Alejandro G¨¢ndara: ¡°No quise hacer carrera como escritor¡±
Apasionado por la ense?anza, el premiado narrador y fundador de la Escuela de Letras reaparece con 'La vida de H', una novela de hadas
D¨®nde demonios ha estado este hombre durante las dos ¨²ltimas d¨¦cadas? Estaba siendo padre, ense?ando humanidades, y finalmente reaparece con una novela que es un cuento de hadas, La vida de H (Salto de P¨¢gina).
Alejandro G¨¢ndara es escritor y ha ense?ado a escribir. Naci¨® en 1957. Con La media distancia (Alfaguara, 1984) se convirti¨® en uno de los novelistas m¨¢s promisorios de su generaci¨®n. Gan¨® los premios Nadal 1992 (por Ciegas esperanzas), Herralde 2001 (?ltimas noticias de nuestro mundo), el Anagrama de Ensayo 1988 (Las primeras palabras de la creaci¨®n)¡ Adem¨¢s, fund¨® en 1989 la Escuela de Letras, con Constantino B¨¦rtolo, con Jos¨¦ Mar¨ªa Guelbenzu, con Juan Jos¨¦ Mill¨¢s¡ La pasi¨®n por ense?ar (y por aprender) la extendi¨® al ejercicio del periodismo, en EL PA?S, en El Mundo, en Abc¡
En EL PA?S trabaj¨® en los suplementos literarios con dos leyendas, Rafael Conte y Vicente Verd¨², y dej¨® la huella de un hombre callado, cuyas sentencias le llevaban el tiempo que ahora sigue tom¨¢ndose al responder una pregunta simple: ?d¨®nde demonios ha estado en estos ¨²ltimos tiempos? ?l dir¨¢ que ha estado ense?ando en la Escuela Contempor¨¢nea de Humanidades, y dando cursos por el mundo, que en 2014 public¨® una novela nueva, Las puertas de la noche (Alfaguara)¡ Fue como si reapareciera de puntillas. Y entr¨® otra vez en el silencio. ?C¨®mo es que ahora reaparece escribiendo una novela que es un cuento de hadas, La vida de H, aquel G¨¢ndara que iba para continuador de Juan Benet, entre otros de sus mayores? ¡°He aprendido a disfrutar con la escritura: hab¨ªa en ella algo m¨¢s que destreza, ¨¦xito, reconocimiento. La escritura es una ventana para mirar el mundo de otra manera, para saber que la realidad es ambigua. Esa ambig¨¹edad es la riqueza de la vida, pero tambi¨¦n la riqueza de la literatura. De pronto, me sent¨ª a m¨ª mismo haci¨¦ndolo¡±.
¡°Arist¨®teles dec¨ªa¡±, cuenta G¨¢ndara, ¡°que hay que hacer aquellas cosas que satisfacen por s¨ª mismas. Yo lo que he descubierto es que la literatura me satisfac¨ªa por s¨ª misma y que pr¨¢cticamente no necesitaba nada m¨¢s¡±.
Esa autosatisfacci¨®n explica su viaje silencioso lejos del ruido de lo publicado. ¡°Me he ido saliendo de los circuitos del mundillo, no por nada, sino porque estaba haciendo otras cosas. Hay gente que quiere hacer carrera y yo no quise hacerla como escritor. Dentro de ese disfrute coincide que me he tenido que ocupar mucho de mis cuatros hijos. Pero mucho¡¡±.
¡ª?Qu¨¦ significa ¡°pero mucho¡±?
¡°Lo que he descubierto es que la literatura me satisfac¨ªa por s¨ª misma y que pr¨¢cticamente no necesitaba nada m¨¢s¡±
¡ªUn hijo es una ocupaci¨®n y una preocupaci¨®n. No es s¨®lo el tiempo que tienes que estar con ¨¦l, sino que fuera del ¨¢mbito de esa relaci¨®n un hijo sigue imponiendo su presencia y su omnipotencia. Con un hijo aprendemos que nuestra vida est¨¢ en segundo lugar. Ese aprendizaje se puede hacer de otras maneras, pero con un hijo es definitivo: eres algo prescindible, dado que su vida es m¨¢s importante que tu vida, que lo que le pase a ¨¦l puede acabar con la tuya. Una muerte de un hijo es tambi¨¦n tu muerte, una enfermedad es un destrozo, hay una ¨®smosis tan fuerte que pr¨¢cticamente el hijo y el padre son lo mismo. Y esto fue un descubrimiento.
