El ingl¨¦s de sir Vidia
La trayectoria de V. S. Naipaul gira en torno a la p¨¦rdida de la lengua originaria y su sustituci¨®n por una impuesta
Sir Vidiadhar Surajprasad Naipaul ha fallecido a los 85 a?os de edad. Hab¨ªa nacido en Trinidad y Tobago y este hecho ser¨ªa decisivo en su pensamiento y en su trayectoria literaria, porque toda ella gira en torno a la p¨¦rdida de la lengua originaria y su sustituci¨®n por una lengua impuesta, asunto que fue extendiendo tambi¨¦n al ¨¢mbito de la cultura y la religi¨®n. Naipaul, que acab¨® nacionaliz¨¢ndose ingl¨¦s, abandon¨® su isla natal a los 18 a?os para estudiar con una beca en Inglaterra, concretamente en Oxford, donde se licenci¨® en 1953. All¨ª fue donde conoci¨® a la que ser¨ªa su primera esposa, Patricia Hale, con la que convivi¨® durante cuarenta y un a?os, hasta que ella falleciera de c¨¢ncer. Al parecer fue un matrimonio infeliz, una parte importante de cuya infelicidad se la atribuy¨® el propio Naipaul debido a su car¨¢cter. M¨¢s tarde se cas¨® con Nadira, con quien convivi¨® hasta el fin de sus d¨ªas.
Naipaul alardeaba de poseer un ingl¨¦s insuperable. Un asunto central en su obra es el drama de la p¨¦rdida del idioma originario y su sustituci¨®n por un idioma impuesto: el del colonizador. En un principio, como colonizado, ¨¦l se sent¨ªa inseguro, lo que se acrecienta al llegar a Inglaterra; es significativo que durante el viaje a Oxford le dan el tratamiento de "se?or", lo que le entusiasma y le hace sentirse alguien. Esta suerte de complejo muestra, sin embargo, la ambici¨®n y fuerza de car¨¢cter del joven Naipaul, hasta llegar a afirmar, en una carta su padre: "Tengo que demostrar a esta gente que puedo superarlos en su propia lengua". Lo cierto es que su ingl¨¦s, el ingl¨¦s de sir Vidia, ha sido reconocido como el de un gran estilista.
Si al joven Naipaul lo acomplej¨® ser un antillano no es asunto decisivo. Lo decisivo es que fuera capaz de ver y de diagnosticar el tema del olvido de la lengua original del colonizado, tanto si consideramos colonizado al que lo es un su territorio por gente ajena como al que se ve obligado a abandonar su tierra para instalarse en otra bien distinta a la suya. Es evidente que el punto de soberbia y desd¨¦n con que Naipaul se dirige a los dem¨¢s procede de haberse sentido marcado por la diferencia, lo cual es bueno y malo a la vez; malo para el roce diario; bueno, muy bueno, para aspirar a lo m¨¢s alto, para cultivar la ambici¨®n. Ahora, a la vista de la obra formidable que cre¨®, hay que admitir que esta supera con creces la dificultades del trato personal. Naipaul no tuvo grandes amigos, amigos de confianza quiero decir, y uno de ellos, Paul Theroux, traicion¨® su confidencialidad y esto lo dej¨® marcado tambi¨¦n por la desconfianza.
Pero, volviendo, a su gran tema, al olvido y p¨¦rdida cultural y al resultado de alienaci¨®n en generaciones de colonizados, no solo sus grandes novelas, sino los libros de ensayo sobre este asunto, libros escritos in situ que no son "de viajes", denominaci¨®n que ¨¦l detestaba, el producto de una severa y exigente reflexi¨®n sobre las culturas y modos de vida de esos pa¨ªses; tampoco son consideraciones desde la antropolog¨ªa; son, en realidad "investigaciones narrativas", esa es su extraordinaria singularidad. La p¨¦rdida de El Dorado es la detallada, m¨¢gica y tr¨¢gica historia de su isla, Trinidad, a donde se traslada el padre de Naipaul desde la India, contratado como mano de obra pobre; El enigma de la llegada narra, literalmente, la llegada del joven hind¨² a la metr¨®poli, que va mirando y buscando todo lo que quiere encontrar (producto de sus deseos, del conocimiento de o¨ªdas) no lo que hay: solo cuando el aprendizaje act¨²a, todo lo deseado encuentra su sitio.
Por fin, las novelas. En un recodo del r¨ªo, donde la narrativa domina absolutamente, lo que significa abordar el asunto central de su obra desde la vivencia de los personajes creados; un cambio de mirada que nos introduce en su pensamiento de manera novelesca; en esta, como en Miguel Street o Una casa para el se?or Biswas es la fluencia narrativa y su empleo de la sugerencia en la representaci¨®n de una realidad (no otra cosa es una novela) la que muestra el rico mundo personal y universal de V. S. Naipaul.
De modo que hay una continuidad en toda la obra de Naipaul, la asignemos a un g¨¦nero o a otro. Lo suyo es la literatura en estado de gracia, y as¨ª fue como se le otorg¨® el Premio Nobel de literatura en 2001. Debo a?adir que la ¨²nica vez que tuve la suerte de conversar brevemente con el se?or Naipaul fue, contra su fama de hombre desde?oso, un sujeto encantador, cordial y sumamente educado y me parece de recibo comentarlo. Se ha ido un gran estilista de la lengua inglesa. Siempre admiraremos la ambici¨®n, coraje y extrema sensibilidad que dieron vida a lo que convirti¨® en su m¨¢xima ense?a: el ingl¨¦s de sir Vidia.
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