¡°Habr¨¢ toros mientras la afici¨®n reivindique su libertad cultural¡±
Fran?ois Zumbiehl, intelectual y militante taurino, apuesta por la autenticidad de la fiesta
Fran?ois Zumbiehl (Par¨ªs, 1944), catedr¨¢tico de Lenguas Cl¨¢sicas, doctor en Antropolog¨ªa Cultural y militante taurino est¨¢ convencido de que la fiesta de los toros perdurar¨¢ ¡°mientras la comunidad de aficionados valore lo que tiene entre las manos, exprese sin miedo su voz y defienda el respeto a la diversidad cultural en el caso de que se convierta en una minor¨ªa; mientras haya una afici¨®n que reivindique su libertad, ¡ªinsiste¡ª, la fiesta seguir¨¢ viva¡±.
Zumbiehl es un reconocido intelectual franc¨¦s que ha dedicado su vida profesional a la diplomacia (ejerci¨® como consejero cultural de la embajada de Francia en Espa?a durante los a?os 1975-82, trabaj¨® en esa misma labor en las canciller¨ªas de Hungr¨ªa, Canad¨¢, Venezuela y Noruega, y fue director adjunto de la Casa Vel¨¢zquez, instituci¨®n cultural francesa dedicada al estudio del hispanismo), es aficionado a los toros desde peque?o, autor de varios libros taurinos ¡ªuno de ellos dedicado a la figura de Manolete¡ª, y una de las voces m¨¢s autorizadas en defensa de la tauromaquia como patrimonio cultural inmaterial.
De hecho, en 2011 coordin¨® en su pa¨ªs un comit¨¦ cient¨ªfico que elabor¨® un argumentario que sirvi¨® de base para que el Ministerio de Cultura de Francia aceptara incluir la fiesta de los toros en el inventario nacional del patrimonio cultural inmaterial de ese pa¨ªs.
¡°Ese fue el resultado de un serio y documentado trabajo que provoc¨® tal revuelo entre los antitaurinos que el Ministerio decidi¨® no publicar la ficha en la web del departamento¡±, explica Zumbiehl, ¡°lo que no significa que los toros hayan sido despose¨ªdos del merecido reconocimiento¡±.
¡°Los toros pueden desaparecer si se convierten en un espect¨¢culo previsible¡±
Hijo de madre venezolana y padre franc¨¦s, Fran?ois Zumbiehl conoci¨® muy pronto la fiesta por casuales razones familiares, y recuerda que la primera corrida que presenci¨® fue en 1956 en Bayona, en la que Anto?ete, Julio Aparicio y Litri lidiaron reses de Urquijo.
¡°Fue un festejo tan emocionante ¡ªa?ora¡ª que se me clav¨® en el coraz¨®n¡±.
Ha visto muchas corridas desde entonces, ha le¨ªdo mucho, ha escrito sobre toros, y se le reconoce hoy como un respetado taurino, convencido de la esencia antropol¨®gica y cultural de la tauromaquia.
¡°La fiesta de los toros ¡ªafirma¡ª sigue ense?¨¢ndonos aspectos tan fundamentales de la existencia como la relaci¨®n entre la vida y la muerte o la aproximaci¨®n entre lo rural y lo urbano¡±.
¡°La sociedad actual ha perdido de vista la ruralidad¡±, prosigue, ¡°muchos creen que ahora existe una mejor relaci¨®n con los animales, y es falso. Lo que hemos hecho es convertir a nuestras mascotas en sustitutos de los humanos¡±.
¡°El mundo rural nos recuerda que esa aproximaci¨®n entre el hombre y el animal, entre la intuici¨®n y la inteligencia del torero y la irracionalidad del toro ind¨®mito es algo fundamental que debe mantenerse en el siglo XXI¡±, concluye.
