Almagro como centro mundial del teatro barroco
Carlos Hip¨®lito recibe el premio Corral de Comedias y el ministro Guirao apoya el festival con su presencia
Almagro y su festival siempre tuvieron fama de generar noticias que no ten¨ªan porque estar adscritas a lo acontecido en los escenarios. La inauguraci¨®n de la 41 edici¨®n de esta muestra, celebrada ayer, volvi¨® una vez m¨¢s a cumplir las expectativas. Por un lado era la puesta de largo del ministro de Cultura, Jos¨¦ Guirao, ante las gentes de la far¨¢ndula y la prensa especializada en artes esc¨¦nicas. A unos y a otros aliment¨® la curiosidad de conocerle y tratarle, en la medida de lo posible, y adem¨¢s confirm¨® el rumor surgido ya en el breve plazo de tiempo que M¨¢xim Huerta, su predecesor en el cargo, ejerci¨® de ministro, en el sentido de que Amaya de Miguel iba a ser desde hoy la nueva directora del Instituto Nacional de las Artes Esc¨¦nicas y de la M¨²sica. Hay que recordar la cercan¨ªa de Pedro S¨¢nchez a Carlos Westerdorp, uno de sus mentores y esposo de De Miguel, sin olvidar que el padre de S¨¢nchez trabaj¨® a?os en el Inaem y conoci¨® a De Miguel, una mujer cuyos inicios profesionales, junto a Tato Cabal y Ariel Goldenberg, se remontan a principios de los a?os ochenta en el Festival Internacional de Madrid, organizado por Caballo de Bastos.
Por otro lado, la inauguraci¨®n del Festival Internacional de Teatro Cl¨¢sico en sentido estricto fue la entrega del 18? Premio Corral de Comedias al actor Carlos Hip¨®lito tambi¨¦n confirm¨® en un acto entretenido y l¨²dico como pocas veces, algo de sobra conocido en el mundo teatral. Que Hip¨®lito es uno de los profesionales m¨¢s completos y queridos del panorama esc¨¦nico espa?ol. Sus compa?eros de oficio Carmen Conesa y Arturo Querejeta contaron an¨¦cdotas del galardonado y el periodista y cr¨ªtico Julio Bravo fue el encargado de realzar su figura en una laudatio en la que puso de manifiesto la impecable trayectoria de este actor que ha transitado por Shakespeare, Lorca. Valle Incl¨¢n, Tolstoi y tantos otros y, como es l¨®gico, por cl¨¢sicos y un teatro barroco espa?ol por el que no transita desde hace 14 a?os. A pesar de ello se le concedi¨® este premio para aquellos que han llevado los textos de los siglos XVI y XVII a lo m¨¢s alto y que le fue entregado por Ignacio Garc¨ªa, quien tambi¨¦n se estrenaba como director del festival.
Hip¨®lito no entend¨ªa que le eligieran a ¨¦l despu¨¦s de a?os de ausencia en este tipo de teatro, pero le dejaron claro que ¡°dej¨® huella y un buen recuerdo¡±. ?l tampoco olvid¨® a los tres directores que le llevaron a la cima del barroco, al ¨¦xito incontestable y a ellos les dedic¨® el premio con un nudo en la garganta, ya que lleva muy mal que los tres hayan desaparecido: Pilar Mir¨®, Adolfo Marsillach y Miguel Narros, primeros espadas de la direcci¨®n esc¨¦nica y habituales de Almagro durante muchos a?os.
En el mismo acto intervino Guirao para destacar que Almagro era el mayor centro mundial del teatro de los siglos XVI y XVII y que la cultura era un cuerpo vivo que como tal hab¨ªa que tratar. Tras ese pistoletazo de salida del festival almagre?o ya se pudo ver la primera de las cuatro exposiciones con que cuenta la muestra: El arte de crear ilusiones: sonido, luz e ingenier¨ªa en el teatro barroco. Tambi¨¦n se represent¨® el primero de los cinco espect¨¢culos que este a?o trae la Compa?¨ªa Nacional de Teatro Cl¨¢sico: El burlador de Sevilla, el cl¨¢sico de Tirso de Molina en esta ocasi¨®n dirigido por Josep Maria Mestres. Abierto al p¨²blico y en la popular Plaza Mayor se represent¨® el espect¨¢culo de m¨²sica y danza So?emos alma, so?emos otra vez.
Babelia
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