n, sentido de lo oculto y personajes bien vestidos para la ocasi¨®n, un funeral en este caso.
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Autor: Juli¨¢n Herbert
Editorial: Literatura Random House (2018)
Formato: versi¨®n Kindle y tapa blanda
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