Son dos hijos grandes y dos hijas peque?as. Fue padre joven, es padre longevo. Puede decirse que los cuatro lo cambiaron de escritor a padre. ¡°Recuerdo lo que dice Robert Du?vall en Primera plana: ¡®Yo quer¨ªa ser un hombre honrado, gran periodista y un buen padre de familia¡¯. Y, de pronto, descubre que cada una de esas cosas llevaba toda una vida. En parte descubr¨ª eso, que ten¨ªa que hacer cosas que llevaban toda una vida. La literatura puede explicar esa relaci¨®n con ellos. Explica, sobre todo, que dan amor y dolor¡±. Las fuentes del dolor ya se conocen: cuando se separan de ti, cuando contraen enfermedades, ¡°por la dificultad de encontrar deseos, por la imposibilidad de que sigan contigo en un terreno m¨¢s ¨ªntimo¡±.
La infancia es, tambi¨¦n para los padres, ¡°una edad de alto riesgo. Es un t¨®pico decir que el ni?o peque?o es la afectividad sin conflictos. Eso no existe. El ni?o peque?o empieza a luchar contigo todo el tiempo, a imponer sus deseos¡ El mundo del ni?o es el mundo del alma, no es un mundo ben¨¦fico ni bondadoso, ni tiene que ver con la factor¨ªa Walt Disney. Es un mundo vivo, real y muy ambiguo¡±.
La vida de H explica la historia de la relaci¨®n de un hada con sus padres, c¨®mo ella los conduce. Es, ahora, la manera de G¨¢ndara de volver a la vida literaria habiendo escapado de ella. ¡°Fue la decepci¨®n m¨¢s importante que tuve. Me vi esperando demasiado de los otros, necesitando el reconocimiento. Creo que es imposible decepcionarse del mundo de los dem¨¢s si no se parte de una decepci¨®n propia de cierta envergadura. De pronto me descubr¨ª que no era yo, no disfrutaba con ello, solamente recib¨ªa las satisfacciones propias del reconocimiento ajeno¡±.
¡ªEl libro parte de la infancia para preguntarse por la vida adulta. La peque?a hada se convierte en la gu¨ªa de sus padres. El mundo al rev¨¦s.
¡ªEsa ni?a ayuda a que los padres reconozcan d¨®nde est¨¢n. El padre es un hipocondriaco grave. La madre, una ejecutiva que piensa que se ha acomodado al mundo al descubrir todo lo que no es tangible.
¡ª?La de H es una vida inventada?
¡ªNos hemos inventado a nosotros mismos, nos estamos inventando todo el rato. Una vida ser¨ªa lo que uno piensa de su vida m¨¢s lo que todos los que lo rodean piensan de su vida. El personaje real que surge tiene que ser un compuesto de esas miradas.
¡ªDice el padre de H: ¡°Durante un tiempo, t¨², peque?a, ser¨¢s el resto de mi vida¡±. Eso debe venir de su propia realidad, G¨¢ndara.
¡ªQu¨¦ quieres que te diga. En el amor no hay espacio ni tiempo. La ni?a ha pasado a no ser ni espacio ni tiempo. Es un hada, y para el padre es el resto de su vida, la eternidad. Iba a ser un ensayo sobre la muerte. Y fue un libro muy dif¨ªcil de enfocar, muy dif¨ªcil de contar. Era todo muy raro en ¨¦l. No pod¨ªa contarlo como una experiencia porque entonces el mundo del ni?o no aparecer¨ªa por ning¨²n lado. Es un cuento de hadas para adultos. Igual que a un ni?o el cuento de hadas le escenifica los conflictos, ser¨ªa deseable que este libro escenificara los conflictos del adulto en tanto que ni?o.
G¨¢ndara se va con su maleta de dar clase. Es escritor en fuga. Fue atleta. As¨ª que se va volando.
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Autor:?Alejandro G¨¢ndara.
Editorial: Salto de p¨¢gina (2018).
Formato: tapa blanda (176 p¨¢ginas).
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