Hacia un cine imperfecto: Ariel Rotter
?Es el cine un arte o una industria? ?Es una orden de rodaje un cors¨¦ para un cineasta? Esas fueron algunas de las cuestiones que respondi¨® el cineasta argentino en b¨²squeda de un cine vivo
?¡°En general se piensa que un director es una persona que tiene muy claro qu¨¦ pel¨ªcula quiere hacer. Personalmente, siento lo contrario. Creo que para que el material est¨¦ vivo, el relato debe ser imperfecto. A m¨ª me interesa una pel¨ªcula incompleta que requiera de un espectador ¨¢vido y activo, dispuesto a complementar los faltantes y darle sentido al conjunto¡±, afirmo el director, guionista y productor argentino Ariel Rotter, el pasado lunes. Lo hac¨ªa dentro del ciclo Construcci¨®n-de-Construcci¨®n, organizado por Casa de Am¨¦rica en Madrid.
Para el cineasta, el director, al menos ¨¦l, est¨¢ muy lejos de saberlo todo. Su trabajo ha de ser intuitivo, alejado de las certezas y guiado siempre por la pregunta que da origen al proyecto. ¡°Necesito no saber qu¨¦ va a pasar en la pel¨ªcula¡±, coment¨® al tiempo que recordaba la dicotom¨ªa ante la que siempre se encuentra un realizador sobre lo que es el cine: un arte o una industria. Porque cuando solo es lo segundo, resulta costoso, forzosamente planificado (para ser capaz de responder a un presupuesto) y sin espacio para la experimentaci¨®n ¡°porque el tax¨ªmetro est¨¢ en marcha¡±, se?al¨®.
Rotter, que con su primer largo, S¨®lo por hoy, lleg¨® al Festival de Berl¨ªn y obtuvo 15 premios internacionales, coment¨® no hacer castings tradicionales. Su m¨¦todo pasa por dejarse encontrar por las historias. Por ello, sus castings no son tradicionales, son charlas con actores en los que pretende saber c¨®mo respiran. Y a veces, cuentan historias tan dispares a la original que la mejoran. En esos casos, el cineasta ha llegado a romper el gui¨®n y reescribirlo por completo. Fue el caso de La luz incidente, que se estrena estos d¨ªas en Madrid.
En ese anhelo de encontrar, el realizador ¨Cpor azar, por estar atento- da con localizaciones ajenas al plan de rodaje, que actuar¨ªa, seg¨²n ¨¦l, como un cors¨¦ para el arte. Para ¨¦l, ese no-m¨¦todo es parte de la esencia de su cine, ese espacio imperfecto lleno de conjeturas, las que debe resolver el espectador mientras ve la cinta.
Y cuando esa imprecisi¨®n ocurre dentro del rodaje, tras haber trabajado un gui¨®n durante cinco a?os, el realizador dice tener la frase m¨¢gica: ¡°No s¨¦. D¨¦jame ver¡ Dame 15 minutos¡±. Y s¨ª, en ese lapso de tiempo cuenta que pide silencio, apagar los m¨®viles y quedarse a solas con los actores para ahondar tres y cuatro veces en el tiempo interno y resolver c¨®mo se mueven, por d¨®nde va la historia y el ¨²nico tema: qu¨¦ pasa en el coraz¨®n del protagonista.
Resuelve el conflicto quitando cosas. ¡°El cine puede ser aditivo, es decir, de ir poniendo cosas: m¨¢s efectos, m¨¢s c¨¢maras, m¨¢s equipos¡ Yo intento que la puesta en escena la puesta en c¨¢mara sean austeras y quito vestuario, c¨¢maras... Para que se d¨¦ la conexi¨®n entre el espectador y mis protagonistas intento desactivar todos esos extras. Trato de no distraer su atenci¨®n con elementos superficiales¡±, afirm¨®.
Pero ese viaje y flexibilidad no est¨¢n solo en el gui¨®n y el rodaje. Hay duelos hasta el final de la pel¨ªcula. Porque para Rotter, el montaje es otro proceso de escritura: ¡°Hay cosas que se hacen carne y otras que no¡±, se?al¨® el director que con su antim¨¦todo ¡°el tesoro del director que lo tenga¡± y su segunda pel¨ªcula, El otro, gan¨® dos Osos del Festival de Berl¨ªn y m¨¢s de 21 reconocimientos internacionales.
Casa Am¨¦rica Madrid est¨¢ proyectando en exclusiva su tercer largo, La luz incidente. La cinta se podr¨¢ ver el 29 y 30 de junio y los d¨ªas 5, 6, 7, 12, 13 y 14 de julio. FIN
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