La ducha de modernidad de ¡®Psicosis¡¯
Un documental analiza la secuencia clave de 'Psicosis', de Alfred Hitchcock, tres minutos rodados durante una semana que su director calific¨® de "cine puro"
"El argumento me importaba poco", le cont¨® Alfred Hitchcock a Fran?ois Truffaut. "Lo que me importaba es que la uni¨®n de los trozos de la pel¨ªcula, la fotograf¨ªa, la banda sonora y todo lo que es puramente t¨¦cnico pod¨ªan hacer gritar a los espectadores. Lo que ha emocionado al p¨²blico es cine puro". Entre noviembre de 1959 y febrero de 1960, Hitchcock dirigi¨® Psicosis. Ven¨ªa de filmar V¨¦rtigo y Con la muerte en los talones, palabras mayores, pel¨ªculas con tecnicolor y estrellas. Y de repente se embarc¨® en Psicosis, un largometraje en blanco y negro, en que la estrella de m¨¢s renombre del reparto -Janet Leigh- era asesinada en el minuto 40, para desconcierto de la audiencia, y un trabajo que su mismo creador confiesa dirigi¨® "como un telefilme". Entonces, ?por qu¨¦ Alfred Hitchcock, en su mejor momento profesional, se lanz¨® a Psicosis? Por la secuencia de la ducha, por ese "cine puro".
El documental 78/52. La escena que cambi¨® el cine, de Alexandre O. Philippe, ahonda en esas 78 tomas de c¨¢mara y 52 fragmentos de celuloide que apenas sobrepasan los tres minutos de duraci¨®n, pero que efectivamente cambiaron el s¨¦ptimo arte y lo impulsaron a la modernidad. Durante una semana, Hitchcock film¨® esa secuencia siguiendo el story board dibujado por el genio de los t¨ªtulos de cr¨¦dito Saul Bass. "Pero no lo hizo exactamente como estaba previsto, lo que confirma que Hitchcock es el padre de la secuencia", cuenta Philippe, que present¨® el documental en el festival de Sitges, y que se ha rodado en blanco y negro como la original (Hitchcock lo hizo as¨ª para que no fuera muy sanguinolenta). El documentalista, experto en filmes sobre cine, revela multitud de secretos al p¨²blico de esa semana de rodaje: el laborioso trabajo de los t¨¦cnicos de sonido, que encontraron la mejor reproducci¨®n del estallido seco de las cuchilladas clavando las armas blancas... en melones ("Es mi descubrimiento favorito", confiesa el documentalista); la gran cantidad de planos filmados al rev¨¦s que componen la secuencia (como el cuchillo entrando en el est¨®mago de la protagonista); que otros muchos momentos se registraron a c¨¢mara lenta para que no se rodara m¨¢s cuerpo del estrictamente aprobado por la censura (lo curioso es que en la copia final no se modific¨® esa velocidad); la chapuza con la que se resolvi¨® los ¨²ltimos segundo, el uso de sirope de chocolate para sustituir a la sangre... "Me encantan los detalles y deconstruir el objeto de estudio, y obviamente la secuencia de la ducha encaja perfectamente en mi deseo", cuenta Philippe. "Est¨¢ llena de detalles que la convierten en una especie de mu?eca rusa, con detalles que esconden otros detalles. He estado tres a?os con este documental, y creo que har¨¦ una segunda parte".
Philippe tambi¨¦n posee una pizca de suerte. La que puso en su camino a una exconejita Playboy, Marli Renfro, la doble de cuerpo de Leigh, y que a¨²n vive en el desierto de Mojave. "En 2010 se public¨® un libro sobre su historia, la de una chica que fue portada del Playboy de septiembre de 1960 y que nunca hab¨ªa confesado su trabajo en Psicosis. Yo no estaba seguro de si segu¨ªa viva y si quer¨ªa colaborar. Sin embargo, fue encantadora y nos dio un mont¨®n de informaci¨®n". Como que durante siete d¨ªas solo llev¨® una pegatina que le tapaba el pubis y que sol¨ªa caerse para verg¨¹enza de Hitchcock.?
Otros de los que aparecen ante la pantalla son la actriz Jamie Lee Curtis y Oz Perkins, hijos respectivamente de Janet Leigh y Anthony Perkins, los protagonistas de Psicosis; el genial montador Walter Murch; cineastas como Guillermo del Toro, Eli Roth o Karyn Kusama; escritores como Bret Easton Ellis... La huella de Psicosis es profunda en el cine posterior: Scorsese mont¨® la pelea de Toro salvaje con la misma cadencia que la secuencia de la ducha, Coppola puso al personaje de Gene Hackman en La conversaci¨®n en el mismo ba?o en el que mor¨ªa el personaje de Leigh. "Por desgracia, algunos no han querido colaborar. Me hubiera gustado charlar con David Lynch o que Gus van Sant explicara su versi¨®n de Psicosis", confiesa Philippe. En cambio, un sobrecogido Peter Bogdanovich recuerda la ma?ana de septiembre de 1960 en que vio Psicosis en el cine: "A la salida, ten¨ªa la sensaci¨®n de que me hab¨ªan violado".
Parte de la astucia art¨ªstica de Hitchcock estuvo en que siempre se rode¨® de un gran equipo a su alrededor. "Por mucho que Cahiers de Cin¨¦ma defendiera a Hitchcock como auteur, ¨¦l entend¨ªa que sus pel¨ªculas eran colectivas. La secuencia de la ducha lo confirma: el director no quer¨ªa que tuviera banda sonora, hasta que apareci¨® Bernard Herrmann con su partitura". Otro grande que dej¨® su huella en Psicosis fue el montador George Tomasini. "Tomasini muri¨® a los 55 a?os, y su talento se nota en todas las pel¨ªculas de Hitchcock en las que trabaj¨®. Era un editor muy meticuloso, que contaba y cortaba los fotogramas a mano, para encontrar el tempo exacto. Probablemente fuera suya la idea del inicio de la secuencia, cuando los planos duran hasta 4,5 segundos y todo se acelera con planos de menos de un segundo".
En los ¨²ltimos a?os V¨¦rtigo encabeza las listas de los cr¨ªticos de las mejores pel¨ªculas de la Historia. Philippe quiere aportar un peque?o matiz: "Es cierto, en conjunto V¨¦rtigo es un monumento, una obra maestra del arte, un ejemplo extraordinario de lo que es capaz de hacer la humanidad. Pero la secuencia de la ducha de Psicosis cambi¨® el cine y la forma de hacerlo. El cl¨ªmax del filme estaba al final del primer acto. Incre¨ªble. De repente, abri¨® el camino a otras estructuras f¨ªlmicas y a modernas formas de narrar, y profetiz¨® el final de la inocencia del sue?o americano".
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