Luis de Lezama: ¡°Como no se coma bien en el cielo, nos van a cerrar¡±
El sacerdote y empresario del Caf¨¦ de Oriente habla sobre el boato de la Iglesia y sobre "el pa¨ªs de porteras" que es Espa?a
De negro. De frente. De un pueblo cerca de Vitoria. De donde era Cristo: Dios y hombre... alav¨¦s (perd¨®n por el chiste: hace 37 grados y las vacaciones se hacen esperar).
Soy un chico de Amurrio. Y del Athletic. ?Venga, arranca!
Si un d¨ªa se le mete Trump en su restaurante de Washington, ?le dar¨ªa de comer o le echar¨ªa de comer?
Yo a todo el mundo le doy de comer.
?Y qu¨¦ le dar¨ªa, qu¨¦ le podr¨ªa apetecer a este hombre?
Pues un estilo de comida que no s¨¦ tampoco si le gustar¨ªa. En la cocina de la Casa Blanca siempre ha habido sed de hamburguesa. Pero hay que dar de comer al hambriento, ?no?
Habr¨¢ que dar de comer al hambriento, pero en el Caf¨¦ de Oriente eso son 50 ¨® 60 euros¡
Bueno, bueno, el men¨² este de la cafeter¨ªa, menos. Y todo de calidad, ?eh?
Entre ¡°esto se hunde¡± y ¡°la vida es maravillosa¡±, ?d¨®nde se sit¨²a usted?
Esto no se hunde, lo que pasa es que no somos conscientes de que estamos cambiando de ¨¦poca. Y de que no acaba de morir la anterior pero la nueva a¨²n no ha llegado. Hay una brecha. Y hay que tender puentes, no romperlos.
?Ha sido usted un cura marginal, como los chicos a los que ha cuidado?
Soy un cura marginal dentro de la Iglesia y he notado esa marginaci¨®n. ?Esos obispos poni¨¦ndome etiquetas y pregunt¨¢ndose si dir¨ªa misa o no, esas tonter¨ªas! Hace poco ha pasado una cosa que nos deber¨ªa conmover en este pa¨ªs, en este vivir de rumores¡ Espa?a es un pa¨ªs de porteras.
?A qu¨¦ se refiere?
Me averg¨¹enza que la gente siga con lo del m¨¢ster p¡¯arriba y p¡¯abajo, y con la cuota feminista, ?a m¨ª qu¨¦ me importan las cuotas! Me importan las personas. Estamos haciendo perder mucho tiempo a la gente, no tiene por qu¨¦ aguantar m¨¢s nuestras estupideces de car¨¢cter sectario. El ¡°y t¨² m¨¢s¡± ya no puede funcionar en Espa?a. A Espa?a le sobra lastre.
?Esa forma de hablar sin filtro no le ha tra¨ªdo problemas en el voto de obediencia?
S¨ª. Cierto estilo de vida no comulga con algunos rubros de poder de la Iglesia espa?ola. Pero con el papa Francisco ha renacido una versi¨®n mucho m¨¢s evangelizadora que gestora.
?Qu¨¦ evoluci¨®n pendiente tiene la Iglesia por delante?
La transparencia. Si planteas subterfugios, si en tu vida de predicaci¨®n del Evangelio no se avienen las palabras con los hechos, si la Iglesia manipula con el Evangelio y con la catequesis con el fin de mantener un poder absurdo¡ la sociedad te rechaza. Est¨¢ pasando.
?Qu¨¦ cree que le est¨¢ pidiendo m¨¢s el cuerpo al creyente, apertura o esencia?
No es una cuesti¨®n de o esto o lo otro. Es un juego. T¨² no puedes jugar con las tradiciones y la fe heredada de la gente. Pero hay que estar hablando con la gente.
?Menos serm¨®n y m¨¢s calle?
S¨ª, pero algunos de mis superiores en el estamento eclesial no conectan con esto. Ya sabes, Rouco Varela y compa?¨ªa. Ya ves lo que ha sido. Una transici¨®n triste.
Un concepto empresarial clave es la renovaci¨®n de la clientela. Para un hostelero es una tarea complicada. ?Para un sacerdote es casi misi¨®n imposible?
Es cierto. Las iglesias del centro de Madrid te las encuentras vac¨ªas. Y los negocios cerrados no producen. Y las iglesias cerradas, tampoco. Muchas abren cinco minutos antes de misa y cierran cinco minutos despu¨¦s. La Iglesia tiene que abrirse m¨¢s a la gente, ?no puede ser que marques el tel¨¦fono de un p¨¢rroco y te salga el contestador y llame usted de seis a ocho y tal! La Iglesia es un servicio, y si no le das servicio a la clientela se te va a otras confesiones, como un cliente se te va a otro restaurante.
?Jesucristo tendr¨ªa celos de usted? Lo de la multiplicaci¨®n de los panes y los peces a usted se le ha quedado peque?o, con perd¨®n.
?No! Nos llevamos muy bien.
Re?ir¨¢n, como toda pareja.
Ya sabes, en las parejas uno se distancia del otro y tiene que buscar el reencuentro. Y entonces te tienes que retirar, pensar¡
Ah, ?sigue teniendo vigencia para usted la vida contemplativa?
S¨ª, pero mi contemplaci¨®n no lleva parafernalia. No la necesito, no necesito vestirme de h¨¢bito para tener la religi¨®n presente.
Desde luego, no parece que Jesucristo se pusiera grandes galas para ir a predicar por ah¨ª.
Pues no, y si el Papa diera un pasito m¨¢s y quitara todas esas galas, esos vestidos rojos y esos capisayos, nos har¨ªa un favor. A la Iglesia le sobra parafernalia.
?Se comer¨¢ mejor en el cielo o en el infierno, don Luis?
?Desde luego, como no se coma bien en el cielo, nos van a cerrar!
?Qu¨¦ es lo m¨¢s fuerte que le ha pasado con los chicos y chicas con los que trabaja en sus locales de cara a la reinserci¨®n?
Pues que se te mueren en los brazos, de droga, de sida. Y no sabes qu¨¦ hacer. Me acuerdo de El Fafa, al que recog¨ª en Entrev¨ªas con un balazo. Fafa se nos muri¨®. Y otros. Se nos fueron bastantes.
Sotanas, fogones, reinserciones
Luis de Lezama (Amurrio, 1936) es sacerdote, periodista, empresario y fundador del colegio Santa Mar¨ªa la Blanca (Madrid). Suyo es el reino, el poder y la gloria, y suyos son restaurantes (Madrid, Washington, Sevilla, M¨¢laga, Marbella, etc.) y escuelas de cocina donde emplea a j¨®venes en riesgo de exclusi¨®n social.
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