Ahora soy libre
En el Circuit veo abrazos largu¨ªsimos, sentidos, veo largos besos con ojos cerrados, un t¨ªo acorrala a otro contra una pared. Se tocan. El de delante gira la cabeza. Se besan
Pens¨¦ que a medida que me acercase al final de mi tour enloquecedor/sobredosis de festivales y festejos, mi capacidad de fascinaci¨®n se ir¨ªa mermando, pero, sorprendentemente, cuando llego a Barcelona estoy tan pasada de vueltas, tan absolutamente agotada (el Sonorama, la zarzuela, la lluvia de perseidas en Pinilla del Olmo, David Guetta, dos perros enormes de San Vicente do Mar y Antonia Dell'Atte desmayada bailan en mi cabeza, en una especie de delirium tremens), que hay una nitidez en la mirada que lo impregna todo. Si he adquirido alg¨²n poder a lo largo de esta semana es el de saber estar en lugares con total tranquilidad, el de poder sentirme a gusto en cualquier sitio, por muy fuera de lugar que est¨¦. Y en Brutus, la fiesta leather del festival gay barcelon¨¦s Circuit, realmente lo estoy. ?Qu¨¦ hace una mujer sobria, desmontada de cansancio, en una fiesta en la que hombres cuasidesnudos (arneses, pistoleras de cuero, suspensorios, sudor, m¨²sculos, no m¨²sculos, pelo, no pelo, 19 a?os, m¨¢s de 70, tatuajes, no tatuajes) bailan hasta la extenuaci¨®n? Por lo visto, emocionarse casi hasta las l¨¢grimas.
Si tuviese que definir lo que me ha parecido la fiesta con un solo adjetivo, este, sorprendentemente, ser¨ªa "dulce". Qu¨¦ gilipollez, pensar¨¦is. Pero as¨ª es. Veo abrazos largu¨ªsimos, sentidos, veo largos besos con ojos cerrados, un t¨ªo acorrala a otro contra una pared. Se tocan. El de delante gira la cabeza. Se besan. ?Me he convertido en un pajillero entre los arbustos? Es probable que s¨ª. Pero la fiesta de Dirty Dancing resultar¨ªa m¨¢s obscena que esto que ahora mismo veo. Cuando la intensidad de la m¨²sica sube, y todos alzamos nuestros brazos, varios cuerpos resbalan contra el m¨ªo y me doy cuenta de que, antes que una ¨²nica t¨ªa entre cientos de t¨ªos, soy la ¨²nica persona con camiseta (con camiseta cubierta de sudor de otros). Estos tipos han venido aqu¨ª a bailar, a hablar, a mirarse, a caminar por la calle de la mano, a pasar unas vacaciones, y a hacer todo aquello que unas buenas vacaciones conllevan. Algunos follan desaforadamente, otros se enamoran, otros simplemente hacen amigos. Muchos de ellos -y esto es un dato importante- vienen de pa¨ªses en los que muchas de esas cosas no les est¨¢n permitidas, bien sea por ley o por tab¨² social. Circuit significa, simplemente, pasar unas vacaciones normales, en las que poder coger a otro hombre de la mano y caminar, en las que poder gesticular sin reparos, en las que poder hablar de un antiguo amor. Por supuesto, no todo es cuero y t¨ªos en Circuit. Hay fiesta de la espuma, hay Circuit l¨¦sbico, hay fiestas en las que todo el mundo se mezcla (y todas, por supuesto, est¨¢n abiertas a todo el mundo), hay jornadas de performance y de dibujo en vivo.
Hacia el final, reconozco una cara. Arn¨¦s, pecho desnudo, la sonrisa de quien acaba de salir de un lugar muy jodido y no se puede creer que est¨¦ fuera: un conocido, un antiguo amante, con el que la cosa perdi¨® totalmente el sentido por razones obvias. Recuerdo insinu¨¢rselo, recuerdo su enfado, su cierre en banda. Ahora nos sonre¨ªmos muy intensamente, como dos viejos conocidos que sab¨ªan que alg¨²n d¨ªa se encontrar¨ªan en estas circunstancias. Nos damos un abrazo repleto de sudor y casi se le saltan las l¨¢grimas. No puede hablar. Le digo que me alegro much¨ªsimo, que me alegro de verdad. Con el rostro tembloroso, solo acierta a decirme: "Ahora soy libre". Me r¨ªo y le digo que pare, que la cosa se est¨¢ poniendo muy intensa y estoy un poco floja de la paliza de festivales.
Vuelvo a casa en moto con Teseo, responsable de comunicaci¨®n del festival. Barcelona est¨¢ absolutamente vac¨ªa, preciosa, y recorremos las calles muy lentamente, con la conversaci¨®n amortiguada por los cascos, lo que potencia la sensaci¨®n de irrealidad. Yo estoy desbordada, cont¨¢ndole sin pudor lo que he sentido perdida entre la masa de cuerpos sudorosos, los besos que he visto, lo que he pensado. "Una vez", me cuenta "vi c¨®mo uno de los asistentes a Circuit se desmayaba por un ataque de asma. Lo ayud¨¦ a llegar a su hotel, rebusqu¨¦ entre sus cajones, encontr¨¦ su inhalador, se lo di, y estuvimos horas hablando all¨ª tumbados. Era un tipo enorme, de ciento y pico kilos. Me dijo que hab¨ªa venido a Circuit a buscar el amor".
Teseo me deja en la intersecci¨®n de Carrer Nou de la Rambla y Blai. La ciudad est¨¢ en silencio. Se oye algo en un bajo. Veo, desde una ventana, a dos figuras indeterminadas que hacen, en una cama, algo que no consigo ver del todo. Aspiro muy fuerte el aire de la noche y pienso que he terminado el tour. Y que soy libre yo tambi¨¦n.
Babelia
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