¡°La esencia de la corrida es su imperfecci¨®n¡±
A su juicio, la fiesta de los toros forma parte del patrimonio cultural inmaterial porque cumple con los criterios exigidos por la UNESCO para tal calificaci¨®n; es un espect¨¢culo tradicional, contempor¨¢neo y viviente; es ritual, promueve el conocimiento de la naturaleza, es integrador¡
¡°Tradici¨®n significa transmitir a las nuevas generaciones una afici¨®n, una pasi¨®n, una identificaci¨®n, un patrimonio¡±, explica; ¡°no es algo anclado en el pasado, sino todo lo contrario, una proyecci¨®n hacia el futuro¡±.
¡ª Pero tambi¨¦n es un espect¨¢culo cruento¡
¡ª ¡°Es un sacrificio, es verdad, pero muy respetuoso con el animal, cuya carne va a ser consumida. El toro es criado en un ¨¢mbito de libertad y tiene la posibilidad de expresar su bravura. Para m¨ª, es impensable una tauromaquia incruenta porque ese ser¨ªa su final. El torero pone en juego su vida, algo que no sucede en ninguna otra actividad, y supone una reciprocidad ¨¦tica incuestionable¡±.
Fran?ois Zumbiehl se siente m¨¢s espa?ol que franc¨¦s; ha abandonado su casa parisina y se ha instalado en Madrid ¡°por razones taurinas, s¨ª, pero tambi¨¦n porque aqu¨ª siento que vibra la vida y es posible establecer una relaci¨®n con la gente que no existe en otra parte del mundo; estoy encantado de estar en Espa?a¡±.
Y desde un apartamento cercano a la plaza de Las Ventas analiza con cierta nostalgia la situaci¨®n actual de la fiesta.
¡°Se encuentra en una encrucijada: puede desaparecer si se convierte en un espect¨¢culo previsible. Se dice que ahora se torea mejor que nunca, y que el toro es seleccionado para ser el mejor colaborador del torero. Yo creo que eso es no es positivo. Lo bonito de la corrida es su imperfecci¨®n; si, por el contrario, tiende a ser un espect¨¢culo reglado, como lo es el circo, desaparecer¨¢¡±.
Y desde esa perspectiva hace un retrato de la afici¨®n francesa, ejemplar en algunos aspectos para la espa?ola.
¡°Todas las aficiones tienen virtudes y defectos, pero destacar¨ªa tres rasgos de la de mi pa¨ªs. Primero, manifiesta mucho respeto por el toro y exige los tres tercios de la lidia, especialmente la suerte de varas. Al aficionado franc¨¦s le interesa el espect¨¢culo completo y no solo la faena de muleta. Segundo, se cuenta, por lo general, con la opini¨®n de los aficionados a la hora de organizar las ferias; cada ciudad tiene su l¨ªnea editorial, su sensibilidad y su forma de interpretar el toreo, pero las pe?as pueden ofrecer su parecer sobre toros y toreros. Y tercero, el espectador franc¨¦s no cree que lo sabe todo, se documenta, lee y mantiene un af¨¢n permanente por aprender. Y un corolario final: cada seguidor franc¨¦s se ha dado cuenta de que debe ser un militante taurino, y creo que esa es la asignatura pendiente de los espa?oles¡±.
¡ª ?Se considera usted torista o torerista?
¡ª ¡°Un gran escritor dijo una vez que no era de derechas ni de izquierdas porque no quer¨ªa ser un hemipl¨¦jico intelectual. Por la misma raz¨®n no me considero ni torista ni torerista. La fiesta es la fusi¨®n de un toro que te emociona y un torero capaz de cincelar una obra de arte, ef¨ªmera, s¨ª, pero que nos permite llegar al para¨ªso de la emoci¨®n¡±.
Admira a Talavante, Roca Rey, El Juli, Jos¨¦ Tom¨¢s, Morante¡, ¡°y a cualquier torero que sea capaz de emocionarme, que consiga ese equilibrio entre el compromiso de poner en juego su vida y la creaci¨®n art¨ªstica¡±.
¡°D¨¦jeme una conclusi¨®n final: el riesgo de que la tauromaquia se desvirt¨²e y pierda su autenticidad es m¨¢s grave para el futuro que todos los ataques externos¡±.
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