Tenso di¨¢logo con el mundo
'Un recodo en el r¨ªo' es la novela de madurez de Naipaul, un periodo que dedic¨® a explorar las esperanzas y los desgarros de la descolonizaci¨®n
?Se puede contener un pa¨ªs en una novela? Un pa¨ªs... ?y un continente entero! Al menos se puede si eres V. S. Naipaul. La novela en cuesti¨®n es Un recodo en el r¨ªo y est¨¢ a medio camino entre sus tempranos tour de force con la novela picaresca (Una casa para el se?or Biswas) y las prodigiosas novelas con las que cerr¨® su carrera: El enigma de la llegada y la dupla: Media vida/Semillas m¨¢gicas. Es la novela de madurez de su periodo de madurez, el que dedic¨® a explorar las esperanzas y los desgarros del que probablemente sea el fen¨®meno m¨¢s caracter¨ªstico, decisivo y con mayor n¨²mero de personas implicadas del siglo pasado: la descolonizaci¨®n.
El lector no encontrar¨¢ aqu¨ª dificultades formales. A diferencia de tantos colegas convencidos de que todo est¨¢ ya escrito y que lo importante es la manera de decirlo, Naipaul tiene mucho que contar, y todo nuevo, al menos para el o¨ªdo occidental. Que nadie espere aqu¨ª saltos en el tiempo, densidades verbales o audacias tipogr¨¢ficas, Naipaul concentr¨® toda su originalidad en la mareante amplitud de su tema, en la manera c¨®mo abordaba la progresi¨®n del relato (distinta en cada novela) y en una ¨¦tica (?hay otra palabra?) de la precisi¨®n sem¨¢ntica.
El punto de partida narrativo es un tanto extravagante: un indio musulm¨¢n que se traslada a un pa¨ªs africano en plena agitaci¨®n pol¨ªtica, acompa?ado de un esclavo (orgulloso de serlo) que le pertenece seg¨²n una tradici¨®n milenaria, con el objeto de ampliar un negocio dudoso, colindante con el trapicheo. Updike (intuyo cierta prisa por entregar la rese?a) dijo que se trataba de una novela "tolstoiana" y, aunque Naipaul disfruta de un ojo prodigioso para la descripci¨®n del paisaje, el lector no encontrar¨¢ ninguna vehemencia ni un inter¨¦s especial en la ¡°profundidad humana¡±. Lo que Naipaul explora aqu¨ª, con la tensa serenidad de su estilo inquisitivo, es el complicado cruce donde las posibilidades de la libertad quedan abortadas por la herida que la dominaci¨®n ha dejado en la conciencia del colonizado: renuencia a beneficiarse de los logros de Occidente y apego a costumbres improductivas y esterilizantes. Todo envuelto en las ¨¢speras relaciones humanas y la descripci¨®n de proyectos pol¨ªticos risibles, sin cuyo est¨ªmulo la agresiva imaginaci¨®n de Naipaul parece incapaz de ponerse a en marcha.
Situado en este contexto quiz¨¢s se entiende mejor la peripecia. Naipaul elige un caso extremo de "identidad desdibujada" para narrar la complicaci¨®n diab¨®lica que supone intentar estabilizar una identidad, la propia, de la que diversas instancias (cultural, pol¨ªtica, religiosa, familiar, idiom¨¢tica) tiran en direcciones divergentes, y a menudo contrarias. "?C¨®mo vas a saber qu¨¦ hacer en el mundo si ni siquiera sabes qui¨¦n eres?¡±. Esta es la terrible pregunta que Naipaul arroja como algo viscoso contra Salim.
Era inevitable que apareciera la palabra "mundo", despu¨¦s de todo es el aut¨¦ntico protagonista del libro, por encima del pa¨ªs en el recodo del r¨ªo, ?frica y el pobre Salim. La novela empieza con unas palabras de crueldad magn¨¦tica: "El mundo es lo que es: los hombres que no son nada, los que se dejan llevar a s¨ª mismos a no ser nada, carecen de lugar en el mundo", pero la relaci¨®n que establecemos con el "mundo" (que a diferencia de la estable orograf¨ªa del territorio constituye una suerte de compuesto el¨¢stico entre lo que esperamos del mundo y lo que el mundo nos permite) se prolonga durante toda la novela, y admite pasajes donde Naipaul condensa su c¨¦lebre mirada melanc¨®lica por todo lo que se pierde: "Sent¨ª nostalgia por mi casa; pero mi casa no era un lugar al que pod¨ªa volver. Mi casa era algo que solo estaba en mi cabeza. Algo que ya se hab¨ªa perdido". Compete al lector extraer las conclusiones de este debate, de cuya decisiva importancia no podr¨¢ negar que ha sido advertido: "Eran personas que no hab¨ªan entendido qu¨¦ era el mundo y qu¨¦ pod¨ªan esperar de ¨¦l, por consiguiente, no se movieron y no consiguieron nada".
Babelia
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