La inquietante extra?eza
El complejo mundo de Carmen Calvo se instala en el Museo Cerralbo reformulando viejas fotos familiares
Hay algo absolutamente primario en recortar pedazos de papel para luego ensamblarlos, como si crey¨¦ramos tener un poder oculto con el que confeccionar algo distinto y sin nombre. Algo parecido a construir el origen de las cosas. Una construcci¨®n, eso s¨ª, destructiva: la ant¨ªtesis de lo conocido, la libertad combinatoria, la cultura del exceso. El mundo como remix. Es el poder que tiene el collage y el ejercicio de refotografiar: el humor aparece, los l¨ªmites se esfuman y poco importa la saturaci¨®n visual.
Por esa senda del sampling ha caminado siempre Carmen Calvo (1950), una de las artistas referentes en la conceptualizaci¨®n contempor¨¢nea del fragmento. Interesada por la arqueolog¨ªa, su obra tiene una esencia de hallazgo y de reminiscencia, especialmente la que presenta ahora en el Museo Cerralbo, de la mano de Oliva Mar¨ªa Rubio y al hilo de PHotoEspa?a. En el t¨ªtulo ya encontramos el primer fotomontaje, Quietud y v¨¦rtigo, dos t¨¦rminos que se apoyan el uno en el otro desde el antagonismo. La artista rescata antiguas fotograf¨ªas de ¨¢lbumes familiares encontradas en mercadillos, fundamentalmente de las d¨¦cadas de los cuarenta y de los cincuenta, para sacarlas de contexto y dotarlas de nuevos significados. Esa es la s¨ªntesis de todo su trabajo desde que empezara a exponer a los 18 en su Valencia natal, donde Equipo Cr¨®nica hab¨ªa dejado una considerable huella pop. El proyecto saca del olvido im¨¢genes a las que Carmen Calvo da una nueva vida y un nuevo sentido, como si trazara un di¨¢logo transgeneracional buscando la sombra que hay tras el ojo ajeno. A eso Freud lo llam¨® ¡°la inquietante extra?eza¡±. Tiene eso mucho que ver con su constante invocaci¨®n a lo ausente y con ese impulso primero, con el que arrancaba este texto, que tiene toda mirada salvadora. La suya lo es, y tambi¨¦n salvada. Se mueve siempre en el doble o nada, como buena artista atenta a la alta potencia y a la baja cultura. Mal de muchos: Kurt Schwitters, Richard Prince, Joan Rabascall, Joan Fontcuberta, Carol Bove¡
El recurso de lo objetual, la tendencia a la acumulaci¨®n y la repetici¨®n r¨ªtmica siguen marcando sus ¨²ltimas obras, aunque en sus collages indaga en un paisaje m¨¢s llano y desnudo. Los que colgaban en la caseta de la galer¨ªa Rafael Ortiz la pasada edici¨®n de Arco evocaban el poder femenino desde la belleza que desprend¨ªan las revistas antiguas. La l¨ªrica seducida por el assamblage. Un gran teatro de mezclas, como este, que celebramos una vez m¨¢s entre contradicciones y revelaciones, deshaciendo identidades y forjando otras nuevas.
Carmen Calvo. Quietud y v¨¦rtigo. Museo Cerralbo. Madrid. Hasta el 16 de septiembre.
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